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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 10, No. 116, Noviembre del 2008

El territorio para las nacionalidades y la constitución del 2008


Gonzalo Guzmán
Dirigente de Territorios de la ECUARUNARI

El gobierno no puede decir
que somos un pueblo de paz,
si todos los días atentamos
contra la naturaleza

Para los pueblos y nacionalidades del Ecuador, el territorio, es un cuerpo integral, donde el espacio físico, geográfico y humano, se interrelacionan, para hacer posible la regulación de las actividades económicas, sociales, culturales y políticas de las comunidades, es el espacio natural y social donde ejercemos los gobiernos territoriales. Este concepto no responde a la mirada de occidente capitalista, en éste, toda la biodiversidad, el páramo, toda la riqueza que existe en los territorios, se los mira por partes, partes que son posibles de vender, es decir convertirles en dólares.

En el pensamiento de quienes conforman una comunidad, no existe el concepto de riqueza natural que pueda dimensionarse automáticamente en dólares; el valor de los territorios está determinado por la necesidad de la vida, no solo de la supervivencia de esta generación, de la existencia plena de las generaciones venideras, para ello los abuelos, nuestros antepasados, nos han dejado como un préstamo los territorios, legado que tenemos la responsabilidad de cuidar para nuestra vida, que debe ser sana, es decir libre de contaminación, solo así aseguraremos la vida de los que vendrán después de nosotros.

Por ello, el territorio como tal, es la expresión más profunda de nuestros pueblos, de allí la lucha permanente con los gobiernos de turno, para conseguir el respeto a los territorios y a la población que vive allí, esta lucha invisibilizada por los años 90, hoy se ve reflejada en ciertos artículos de esta nueva constitución; nosotros sabemos que la lucha en contra de la facultad de las oligarquías nacionales y las empresas trasnacionales sobre la decisión de explotar a libre albedrío nuestros recursos, aun no ha terminado, no terminó con nuestra conquista de los derechos colectivos en el 98, y aun no ha terminado con ésta, sabemos que la construcción de las leyes secundarias que regularán las acciones en relación a los derechos de la naturaleza, el buen vivir y la consulta previa, debe ser la batalla próxima y la vamos a pelear.

A pesar de que en la nueva constitución, figure por ley que los recursos naturales pertenecen de manera inalienable al Estado, esta no debe ser tomada como pretexto para que se siga arbitrariamente y con la venia de los gobiernos, explotando recursos que hasta hoy solo han favorecido tan solo a grupos minúsculos, dejando a un lado a la población, perjudicando no solo al ser humano que vive en estos territorios, sino dejando esta tierra contaminada, pobre, sin capacidad de proveer a la gente que hoy vive ahí, peor aun a las generaciones venideras.

Hoy nos preocupa y nos convoca a asambleas y a talleres de reflexión, el tema de la ley minera, propuesta por el gobierno de Rafael Correa, que no se ha diferenciado de otros gobiernos en las políticas extractivistas. Frente a estos, debemos hacer conciencia que si estos territorios son para las futuras generaciones, eso debe guiar la decisión de nuestros pueblos para enfrentar estas políticas mercantilistas. Ahora en la nueva constitución, se dice que es nuestro país se organizará en un modelo económico social y solidario, entonces la elaboración de las leyes que faltan por diseñar, para construir estas características de país, deben ser encaminadas para conseguir que los recursos que tenemos sean realmente para todos los ecuatorianos, caso contrario no habremos hecho nada.

La historia y los resultados de la explotación minera, por parte de las transnacionales, nos ha demostrado que la explotación intensiva realizada hasta hoy, ha dejado solo contaminación y enfermedades, en los territorios de nuestras nacionalidades, el caso concreto de la compañía TEXACO, los resultados de su presencia, dejó como resultado más de 30 mil personas afectadas, cuyos resultados fueron subsanados frente al Estado con un ofrecimiento de remediación, el cual no ha sido cumplido hasta hoy.

Sobre el tema minero, hay muchas interrogantes que tienen que responderse nuestras nacionalidades, para con conciencia tomar decisiones políticas, allí el papel de la CONAIE, la formación e información adecuada para nuestras bases.

