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Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 5, No. 56, Noviembre del
2003
PERÚ: PUEBLOS INDÍGENAS VOLUNTARIAMENTE
AISLADOS
Fugitivos del desarrollo
Mailer Mattié*
"Salvajes" y "caníbales"
En la región del Choco paraguayo y las selvas amazónicas de Brasil, Ecuador y Perú sobreviven varios pueblos indígenas, decididos a permanecer aislados de la civilización. Entre
otros, los Korubo en Brasil, los Tagaeri en Ecuador, los Ayoreo en Paraguay y los Mashco-Piros, Ashaninkas y Yaminahuas en Perú. En conjunto suman aproximadamente unas 5
mil personas. (1)
La vida de muchas de estas comunidades ha transcurrido, sin embargo, particularmente marcada por la violencia. En sus territorios existen valiosos recursos naturales, causa fundamental de
atropellos y crímenes a lo largo del siglo XX. En la actualidad, no obstante, esa situación se ha agudizado debido a la intervención de intereses transnacionales petroleros. No extraña, por tanto, que
estos pueblos hayan sido calificados continuamente como "salvajes", "violentos" y "caníbales"; leyenda a la que tanto han sabido contribuir determinados grupos religiosos.
Primero fueron las empresas dedicadas a la explotación del caucho, quienes obligaron a varios de estos pueblos a internarse aún más en la selva, huyendo de la enfermedad, el hambre y la
muerte. (2) Sus responsables fomentaban las llamadas "correrías", las cuales consistían en entregar armas de fuego a grupos de indígenas para que capturaran a otros. El objetivo era conseguir
mano de obra y utilizarla, prácticamente en condiciones de esclavitud, en los trabajos de extracción del caucho. Ahora la amenaza proviene principalmente de compañías asociadas a la explotación
maderera, de petróleo, gas, oro y recursos genéticos. Estas actividades, normalmente desarrolladas de forma insostenible, destruyen las fuentes de subsistencia al talar la selva y contaminar suelos
y aguas. Con ellas, además, llegan todo tipo de enfermedades, ante las cuales los indígenas se encuentran doblemente indefensos: no tienen inmunidad, ni atención sanitaria al contraerlas.
Así, en mayo de 2003, por ejemplo, en la amazonía ecuatoriana 30 miembros del pueblo Tagaeri, integrado por sólo 300 personas, fueron asesinados supuestamente por indígenas Huaoranis. Se
sospecha, sin embargo, que tras la masacre podrían estar empresas madereras con intereses en sus territorios. (3) Por esta razón, la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica (COICA) y los
mismos dirigentes de la Organización de la Nacionalidad Huaorani (ONAHE), han solicitado al gobierno de Lucio Gutiérrez una exhaustiva investigación.
De igual modo, el pueblo Ayoreo en Paraguay continúa defendiendo con lanzas sus tierras, ocupadas por empresas de explotación maderera y ganadería. A mediados del siglo pasado, incluso, se
les cazaba para exhibirlos al resto del país. Como prueba, muchos paraguayos recuerdan el lamentable caso de un niño de 12 años, capturado por trabajadores de una compañía instalada en la
selva. (4) Según informes de la organización Survival, (5) los ayoreo, junto a los bosquimanos de Botswana y los Jarawa de las islas Andamán en el Índico, son los pueblos con mayor riesgo de
extinción en el Planeta.
En Brasil, las comunidades aisladas enfrentan una situación semejante. Allí, el pueblo Korubo, integrado por unas 300 personas, es considerado, no obstante, como el más numeroso. La extinción
es, sin duda, la grave amenaza. Hay noticias, por ejemplo, acerca de un sobreviviente de un antiguo pueblo aislado, quien vive solo en la selva y rechaza cualquier contacto con extraños. (6)
¿Qué sucede en Perú?
En este país viven en condición de aislamiento diez grupos étnicos. La mayor parte habita el sureste de la selva amazónica, generalmente en la cabecera de los ríos. (7) Los territorios que ocupan
están en gran medida integrados en la Reserva del Estado Nahua-Kugapakori, creada en 1990. Allí se encuentran, pues, los pueblos Yora y Chitonahua, pertenecientes a la familia lingüística pano.
Igualmente los Nanti y Matsigenka, del grupo lingüístico arawak. (8) Se localizan también las comunidades Mashco-Piro o Iñarapi, en la zona del río Las Piedras, cuya población se ha calculado en
unas 1100 personas que subsisten de la caza, pesca y recolección. (9) Los Ashaninkas (familia grande) y Yaminaguas habitan de igual modo en la Reserva, sumando un número semejante a los
Mashco-Piro. Comparten el territorio, además, otros grupos apenas identificados desde el punto de vista etnográfico.
