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Año 2, No. 14, mayo del 2000 El Proyecto Estratégico de la Nación KichwaPor: Estuardo Remache* La reconstrucción de pueblos y la identidadPara los pueblos indígenas, la identidad es saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Todo pueblo tiene su identidad, es decir, se reconoce como parte de una memoria histórica, como parte de un proceso ancestral, y gracias a ello, tiene la posibilidad de mirar hacia el futuro regresando a ver a su pasado. Es la visión del ñaupa kichwa. Solo así el futuro se convierte en un proyecto que moviliza a las voluntades y que crea un horizonte de largo plazo para todos. Nosotros tenemos la herencia de nuestros pueblos originarios. Yo pertenezco al pueblo puruhae. El pueblo puruhae tiene una historia de cientos de años, incluso miles. Correspondería a lo que ahora son los territorios de las provincias de Chimborazo, Bolívar y Cañar. Este pueblo tenía su propia cultura, sus propias tradiciones, sus propias costumbres, sus propias autoridades. Eso significa que este pueblo vivió antes incluso que aparezcan los incas y los españoles. Sin embargo, el pueblo puruhae, al igual que los pueblos originarios del continente, sufrieron un proceso de destrucción por parte de los conquistadores, una destrucción que no solo fue demográfica, fue también política, social, económica e histórica. Demográfica porque constituyó uno de los más grandes genocidios en la historia de la humanidad. Política porque nos han impuesto un modelo de dominación y reglas que no se corresponden a nuestra realidad. Económica, porque todos los pueblos de América han sido y son obligados a transferir sus principales recursos hacia fuera. Si bien en un inicio fue el oro, en la actualidad es el petróleo, las materias primas, los bajos costos laborales. En fin, recursos que habrían servido para el desarrollo de nuestros pueblos sirven más bien para fomentar la riqueza en los países poderosos. Histórica, porque nos ha significado la destrucción de nuestra memoria, de nuestras costumbres, de nuestra cultura, de nuestras leyes, de nuestra espiritualidad. La reconstrucción de los pueblos es la recuperación de nuestra historia, de nuestra memoria, de nuestras leyes, de nuestras autoridades, de nuestro territorio, de nuestra cultura, de nuestra lengua. Es retomar la espiritualidad ancestral que establecía una relación armónica entre el hombre, el cosmos y la naturaleza. Es generar un proceso propio de desarrollo, viendo el futuro sin olvidar nuestro pasado. Nuestros antepasados defendieron con su vida su cultura, su territorio, su cultura, su identidad, su forma de ser. Cuando vinieron los españoles tuvieron que destruir, llegando al genocidio, esa voluntad de autodeterminación. Se rompió esa visión armónica entre el hombre (runa), tierra, vegetación, agua (Pachamama). Una visión de la naturaleza basada en el respeto y en el amor. Ellos entregaron sus vidas por la naturaleza, por la Pachamama (madre tierra). La Pachamama es como si fuese una madre. De ella naciste, a ella te debes, ella te alimenta. Una de las primeras tareas dentro de la reconstrucción de los pueblos es la educación y la capacitación. Hay que mejorar y ampliar la educación. Los cambios tienen que ser en forma y en contenido. En lo formal, la educación y la capacitación deben preparar a nuestros compañeros técnicamente para que estén capacitados para sumir los retos del presente. Es decir, hay que incorporar todos los avances tecnológicos a la educación y ampliar su cobertura para eliminar totalmente el analfabetismo en nuestros pueblos. En los contenidos, la educación debe ser intercultural y ética, para comprender la identidad respetando las diferencias, como la lengua, las costumbres y conocimientos ancestrales. Esto implica una dura tarea de reescribir la historia. Hay que rehacer los textos de historia en los cuales los conquistadores tienen la razón. En los cuales se nos presenta como pueblos a los que había que civilizar. Hay que fomentar la investigación desde nuestra propia visión histórica para conocer y revalorizar a nuestra cultura. La reconstrucción de los pueblos es también la recuperación de nuestra espiritualidad ancestral. Habían dioses propios. Nuestros sabios comprendían esa espiritualidad y podían interpretar a la naturaleza. Se basaban en cálculos, si la luna aparece a tal altura, a tal inclinación, entonces podrían predecirse las cosechas, los periodos de siembra. Había una relación espiritual entre la