Es también preocupante el plan agrario propuesto por este gobierno, procedimiento agrícola que pretende orientar las tierras agrícolas a monocultivo, producción destinada a la generación del combustible limpio, plan que también contempla un programa de forestación de un millón de hectáreas de plantas como el Eucalipto, siembra que conocemos esta expandiéndose a la provincia de Esmeraldas.

Frente a esto hay que tomarle la palabra al presidente, sobre todo cuando dice que la patria es de todos y que la revolución está en marcha, porque si no cambia esta situación, esa palabra deja mucho que desear y mucho que pelear, sobre todo cuando analizamos que en nuestro país, mayormente en los territorios de los pueblos indígenas hay más de 4000 concesiones mineras y más 200 proyectos hidroeléctricos.

El trabajo de la ECUARUNARI, de la CONAIE, de la CONAICE y CONFENAE, es defender con todo, los derechos ganados en la constitución, porque no vamos a perder lo logrado gracias a la lucha constante de nuestros pueblos, porque estos cambios no fueron construidos de la noche a la mañana, por la asamblea constituyente instalada en Montecristi, primero fue construida con la gente de las comunidades y en las luchas y luego propuestas en la asamblea y este trabajo no lo perderemos a la hora de elaborar las leyes secundarias.

Otra de nuestras preocupaciones y razón de nuestras luchas, ha sido el agua, que para nosotros es como la sangre de nuestro cuerpo, el agua es la sangre de nuestro territorios sin su fluir estos no existen, por ello nuestro deber es cuidarla no solo para las nacionalidades, también para todos los ecuatorianos y para todos los que vivimos en este planeta

Para asegurar todo esto que implica nuestros territorios, agua, minas, agricultura y otras actividades productivas, nosotros planteamos la consulta previa, la cual no fue posible introducirla en la nueva constitución, no fue posible en la plenitud de su ejecución, pues es el Estado quien tiene la última palabra, más no las comunidades o colectivos humanos implicados, sin embargo nosotros hemos dicho que la lucha, o lo que se ha logrado hasta este momento, se ha logrado al margen de las leyes, de cualquier constitución, esta enseñanza la hemos aprehendido de nuestros padres, solo la tenacidad de la lucha del pueblo que es el único soberano, podrá asegurar las normas y las leyes que sirvan para mantener el equilibrio, entre la economía y la ecología, porque el fin último es la vida del ser humano en total armonía con la naturaleza.

Creo muy convencido que la constitución, cualquiera que esta sea, o de cualquier lugar, debe someterse a la realidad de la humanidad, caso contrario vendrán contradicciones pues la gente no se va a someter a cuestiones que definitivamente son demasiadas abstractas. Un ejemplo de esto son los compañeros woagranis, ellos no reconocen ningunas constitución, ni leyes, para ellos, las normas internas que poseen, son las estructuras jurídicas que tienen validez; la pena de muerte por ejemplo, en la constitución de los ecuatorianos no existe, no es valida como norma regulatoria de convivencia, sin embargo para algunos de nuestros pueblos existe como norma de vida de sus comunidades, aunque suene contradictorio.

Por ello, organizar un Estado plurinacional es entender que en la práctica y como resultado de una coexistencia cultural diversa, siempre estarán presentes las contradicciones entre las leyes que están escritas como parte del estado en relación a las leyes que se vive y se practica en las nacionalidades, pues las formas de ver la vida, las cosmovisiones son distintas.

Frente a lo cual podríamos decir que la constitución que hemos aprobado, funciona más para la gente que vive fuera de este concepto de territorio, por lo que de alguna manera vamos a tener dificultades con este gobierno o con otro que aun no entienda que la territorialidad no es una cosa geográfica, va más allá de esta mirada, por ello debemos ser estratégicos con las comunidades que no tienen como normativa la constitución, que su normatividad es la vida misma, realidad que nos obliga o que les debe obligar a nuestros gobernantes a adecuar la ley a la realidad.