A finales de los años noventa, no obstante, el gobierno otorgó en estas tierras concesiones a compañías madereras, cuyas actividades afectaron de manera directa principalmente a los Mashco-Piro, Yoras y Yaminahuas. En 1999, incluso, comenzó la construcción de una carretera de 180 Km. Poco tiempo después se dieron otros derechos de explotación de recursos, esta vez por un plazo
de hasta 40 años, en el denominado Lote 88. Las compañías beneficiarias fueron Pluspetrol Perú Corporation S.A, Hunt Oil Company of Perú, SK Corporation y Tecpetrol del Perú S.A.C. (10)
El objetivo de estas empresas es el desarrollo de un gigantesco proyecto de explotación de gas natural, en la región de los ríos Camisea y Urubamba. Se han calculado allí 13 mil billones de pies
cúbicos en reservas. (11) El Proyecto Camisea, como se le conoce, comprende además la construcción de dos gasoductos de 1150 Km. y 520 Km., respectivamente. El gas deberá ser transportado
desde la selva hasta los puertos, en la costa del Oceáno Pacífico. Justamente, uno de los terminales estará situado en la Reserva Marina de Paracas, hábitat de leones y tortugas marinas, delfines y
216 especies de aves locales y migratorias. (12)
De hecho, la mayor parte de este recurso energético será exportado para abastecer, a partir del 2004, la costa oeste de los Estados Unidos, principalmente la región de California. (13) Allí se
comercializará, por supuesto, como "energía limpia", ocultando que su extracción destruye la amazonía y afecta gravemente la vida de sus pueblos indígenas. Un ejemplo más de la incoherencia del
desarrollo económico, en la etapa actual del capitalismo mundial.
No sorprende saber, por tanto, que las compañías Hunt Oil de Texas y Pluspetrol de Argentina han sido denunciadas por organismos indígenas y ambientales, dado el enorme impacto negativo de
la construcción del proyecto. Hunt Oil, por lo demás, es una empresa estrechamente vinculada a los intereses personales del Presidente Bush y el Vice-Presidente Cheney. Ha sido, de hecho,
importante contribuyente de sus campañas electorales.(14)
La inversión total requerida se ha estimado en 1.6 billones de dólares. La lista de inversores y beneficiarios incluye, además, a las compañías Kellog Brown and Root, subsidiaria de Halliburton, una
de las principales empresas que participa en la reconstrucción de la industria petrolera en Irak; Citigroup y Overseas Private Investment Corporation. (15)
El Proyecto, en efecto, infringe no sólo principios básicos establecidos internacionalmente sobre protección a la biodiversidad; (16) también normas que garantizan los derechos de los pueblos que
viven voluntariamente aislados. Se ha producido la contaminación de los ríos, lo cual, unido a la pérdida de fauna y vegetación, se traduce en escasez de alimentos y medicinas naturales,
vulnerando de manera importante sus bases de subsistencia. (17)
Para las comunidades indígenas, el Proyecto implica, de igual modo, aparición de enfermedades y violencia creciente. Existen antecedentes en una comunidad Nahua, la cual perdió hace algunos
años decenas de sus integrantes en enfrentamientos con trabajadores de compañías madereras. En la década de los ochenta, además, casi la mitad de este pueblo murió a causa del contagio de
enfermedades como gripe y neumonía, transmitidas por el contacto con empleados de la Shell Oil que realizaban exploraciones petroleras. La misma suerte corrió el pueblo Yora, quedando
prácticamente al borde de la extinción. (18) Actualmente se ha denunciado la presencia de epidemias que estarían afectando a la población Nanti. (19) El Ministerio de Salud peruano, por su parte,
informó en julio de 2003 sobre el aumento de infecciones respiratorias agudas entre las comunidades Montetoni y Malanksiari, en la Reserva Nahua. Al parecer, enfermó toda la población,
verificándose la muerte de 17 personas, la mayoría niños. Las organizaciones indígenas han denunciado también que en zonas próximas a los yacimientos de gas, los pobladores han presentado
fiebre, vómitos, mareos y dolor de cabeza. (20)
Se conoce, por lo demás, que responsables de las operaciones del Proyecto facilitan igualmente la presencia en la región de grupos religiosos, con el objeto de debilitar la resistencia de las
comunidades. La apertura de la selva trae consigo adicionalmente economía de mercado, prostitución y alcoholismo. La extinción física y sociocultural de los pueblos de la Reserva Nahua avanza,
pues, a pasos agigantados.
