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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 6, No. 65, Agosto del 2004

Editorial

La Universidad Intercultural Amawtay Wasi


“¿Si han esperado quinientos años, por qué
no van a poder esperar unos meses más?”

Era de esperarse, era una respuesta brutal, devastadora, etnoeducida, (si me permiten construir y escribir esta palabra) criminal, homicida y venía no de aquellos que estaban representando a la Educación Superior, sino de todo el conjunto de la sociedad o por lo menos de aquellos que representan el occidente (filosófico, ideológico, epistémico y político), no nos quedaba la menor duda, la educación superior conducida por indígenas y no indígenas comprometidos con la propuesta no tiene cabida aún en el pensamiento dominante, una Universidad por, para, con y desde los indios era inadmisible en el imaginario del colonizador. La respuesta dada, – a nuestro reclamo por la tardanza en la aprobación de la Universidad- supongo, era una respuesta consoladora.

La respuesta dada a nuestros interrogantes rebasa lo anecdótico, porque estos conceptos vienen siendo trabajados desde la conquista en el imaginario de occidente, muy a pesar que el mundo real exige nuevas formas de mirar a los actores que construyen esta realidad vivenciada, actores que han estado presentes en el imaginario educativo oficial pero que no han sido tomados en cuenta o que los propios actores han renunciado intencionadamente exigidos por los procesos de colonización del conocimiento dominante.

En la profundidad de la sicología comunitaria se resume lo que últimamente hemos dado en denominar la “resistencia epistémica”, resistencia que pasa precisamente por las formas o maneras que tiene el runa para acceder al conocimiento de la realidad, y como esta se expresa en los actuales momentos, además como se actúa sobre esta realidad pensada para unos y para nosotros vivenciada.

La construcción de la Universidad Intercultural Amawtay Wasi, es una propuesta que desde su inicio marca un camino de dificultades, de obstáculos que son superados básicamente por la convicción que habíamos adquirido en la consecución del objetivo propuesto, por la respuesta que siempre encontrábamos en los patrocinadores de la Universidad que son la CONAIE y el ICCI, pero fundamentalmente porque habíamos consolidado un equipo de trabajo que a pesar de las dudas propias del proceso habíamos definido nuestra ruta, nuestro camino y nos habíamos convencido que no lo íbamos a abandonar, el propósito de crear la Universidad Intercultural era parte de nosotros, se había convertido en nuestra carne y únicamente su feliz término nos permitiría tomar nuestro descanso.

Entonces toda tarea humana atraviesa por el pensamiento, por las actitudes y las aptitudes; por los sentimientos, por los intereses y por las conductas; por los entusiasmos individuales y los compartidos; por esta especie de perseverancia y persistencia que son las únicas armas con las que contamos los que nos comprometemos en llevar adelante un proceso de que por sí exige constancia y un profundo compromiso con las incertidumbres y las certezas.

Aceptamos que nuestro quehacer, –por llamarlo de alguna manera- o mejor nuestra práctica en la construcción de la Universidad Intercultural Amawtay Wasi ha estado pasmado de certezas, escogimos como fundamento de la propuesta el pensamiento de los pueblos de Abya-Yala, lo recreamos y desde esta perspectiva elaboramos colectivamente un documento que por propia decisión decimos que no es acabado y que está en constante discusión, por esta definición el documento está para que sea criticado y reciba los aportes que se crean necesarios, estamos de acuerdo que la búsqueda está plagada de errores y aciertos y en la medida que somos capaces de aceptar honestamente las críticas es que también podemos perfeccionar la propuesta.

La confrontación conceptual la hemos considerado indispensable, no puede haber mayor necedad, la de no entender que los constructos ideológicos, políticos y epistémicos “alternativos” se hacen precisamente sobre el enfrentamiento y el encuentro teórico; todo proceso de construcción exige renuncias y resistencias; en una propuesta educativa esta es una condición indispensable, si admitimos el término “racional”, es desde estas racionalidades negociadas como hemos venido planteando nuestro trabajo, de ahí que hayamos alcanzado la suficiente madurez para poder ahora decir que nuestra propuesta de Universidad, es innovadora.

Las condiciones en las que hemos trabajado la propuesta de la Universidad no han sido del todo ventajosas, las enseñanzas acumuladas en nuestros años de “academia” han sido un lastre para la construcción de este proyecto, muchas de las exigencias de la búsqueda de autenticidad han sido mayores a nuestros esfuerzos, las dependencias teóricas conceptuales han sido una muralla en las que muchas veces nos hemos estrellado sin encontrar el camino, nos propusimos trabajar colectivamente y este criterio es el que nos ha dado la señal para continuar en nuestra empresa, nunca abandonamos, nunca nos rendimos, hemos tenido debilidades pero lo hemos sabido superar. Siempre actuamos honesta y transparentemente y este es el legado que hoy les dejamos, nunca nos movieron intereses personales mezquinos, esta es la verdad que la vamos a defender.

Las luces han sido mucho más que las sombras, cuando se actúa en la claridad del día no hay sitio para las dudas, esto lo decimos por un acaso se intente sembrar la inquina, el odio, la envidia, porque este trabajo tiene muchos padres y muchas madres, muchos hijos y muchas hijas, muchos hermanos y muchas hermanas, muchos tíos y muchas tías, muchos taitas y muchas mamas; no tiene propiedad individual, es propiedad comunitaria, es propiedad colectiva, este el sustrato de la propuesta.

El desprendimiento y la predisposición para continuar en la construcción de la Universidad Intercultural Amawtay Wasi ha sido y son nuestros mandatos, nadie nos ha arrastrado a cumplir con los compromisos adquiridos, todo el trabajo desarrollado lo asumimos voluntariamente y estos son los motivos por los que los logros alcanzados no son únicamente nuestros, sino de todos y todas los compañeros y compañeras que no nos dejaron desfallecer y nos animaron a continuar; les comunico que el sueño no está del todo completo, hay tareas pendientes unámonos y alcancemos las metas propuestas.

¿Estamos preparados para lo que venga? desde lo que significa continuar con el proceso jurídico que es la aprobación de los Estatutos de la Universidad por parte del CONESUP, la continuación del trabajo en la propuesta académica curricular que requiere de esfuerzos individuales y colectivos, el tiempo nos apremia, recorremos el camino recreando nuestro pensamiento, multiplicando esfuerzos, haciendo del dinero un elemento casi sin importancia, nos movemos con nuestros propios recursos y así lo hacemos porque estamos convencidos de que la propuesta de la Universidad para las Nacionalidades y Pueblos Indígenas vale la pena.

A propósito de la publicación de la Ley de Creación de la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas –Amawtay Wasi, en el Registro Oficial del 5 de agosto del 2004, creemos que es el momento adecuado para puntualizar nuestra firme decisión de continuar en el trabajo, así como también de expresar nuestro agradecimiento a todos y cada uno de los compañeros y compañeras que desde sus sitios de labor han contribuido con la propuesta. El Qapak Ñan está marcado y esa satisfacción no nos va a quitar nadie, estamos dispuestos a caminarlo juntos, de no ser así heredamos a las organizaciones la propuesta y que la sepan cuidar y criar.

El reto es que lo hagan crecer y para eso necesitamos estar iluminados por el sol, la luna y las estrellas, conversar con las amawta huarmi kuna y los amawta kari kuna y desde estas perspectivas volver palpable lo soñado.


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