ICCI
Presentación
Boletín Rimay
Revista Yachaykuna
Análisis
Fotos
Busca en ICCI:


Hosted by NativeWeb

Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 12, No. 135, Junio del 2010

A los veinte años del levantamiento indígena


Luis Macas

La Colonia

Las Naciones originarias del Continente hemos existido milenariamente con una construcción propia de organización, social, política, económica, cultural y jurídica sobre la base de un espacio territorial. Se desarrollaron conocimientos, tecnologías especialmente en el campo agrícola. La prioridad fue resolver el problema de alimentación.

Este proceso fue interrumpido con la invasión española. El encuentro de dos mundos resultó un verdadero desencuentro, despojo de nuestros territories, sometimiento a un modelo de explotación económica: los obrajes, las mitas, los concertajes.

Nos negaron la existencia como seres humanos, desde la religión no teníamos alma, pero luego nos reconocieron como seres humanos inferiores, pero se justificaba aquello para pagar tributos a la corona española; como nuestra alma estaba vacía tenían que cubrir, llenar con algo, eso significó negar los valores culturales, nuestra organización como ayllu, como jatun ayllu, comunidades o naciones. Nos implantaron su cultura, su religión, sus leyes, sus formas de producción, su relación con la naturaleza.

Frente a esta historia de muerte, fuimos los protagonistas de constantes sublevaciones a lo largo de este periodo. El siglo XVI se caracteriza por acciones de resistencia contra la invasión. El siglo XVII, la lucha es contra las instituciones coloniales, como las mitas, obrajes y despojo de tierras. En 1777 se produjo una sublevación porque se redistribuyan las tierras.

Ya en el siglo XVIII, las sublevaciones o levantamientos se caracterizan por plantear la independencia de los pueblos, la lucha de estas épocas son procesos de liberación nacional, como el levantamiento de Tupak Amaru 1781 y de Fernando Daquilema en 1871.

La República

El Estado no es más que la construcción de toda una herencia colonial, es decir, que el Estado uninacional, basado en la hegemonía terrateniente, desde una perspectiva liberal europea, se repite lo ocurrido en la colonia, construcción encabezada por la aristocracia criolla. El Estado desde su origen nació con graves deformaciones, se excluye la diversidad de Naciones o civilizaciones, se deja de lado, todo una construcción histórica. A pesar de que nuestra gente tuvo una activa participación en las guerras independentistas.

A pesar de la explotación económica, el sometimiento cultural, las naciones originarias implementamos mecanismos de resistencia, como mantener la Comunidad como un espacio vital, y desde el repliegue en la comunidad se logra mantenernos en la resistencia.

A la reconstitución de las comunidades y a la implementación de estrategias de resistencia obedecen las luchas por la recuperación de tierras, desde los primeros años del siglo XX, aunque se debiera haber planteado como territorios.

Entonces el eje articulador del movimiento indígena es la tierra, el territorio, la identidad, como la educación propia y las propuestas estratégicas.

El levantamiento del 90 tiene que ver con la acumulación de problemas no resueltos.

Pero también la capitalización de las fuerzas locales, de las luchas y levantamientos locales, en Cayambe, en Tigua, en Guamote, Otavalo y otros.

Dos Condiciones de sometimiento:

Por lo tanto, desde nuestras naciones, se ha puesto en cuestión dos condiciones históricas de sometimiento: Primero la condición de Colonialidad, que se manifiestan en el poder, en el saber y en ser.

El Estado, la institucionalidad, la democracia son eminentemente coloniales, no existe superación alguna, pues, a partir de la colonia vivimos invadidos del saber y el pensamiento colonial. Somos conscientes, de que nuestro comportamiento obedece a esta condición de la colegialidad, el proceso de blanqueamiento por ejemplo.

La otra condición es la del modelo económico, que también el movimiento indígena ha puesto en cuestionamiento. El capitalismo y el neoliberalismo han sido las intervenciones más violentas y agresivas contra los otros sistemas de organización social, cultural, económica, y política, como las diversas naciones originarias de Abya Yala, lo cual quiere decir que están inmersos juntos desde hace 518 años dos matrices civilizatorias.

La una nace desde un proceso histórico milenario de organización comunitaria, que se sustenta en el comunitarismo, en los principios de reciprocidad, de complementariedad, la solidaridad etc.

La otra matriz es la del occidente y cristiano, y que desde sus entrañas nace el sistema actual en vigencia, como es el capitalismo y sus diversas formas y facetas.

A estas condiciones es la que combate el movimiento indígena y e implementa las estrategias de lucha, dentro de ella está la construcción del Estado Plurinacional. Pero esto no es una lucha indígena. Se trata de un proyecto popular de liberación, por lo tanto no cabe mencionar que esta propuesta pueda ser incorporada en el sistema actual.

La Construcción del Estado Plurinacional, la constitución de la sociedad intercultural es una lucha política de transformación profunda de la sociedad.


Consejo Editorial:
Luis Macas
Patricio del Salto
Ricardo Ulcuango
Alicia Vacacela
Fernando Sarango
Blanca Chancosa
Floresmilo Simbaña
Edición Electrónica: Marc Becker

Subvencionado por:

AECID

Con el apoyo de:

Acsud Las SegoviasAlmácigaMUGARIKAlternativa

Dirección:
ICCI
Instituto Científico de Culturas Indígenas
Calle Gaspar de Carvajal N26-27 y Luis Mosquera Narváez
Apartado Postal 17-15-50B
Quito-Ecuador

Teléfonos: (593 2) 2900048
Fax: (593 2) 3203696
E-mail info@icci.org.ec
http://icci.nativeweb.org

© Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente