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Año 1, No. 5, agosto de 1999 Es necesario un verdadero dialogo nacional para superar la crisisPor: Luis Macas Los últimos acontecimientos políticos y sociales nosevidencian saldos de carácter positivo, como son la capacidad deconvocatoria y la acción del pueblo ecuatoriano frente a la tozudez y ala violencia con las que actuó el Gobierno en un vano intento de acallar las voces de la protesta queretumbaban en las plazas, senderos, valles y páramos. Se trataba en realidad de la expresión de una sabiduríaprofunda y ancestral que sugería cambios profundos y estructurales,contrariamente a un discurso regionalista, y que demostraba fehacientementede que la situación del país no se reducía a lo puramente institucional, que las trivialidades políticas ylas componendas no resolvían la crisis, los conversatorios lúcidos yla sumisión a los poderes externos más bien la profundizaban, que losmonólogos autoritarios y dictatoriales jamás han producido efectospositivos. Queremos destacar la intencionalidad permanente del pueblo y lasorganizaciones sociales como actores fundamentales que contribuyeron pararesolver los conflictos de gobernabilidad, situación aún no resueltade manera estable por la política actual. El señalamiento de los factores de la crisis y losmecanismos de resolución desde una visión identificada con un procesohistórico ajustado a nuestras realidades, son las que han diferenciado alpueblo de otros grupos que representan intereses mezquinos quienes son asu vez beneficiarios y responsables directos de la crisis. En esta dirección, el significado del último levantamientogeneral del pueblo significa, obviamente, la convocatoria a un gran DIALOGOnacional, a un verdadero reconocimiento endógeno de lo diverso, a la apertura y estreno de la interculturalidad odiálogo de culturas, a la disposición y voluntad política decompartir la misma mesa, frente a frente, por cuanto hemos vivido juntospero de espaldas por más de quinientos años. En la actualidad es esencial otorgar el verdadero valor que posee elDIALOGO. El diálogo no es una expresión vana, ni es un términosin contenido, no es simplemente un concepto teórico, ni utilitario paralos politiqueros. La práctica del diálogo para el conjunto de las nacionalidades y pueblosindígenas constituye una dimensión social e históricairremplazable, y tiene, además, una importancia radical en el vasto proceso del desarrollo organizativodel Movimiento Indígena Ecuatoriano. Su valor constituye una normacorrespondiente a una armónica relación y convivencia entre lospueblos. Esta dimensión permite sugerir consensos, buscar acuerdos y lograrla unidad. Así como también se advierten en el proceso deldiálogo los disensos, las críticas y autocríticas. La convergencia de intereses obviamente requiere que un temaconcentre el interés y conlleve en sí un contenido profundo del biencomún. Las experiencias concretas del Levantamiento Indígena del año1990, entrañan elementos válidos por su contenido: demandas de carácter reivindicativo, como la lucha legitimada por su alcance territorial; políticas globales de interés del conjunto de la sociedad como la construcción deun Estado digno y Plurinacional. Es más, el singular hecho de la irrupción social de un sectortradicionalmente postergado por la institucionalidad del Estado y losgrupos retrógrados del poder, como son los pueblos indígenas, hasignificado, de hecho, el acontecimiento más importante en la reciente historia política del país. Lo trascendental de este Levantamiento Indígena y lasenseñanzas que de él pueden derivarse hacia el Estado y hacia lasociedad en su conjunto, es la instauración de la PRACTICA DEL DIALOGO,cuya lección, lastimosamente, ha sido relegada por negligencia o por carencia devoluntad política para llevarla adelante. En efecto, uno de los valores intrínsecos de la coexistenciacotidiana de las Nacionalidades y Pueblos es el Diálogo, (rimanacui), y la democracia participativa (tucui pura) de todos los miembros de la comunidad en la toma de decisiones y en elcontrol político a los dirigentes y a las organizaciones. En el Levantamiento Indígena y en el Diálogo realizado durantelos eventos de 1990, el Ecuador y el mundo evidenciaron la presenciacuantitativa y cualitativa de valores e instituciones como las siguientes:
Sin embargo, en el contexto de la macro política de nuestropaís, e incluso al interior de las prácticas organizativas de variosactores sociales, no se vislumbra un avance en la cultura del diálogo, de hecho, prevalecen por doquier los monólogos, las imposiciones,la manipulación y la desinformación. De todas maneras, para un análisis de los resultados de laevolución actual de las relaciones entre el Estado y el MovimientoIndígena, es necesario establecer dos niveles de análisis: Por una parte, están las condiciones sociales y políticas enlas que se ha desenvuelto el Movimiento Indígena; esto es, una acciónpolítica y de cohesión interna debilitada, luego de las agresiones y adversidades instrumentadas desdela represión institucionalizada por un gobierno que felizmente fuecesado en sus funciones. En ese sentido, puede colegirse que las circunstancias que hanfragilizado el cauce del diálogo se inscriben en momentos y encondiciones inapropiadas en lo que respecta a la participación cuantitativa y cualitativa de los actores, sobre todo de lasorganizaciones del movimiento indígena, lo que ha deslegitimado alproceso y ha disminuido sus contenidos prácticos, desvaneciendo, de estamanera, la posible factibilidad del carácter propositivo para una acción más real y efectiva. Como consecuencia de aquello es de resaltar, por así decirlo, laconducta maliciosa del Gobierno, al actuar desde una visión paternalistao al establecer unas reglas de juego que permitían la cooptación de algunos dirigentes y personalidades indígenas, en tanto y encuanto contribuyan a capitalizar réditos políticos a su favor. Elobjetivo, en realidad, es el de convertir al conjunto del MovimientoIndígena en su bastión, acallando su voz, paralizando sus acciones y desmantelando su fuerza ysu poder. Ello permite explicar la institucionalización del diálogo demanera unilateral bajo Decreto Ejecutivo. La carencia absoluta de una voluntad que signifique el reconocimiento profundo de los valores endógenos y elmutuo aprendizaje y reconocimiento de la diversidad entre los ecuatorianos,intensifica una posición negativa represada por siglos: retardar aúnmás el conocimiento de lo diverso, y los prejuicios establecidos desde esquemascoloniales que no permiten la aceptación del Otro. Por otra parte, cuando el Movimiento Indígena ecuatorianocomparece a la faz del mundo con la propuesta de la unidad en ladiversidad, propone al mundo entero una nueva forma de conocimiento através del diálogo, a través de la comprensión y el respeto mutuos. Entonces, para el movimiento indígena, es unimperativo profundizar "La Cultura del Diálogo"; eldiálogo entre las culturas, o el diálogo Intercultural. De los consensos sobre temas nacionales obviamentegenerados desde los sectores sociales patrióticos, progresistas einstituciones democráticas, nacerán las respuestas, las alternativasy los proyectos que nuestro país tanto necesita. Es de primordial importancia romper el estancamiento, es unanecesidad de primer orden la búsqueda de una plataforma mínimacomún. Es saludable, en ese sentido, conceptualizar y repensar lasprácticas y experiencias de los pueblos indígenas de nuestro país. Allí hay mucho que aprender. Sinembargo, prevalece por doquier esa práctica de desconocimiento al Otro,ese supuesto diálogo que en realidad es un monólogo, y que está cargado de autoritarismo, y de desinformación. Es más, si nosremitimos a la concepción histórica y tradicional que hacaracterizado al actual sistema político "democrático", percibimos la asociación de factores que son usados en la cotidianidad: el irrespeto, losprejuicios sociales, la injusticia, el racismo, la exclusión, lamarginación, el desprecio a nuestra propia historia, a nuestra propiamemoria ancestral. Por ello, a los umbrales del tercer milenio, y cuando frente a lagran movilización nacional del mes de julio, el gobierno ha propuestonuevamente la realización de "mesas de diálogo",es menester proponer un nuevo diálogo que signifique la ruptura del modelo de dominación política yeconómica, que implique la apertura de la sociedad entera hacia elreconocimiento al Otro, que democratice de manera real y efectiva nuestrasociedad, que signifique, en defnitiva, descolonizar nuestras mentes y sentarlos principios de una sociedad veradaderamente democrática, tolerante,justa y plurinacional. |