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Año 1, No. 2, mayo de 1999 EditorialAutoritarismo y violencia de lademocracia ecuatorianaLos últimos acontecimientos nosrevelan profundas fisuras dentro del modelo de dominación, en efecto,por una parte la forma en la que se ha estructurado el estado-nación ecuatoriano evidencia una crisis que se traduce en los pedidos dedescentralización y autonomía para las regiones del país, de igualmanera el sistema financiero atraviesa el momento más crítico de toda su historia, mientras que el modelo económico de ajuste hademostrado su incapacidad para resolver los graves problemas del país. Empero de ello, las respuestas frentea la crisis han sido autoritarias, violentas y excluyentes. Así porejemplo, frente a los pedidos de revisión de las políticas de seguridad social hechas por los jubilados, el gobierno respondecon la violencia y con la propuesta de privatizar la seguridad social.Frente a los pedidos de revisión del modelo económico neoliberal,realizado por múltiples sectores, el gobierno de la Democracia Popular profundiza aúnmás las medidas de corte neoliberal y entrega al Congreso la Ley Marcopara las Privatizaciones del Sector Público. Ante las múltiplesdemandas de pedir una condonación de la deuda externa y negociar en términos más justos el pago dela deuda incluyendo como una medida de presión la moratoria (el no pago)de la deuda externa, el Presidente Mahuad negocia con el Fondo MonetarioInternacional préstamos externos destinados justamente a pagar la deuda y a agravar aúnmás la difícil situación económica del país. El gobierno se ha mostrado bastantedócil con los pedidos de las Cámaras de Agricultura, Comercio eIndustria. Asimismo, ha demostrado ser un rehén de los intereses muy particulares del partido socialcristiano, pero hademostrado bastante dureza frente a los pedidos de los maestros, de lostrabajadores de la salud, de los jubilados, de los campesinos y de losindígenas. Efectivamente, a pesar de haber suscrito una serie de compromisos condiferentes organizaciones sociales, entre ellas los maestros y la mismaCONAIE, el gobierno ha incumplido con esos acuerdos y no demuestra ningunavoluntad por cambiar la orientación de la política económica. Ello conduce, definitivamente, a unamayor conflictividad social y a una pérdida de legitimidad del sistemademocrático. En efecto, a pesar de los pedidos de la sociedad civil en suconjunto para que se revise el actual modelo económico y para que sebusquen alternativas a la crisis dentro del marco del consenso, ladiscusión democrática y la participación ciudadana, el poder opta por cerrar los espacios de participaciónsocial, por imponer la política de privatizaciones, y por excluir a laciudadanía de la discusión y debate de alternativas a la crisis. Los movimientos sociales tienen frentea sí una difícil tarea por democratizar nuestra sociedad, frente a un poder autoritarioque utiliza la democracia como un mecanismo de control de los conflictossociales, y que apela siempre a la violencia para resolver laconflictividad social que él mismo provoca. La privatización del petróleo, del agua, de laseguridad social o de la electrificación, no resuelven los problemas delpaís, todo lo contrario lo agravan y contribuyen a formar una sociedad donde la clasedominante tiene cada vez más poder y más riqueza, y en donde lasociedad civil es condenada a la marginación y a la pobreza. |