Recuerdo que por los años 90, cuando logramos recuperar algunas haciendas, cayeron muchos compañeros y compañeras, defendiendo el derecho a la vida y al territorio y si este hecho es necesario repetirlo para defender lo que en la constitución actual esta citado “el derecho a la naturaleza” lo haremos, no es posible que hasta ahora, en estos tiempos en que la amazonia es declara y reconocida a nivel internacional como el pulmón del mundo, no podemos tener, ni legitimar gobiernos encaminados a destruir.

Ahora nosotros nos preguntamos, ¿por qué surge estas contradicciones entre pueblos y gobernantes?, surge en este llamado “desarrollo” cuestionado no solo por los pueblos indígenas, por la misma realidad, la misma crisis económica que están viviendo en este momento los llamados países desarrollados, los problemas ambientales, el calentamiento global, que nos afectan a todos, países del primer mundo, del segundo y tercero como nos han llamado, contaminación que tienen origen los procesos de producción de estos países con economías desarrolladas que han llegado a saturar a la naturaleza, a nombre de este llamado desarrollo, que parece se ha resumido en llenar a las ciudades de automóviles, industrias, supermercados.

A diferencia de nuestros pueblos, donde la vida, su continuidad y su equilibrio es lo prioritario, nosotros nos proveemos de la naturaleza, allí pescamos, cosechamos, cazamos, recolectamos, vivimos en familia y comunidad, todo significa nuestro territorio, para nosotros el valor de la tierra no es monetario, tiene un valor de sobre vivencia.

Negar que también en nuestros territorios se ha introducido los criterios, visiones monetarias sería mentirnos, frente a lo cual trabajamos las organizaciones para elevar la conciencia de que este territorio que se nos fue dado por nuestros abuelos, tienen como máxima de vida, el cuidarlo para las generaciones que vienen. Esta lucha de formación y de conciencia de lo que estamos adoptando ideológicamente es muy dura, pues las transnacionales hacen muy bien su trabajo, ofrecen muchos regalos a nuestros compañeros, entregan dinero para crear la necesidad de comprar, a veces cualquier cosa que no es de provecho para la vida, cambiando así las formas de vida y de pensamiento de nuestras comunidades, esta práctica es también un peligro, que nosotros los dirigentes de la CONAIE, la ECUARUNARI; CONAICE Y CONFENAE, tenemos que enfrentar para lograr en los compañeros de base, la conciencia de que el único objetivo de las transnacionales es extraer todo lo que tenemos, dejándonos enfermos, contaminados, sin ninguna riqueza.

Tener en la constitución los conceptos de nuestros pueblos, nos permite tener herramientas para defendernos de estas prácticas muy sutiles de las trasnacionales, desde estos conceptos como el Buen vivir, el derecho a la naturaleza, la Interculturalidad y el Estado plurinacional nuestros dirigentes intervendrán y expondrán, con conocimiento de causa, el rechazo no solo a la explotación de nuestros bienes naturales, también reclamaremos el abuso de las empresas mineras y petroleras, frente a la ingenuidad de nuestros pueblos, engañándoles para poder entrar a los territorios con permiso, ofreciéndoles cualquier cosa, comprando inclusive a los dirigentes.

La CONAIE, como gobierno de los pueblos y nacionalidades indígenas, debe intervenir en la relación de las empresas mineras y petroleras con nuestros pueblos, con el fin de garantizar el Territorio, la relación hombre naturaleza y todo lo que esto implica, asegurando de esta manera la paz entre todos, para que este país sea de paz, no solo con los países vecinos, sino también con la naturaleza, porque nosotros no podemos decir que estamos viviendo o que somos un pueblo de paz, si atentamos contra la naturaleza.

Por lo tanto nuestro trabajo como dirigentes es llegar a desarrollar un nivel de conciencia en los compañeros que viven en las comunidades para que no puedan ser presa fácil de las transnacionales, empresas que son las primeras en atentar contra nuestro territorio.

La responsabilidad de los gobernantes es defender los territorios, termino diciendo esto por que si el discurso del gobierno llegara a ser cierto, la responsabilidad no sería solo nuestra, sería compartida con los gobernantes del Estado ecuatoriano.


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