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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 6, No. 62, Mayo del 2004

Editorial

APORTES PARA ENTENDER EL PROGRAMA
DE GOBIERNO PARA UN NUEVO ECUADOR


Es posible escribir bien sobre un hecho humano o social sin despertar sospechas mal intencionadas, o juicios perversos que explican de lo que se está haciendo es pagando favores recibidos o que somos parte de una misma postura ideológica política y que por lo tanto somos incondicionales a nuestros pares por el trabajo realizado, sea este teórico o en su defecto una actividad práctica.

La sumisión conceptual requiere de una pérdida de dignidad o por lo menos de una negociación mercantilizada, relación que se establecen entre dominantes y dominados, relación que perpetua las asimetrías y la inequidades, que no deja espacio para el propio pensar y que desde un principio malogran las ideas que nos hacemos acerca de nuestra propia realidad, o que por ser conocimientos subalternos no les hemos dado la importancia requerida y hemos terminado siendo cómplices de los sepultureros de nuestros conocimientos.

Es mucho más cómodo encontrar en cada uno de los hechos sociales y humanos algún resquicio de incorrección para atacarlo y devastarlo, sin mediar ningún tipo de contemplaciones y esto lo hemos convertido en una costumbre, el discurso desarrollado ha sido el de la intolerancia, como que hemos dejado poco espacio a la relacionalidad como principio guía de nuestro actuar y pensar y hemos priorizado en forma “ingenua” el análisis de causa y efecto, por lo tanto hemos terminado dándonos guerra entre nosotros y poniendo los muertos teóricos y conceptuales únicamente de nuestro lado (espero no suene a un reto ni a ser víctima o victimarios).

Entonces estamos más cerca de lo ajeno que de lo propio y nuestras propuestas no son más que réplicas de lo asumido en otras latitudes, sin embargo existen esfuerzos por construir desde otros espacios territoriales y desde otras concepciones que rompen con lo habitual y que podemos considerar “nuevas” formas de ver y entender los hechos sociales y humanos.

Este discurso lo hacemos a propósito del Programa de Gobierno Para un Nuevo Ecuador –Propuesta Borrador-, desarrollado por LA ASAMBLEA DE LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS DEL ECUADOR, fechado el 14 de enero del 2004, esta propuesta borrador se había elaborado con el objetivo de tener un marco orientador para la instauración de un Gobierno Popular (categoría con la que no compartimos conceptualmente, por tratarse de una reducción y de una homogenización de la diversidad étnica-cultural que existe en nuestro país) el cual pondría en ejecución la propuesta para la construcción de un nuevo Ecuador.

El documento es un esfuerzo por recoger las iniciativas de un proceso de unidad entre las organizaciones indígenas, partidos políticos, movimientos sociales, con el propósito de encontrar caminos para la instauración de un Ecuador posible, donde las vivencias democráticas sean parte del convivir diario, donde la participación sea el fundamento para la toma de decisiones y no únicamente una forma de justificación que solo sirve en la medida que nos traen beneficios personales, dejando de lado la búsqueda del bien común.

En lo que respecta a la caracterización del Estado y la política nacional se sigue insistiendo en señalar al Ecuador como “unitario, soberano, independiente, democrático, plurinacional e intercultural”, si se sigue pensando como unitario “la nación es una realidad-ya-dada y una premisa histórica y ontológica de la sociedad, frente a la cual su diversidad aparece como un elemento perturbador” (SILVA, Erika. Identidad nacional y poder. Ed. Abya-Yala. Quito-Ecuador. Año 2004. Pág. 71). Entonces evidenciamos contradicciones profundas desde el inicio, que son la expresión de una ausencia de análisis “desde lo intercultural” entendido esta categoría como una propuesta epistémica y política que cuestiona el orden establecido y que genera cambios profundos en la concepción y práctica democrática.

La diversidad trae aparejado nuevas formas de pensar y actuar, el espectro ideológico conceptual con el cual definimos la diversidad es mucho más complejo y requiere de nuevas propuestas teóricas para comprender y explicar, no son suficientes las premisas lógicas de la modernidad y posmodernidad, ni los conceptos de las ciencias sociales de los siglos XIX y XX para llegar al pleno entendimiento, de una realidad “super” diferente y diferenciada a la de Occidente.

La construcción de un Estado Plurinacional es una declaración que rebasa lo popular, porque el reconocimiento de la presencia de varias nacionalidades impone el respeto a las particularidades, pero básicamente a su forma de entender la realidad, desde su propia cosmovisión, así como las particulares formas de organización y gobierno, maneras de aprehender, normas de administrar justicia y hasta las maneras de concebir el desarrollo.

Nos encontramos frente a un Programa de Gobierno que recoge las inquietudes de la mayor parte de actores locales y que intenta responder a las expectativas del conjunto de la sociedad nacional, en lo que tiene que ver con el componente Áreas y recursos estratégicos: Defensa y fortalecimiento, la propuesta considera que en definitiva es el “El Estado (¿Plurinacional?) quien controlará e invertirá en grandes complejos industriales: Sistemas agropecuarios, petroquímica, hidroeléctricas, telecomunicaciones, gas, refinerías, ductos, puertos y flota petrolera, investigación y producción científica-biotecnológica para aprovechar adecuada y soberanamente los recursos naturales y materias primas nacionales”. (Programa de Gobierno para un Nuevo Ecuador) Dentro de estas consideraciones entendemos o damos por cierto que las nacionalidades y los pueblos que conforman el Ecuador, ejercerán control administrativo y financiero de las principales áreas estratégicas y definirán las políticas de intervención.