naturaleza y el hombre. Entre el runa (ser humano) y la Pachamama había una relación de armonía. Hay que recuperar esta visión para evitar la destrucción de la naturaleza. Cada vez son mayores las extensiones de territorio destruidas por el capitalismo. Se contaminan los suelos, las aguas, el aire. Se destruye la naturaleza. Se destruyen los seres humanos. Se destruyen las culturas. Se irrespeta y se ofende a la Pachamama. Es necesario, entonces, reconocer la diversidad de pueblos existentes en el país: hay que entrar en acuerdos, tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en la capacitación de nuestros compañeros, cambiar las estructuras del paternalismo (que venga alguien y nos dé haciendo), tener nuestra identidad, nuestras posibilidades de desarrollo. Los acuerdos deben ser amplios, deben ser democráticos. Para nosotros el diálogo es comunicarse y estar dispuestos a cambiar. Sin diálogo no pueden haber cambios. Pero el diálogo no es la imposición al otro. No es la manipulación del otro. El diálogo significa deponer nuestras actitudes de fuerza y reconocer que podemos estar equivocados y, por lo tanto, estar decididos a cambiar. El proceso de reconstrucción de los pueblos además de insistir en la identidad y en la recuperación de la memoria ancestral, tiene otro aspecto fundamental y es el de la soberanía. Soberanía y reconstrucción de los pueblos Cuando hablamos de soberanía estamos hablando de la relación de los pueblos originarios con el Estado, con la democracia, con el sistema, con las leyes, con los recursos existentes. La reconstrucción de los pueblos es un proceso que lucha por recuperar la soberanía de los pueblos originarios y busca cambiar la relación que ha existido con el Estado. Nuestros pueblos están en un proceso de destrucción, de desintegración, y el Estado viendo todos estos problemas, no ha tenido esa voluntad para decir: bueno, sus pueblos han sufrido tanto, han vivido una discriminación, una exclusión por siglos, y con este reconocimiento impulsar una política para dotar de servicios básicos, de mejorar las condiciones de vida. Más bien al contrario, el Estado se ha hecho para desintegrar nuestra cultura, nuestra identidad. No se respeta a la comunidad cuando se encuentran minerales, o recursos naturales, en el territorio de la comunidad. No se pide permiso a la comunidad. Ni siquiera se la toma en cuenta. Las mejores tierras han sido acaparadas por los grandes terratenientes. No se apoya la producción agrícola a pesar de que son nuestros compañeros los que proveen de alimentos a las ciudades. Las leyes no nos protegen. La política hecha desde el Estado ha utilizado la demagogia. Se ofrecen muchas obras en periodos de elecciones. Nunca se asoman después por las comunidades. Por ello, se plantea desde la reconstrucción de los pueblos una nueva relación con la política, con la democracia. La democracia actual nos ha sido también impuesta. Más que la democracia como se entiende en el sistema actual, nosotros como pueblos indígenas tenemos principios que orientan nuestra sociedad. Tenemos una ética que norma, regula y sirve de principio rector para la participación política al interior de nuestras comunidades. Estos principios son el ama shua, ama quilla y ama llulla**. Una democracia sin ética se limita solamente a ejercer el voto. En las comunidades nosotros decidimos la vida social con la participación de todos los miembros de la comunidad. Participan las mujeres, los niños, los jóvenes. Los ancianos son reconocidos como portadores de una memoria ancestral, y por lo tanto su palabra es respetada. Para nosotros la democracia debería reconocer la participación de todas las personas. Pero debería ser una participación activa, consciente y responsable. Para el sistema que vivimos, la ciudadanía es un derecho que otorga el Estado mediante una discriminación previa. No pueden votar los menores de 18 años. Hace algún tiempo se les negaba el derecho de ciudadanía a los menores de edad, y también se les negaba la ciudadanía a las personas que no sabían leer ni escribir en castellano. Entonces, la democracia más bien limita la participación de las personas y no permite una participación efectiva, más directa, más responsable, más ética. Por ejemplo, en nuestras comunidades, no existen centros de información sobre las elecciones, para votar tenemos que bajar después de largas horas de caminata a los centros urbanos más próximos. Muchos de los compañeros no tienen su cédula de identidad, y por tanto no pueden