Los valores de “no robar, no mentir y no ser ocioso”, son preceptos ancestrales que cubren un espectro amplio del quehacer de los pueblos originarios, su aplicabilidad pasa por una concepción mucho más compleja, y son concebidos dentro de un proceso integral e integrador, no son únicamente consignas, son conceptos elaborados sobre pre-supuestos “filosóficos” que tienen un recorrido histórico-político de siglos, que no es la casualidad, ni la causalidad lo que ha determinado su consolidación práctica, sino los referentes de la cotidianidad los que han tejido una trama de comportamientos, capaces de configurar esquemas de un actuar responsable frente a la sociedad, es por ello necesario que estos valores sean los pilares éticos en la construcción del Estado Plurinacional.

La propuesta de fortalecimiento de los Gobiernos Locales, es uno de los aspectos que tienen fundamental importancia en el Programa de Gobierno, lo que nos parece un punto acertado porque son los espacios donde mayor participación ciudadana se puede lograr tanto en la planificación, ejecución y control social de las gestiones en las juntas parroquiales, municipalidades y consejos provinciales.

Nos preguntamos que significa: “Impulsar una política internacional con identidad pluricultural, que desde la cohesión interna lo proyecte al país hacia un desarrollo integral con inserción universal, promoviendo el multilateralismo”. Como lograr la cohesión interna en un país diverso, cuando lo lógico es partir de esta riqueza cultural y teniendo como base lo pluricultural construir una política internacional que permita el reconocimiento de los diversos pueblos y nacionalidades y sobre estas particularidades promocionar el país contrarrestando las ideas de un país único.

En la parte económica se puntualiza en los que y se deja de lado los cómo, que en estos momentos son de suma importancia, sin embargo, existe un esfuerzo significativo por incorporar al lenguaje económico dominante posibilidades de construcción de nuevas relaciones económicas “a través de la dinámica entre los actores de la economía social y solidaria, economía pública y privada, con responsabilidad social y ecológica, que genere condiciones para la equidad social, intercultural, de género, generacional y regional”. Esta declaración nos abre muchas posibilidades de ir teorizando sobre la necesidad de diseñar un constructo económico diferente al de “acumulación”, que tanto daño ha producido en los pueblos de Abya-Yala y que ha sido la causa para que en nuestro país el 80% de la población se encuentre bajo la línea de la pobreza.

Frente a la deuda externa tendemos a sobredimensionar lo imaginario aunque es cierto que sobre los imaginarios se producen las movilizaciones en contra de esta perversidad del imperio, pero muchas veces el tratamiento de lo real carece de un pragmatismo muchas veces necesario para enfrentar este problema eterno y para cumplir con la propuesta de gobierno en el sentido que “la deuda externa se pagará sólo en la medida en que no afecte las necesidades, los derechos sociales y económicos de la población y el desarrollo del país”. Lo anteriormente señalado únicamente es factible de cumplir cuando se logre en un proceso unitario implantar un “Gobierno Plurinacional”.

Nos parece interesante la iniciativa (que no es nueva) de establecer una moneda regional que se constituya en una respuesta a la hegemonización del capital externo, pero mucho más provechoso hubiese significado el de empezar con la construcción teórica de una política monetaria del País y de la Región.

Uno de los aspectos menos atendidos por este Estado unitario y soberano es el área social, los grupos más vulnerables de la población ecuatoriana no reciben casi ninguna atención del Estado, del presupuesto general se destina alrededor del 48% para el pago de la deuda externa, esta política quita posibilidades de la población de acceder a necesidades básicas como son: la salud, la educación, la alimentación necesaria para vivir dignamente, los déficit de vivienda son altos, el desempleo crece vertiginosamente, esto profundiza las inequidades y aumenta la pobreza y la miseria.

Propugnar una política social para el desarrollo humano integral que garantice la seguridad ciudadana, considerar las necesidades del progreso de los pueblos, las nacionalidades, las regiones y las provincias; que privilegie a los sectores menos atendidos históricamente; que mejore la calidad de vida, que promueva la equidad, la interculturalidad, la relación en armonía del ser humano con la naturaleza, el cumplimiento de los derechos humanos, civiles, económicos, sociales, culturales y colectivos consagrados en la Constitución; que responda a un plan real e integral de desarrollo social y productivo y priorice a los sectores más vulnerables de la sociedad ecuatoriana, contribuyendo así a la redistribución de la riqueza y a un desarrollo equitativo. La política social incorporará la participación popular en la definición, ejecución y control.

La política social establecerá la interculturalidad como principio básico, eje transversal en las políticas de desarrollo del Estado y de sus instituciones.

Buena parte del documento está dedicado al desarrollo de objetivos a cumplir, y esto hace que el documento muchas de las veces se convierta en una declaración de buenas intenciones, esperamos que el proceso de unidad se sostenga sobre la base de acuerdos pensados en el interés del bien común, de lo contrario no será sino un intento fallido, uno más de los que esta cubierto la historia del País.


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