votar. Toda la campaña electoral se hace en español. Toda la información sobre las elecciones está en español. Entonces, la sociedad ecuatoriana necesita crear una democracia que sea ética, que sea participativa, y que no sea discriminante ni intolerante. Nuestra crítica a la democracia no solo es de forma es también de contenido. La reconstrucción de pueblos es la construcción de nuestra soberanía. Es el respeto que el Estado, la democracia, las leyes y la política deben tener hacia nuestros pueblos. Para nosotros la soberanía es también el derecho a la autodeterminación como pueblos. Es el derecho a decidir sobre los recursos existentes en nuestros territorios. La forma de educación. Nuestras propias autoridades. Nuestras propias leyes. Nosotros hemos propuesto ya una Ley de Aguas y una Ley de Comunas, pero hasta el momento el Estado y el sistema político no se han pronunciado sobre nuestras leyes. Su propuesta es más bien privatizar. Es una propuesta neoliberal. Pero para saber qué tipo de soberanía, qué tipo de relación debe establecerse con el Estado, es necesario concientizar a nuestras bases. Conocer nuestras raíces. Nuestro territorio. Recuperar nuestras costumbres. Defender nuestro idioma. Estaríamos concibiendo también a la recuperación de nuestra espiritualidad como uno de los rasgos de la soberanía. La reconstrucción de los pueblos y las organizaciones Reconstrucción es construir aquello que ha sido destruido. Dentro de este proceso nosotros establecemos el problema de la reconstitución de los pueblos como una forma de reconstruir nuestros espacios organizativos. La reconstitución es la dimensión política del proceso de reconstrucción de los pueblos. Significa cambiar las estructuras organizativas actualmente vigentes en función de los nuevos procesos. Dentro del movimiento indígena se han formado un gran número de organizaciones que se correspondían más bien al ordenamiento territorial del Estado Ecuatoriano, que divide al país en provincias. Este ordenamiento territorial se hizo sin ninguna consideración por nuestros pueblos, es parte de ese proceso de destrucción a nuestros pueblos, a nuestras culturas. Esto significó que las organizaciones de carácter provincial vayan sustituyendo a los pueblos. La actual estructura organizativa está asentada en la división por provincias y no por pueblos, es decir, la organización se ha adaptado a las formas por las cuales se ha impuesto el poder y la destrucción de nuestras culturas, sin siquiera tener una identidad o una identificación con los pueblos que existieron ancestralmente. Se hizo de acuerdo a la imposición del Estado, al orden territorial, a las normas y leyes que se impusieron, se establecieron las organizaciones. Por ello hablamos de la Pichincha Riccharimui, la FICI, la Fecab-brunari, etc. Es decir, poniendo a las federaciones el nombre de las provincias. Eso en definitiva, suscitó controversias, para unos compañeros eso estaba bien y para otros no. Muchos utilizaron esos nombres para dividir al movimiento indígena. Los que no estaban de acuerdo con un nombre de ese tipo, crearon un gran número de organizaciones paralelas que han dividido al movimiento indígena. Así, se ha utilizado el ordenamiento territorial para crear una organización provincial indígena como federación, pero también se ha utilizado la religión, y la política para crear organizaciones indígenas y dividir al movimiento indígena. Es por ello que es necesario reconstituir el espacio organizativo. En cada pueblo existen personas que tienen esa capacidad para reconocer su memoria. Si los pueblos realmente tienen esa voluntad de que nuevamente se reconstituyan como pueblos, y que las organizaciones se correspondan más bien a las necesidades políticas como pueblos, entonces los mismos dirigentes deben ser más coherentes en lo que se hace, si estamos por cambiar estas malas prácticas, esas malas estructuras, ellos deben comprometerse con este proceso. El proceso de reconstrucción de los pueblos de la nacionalidad Kichwa del Ecuador, es un proyecto estratégico del movimiento indígena. Ha nacido desde las bases. Son las bases quienes han pensado, quienes se han comprometido con este proceso. No es un proceso que pueda ser medido en el tiempo. Es un proyecto al largo plazo y que intenta transformar radicalmente al Ecuador. Es un horizonte al largo plazo que amerita una conciencia clara de nuestra sociedad y de su futuro. Es el momento de unirse, consensuar, abrir los espacios de diálogo con toda la sociedad. |