Nada parece hasta ahora capaz de detener la culminación del Proyecto Camisea. Hasta mediados del 2003, su construcción se había completado en un 60%. Las organizaciones indígenas
peruanas y en general de la cuenca amazónica, no obstante, continúan exigiendo al gobierno su paralización. La respuesta oficial ha sido, sin embargo, contraria al interés de las comunidades
afectadas. Así, en agosto de 2003, de manera insólita, las autoridades peruanas concedieron mediante Decreto la tutela de los pueblos aislados a la estatal Comisión Nacional de Pueblos Andinos,
Amazónicos y Afroperuanos (CONAPA). (21) La implementación de la figura del tutelaje, desde luego, se considera un retroceso jurídico sin precedentes, puesto que inhabilita en la práctica los
derechos de las comunidades, en relación a los territorios que habitan y la defensa de sus formas de vida y subsistencia. Más aún cuando el Proyecto de Declaración Americana Sobre los Pueblos
Indígenas de la OEA plantea, en efecto, reconocer en su Artículo XXVI el pleno derecho a vivir en aislamiento a aquellas poblaciones que así lo decidan.
Ciertos problemas de financiamiento, por otra parte, tampoco parecen decisivos para impedir la marcha del Proyecto. En los Estados Unidos, por ejemplo, existe desacuerdo en determinados
sectores políticos, argumentando el beneficio que obtendrían empresas vinculadas al entorno del gobierno de Bush. Así, el Export-Import Bank se ha negado a suministrar cerca de 250 millones de
dólares solicitados, apoyándose en la cuestión medioambiental. Probablemente, sin embargo, se está a la espera de que la administración de Alejandro Toledo elimine los factores de inseguridad
que pudieran afectar estas inversiones. El propio gobierno peruano requiere endeudamiento público por 600 millones de dólares y, efectivamente, medidas como el Decreto de Tutelaje pudieran
tener claramente ese objetivo. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que había estado retrasando continuamente un crédito, dos meses después de la aparición de dicho Decreto, aprobó un
financiamiento por 135 millones de dólares. (22) Sorprendentemente, el Presidente Toledo anunció casi al mismo tiempo la creación de la Comisión Para el Desarrollo Sostenible y la Preservación
Ambiental en la Reserva de Paracas. Según ha dicho, la terminación del Proyecto Camisea convertirá a Perú en país exportador de hidrocarburos, ofreciendo "un recurso absolutamente limpio que
podrá sustituir los combustibles sucios y contaminantes, lo que redundará en favor del medio ambiente". (23)
El PIB de la economía peruana, sin duda, crecerá y habrá mayor cantidad de divisas para pagar la deuda externa. El costo: la biodiversidad amazónica, el bienestar, los derechos y la vida misma de
los pueblos indígenas.
Notas
(*) Economista. Especialista en Antropología Económica y Cooperación Internacional al Desarrollo Sostenible.
1.
Diego Ceballos: "Los nativos de América del Sur que no desean tener contacto con la civilización, enfrentan un genocidio cultural, advierte un alto funcionario de la ONU". Inter Press Service. México,
julio de 2003.
2. "Pueblos indígenas aislados de manera voluntaria en peligro de desaparecer" en: El Peruano. Lima, 10. 12. 2001.
3. Ceballos; Art. cit.
4. Ibíd.
5.
Canal Solidario. org (agosto, 2003).
6. Ceballos; >Art. cit.
7.
El Peruano; Art. cit.
8.
www.amazonwatch.org 9. El Peruano; Art. cit.
10.
Asociación Interétnica del Desarrollo de la Selva Amazónica
(AIDESEP); COICA; et. al.: "Declaración de los pueblos indígenas en defensa de la vida, el territorio y el ambiente".
Lima, 25 de agosto de 2003.
11.
www.amazonwatch.org 12. Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU): "Continúan cuestionamientos a gasoducto peruano Camisea". Agencia de Noticias Amazonía.
26 de agosto de 2003.
13.
Ibíd.
14.
www.amazonwatch.org 15. Ibíd.
16.
Afecta la Reserva del Apurimac y el Parque Nacional del Manú, conjuntamente con las áreas
marinas antes citadas.
17. AIDESEP; et.al.: >Art. cit.
18.
Ibíd.
19.
www.amazonwatch.org 20. AIDESEP;
et. al.: >Art. cit.
21.
Ibíd.
22.
Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU): "Aprobado crédito para gasoducto peruano Camisea". Agencia de Noticias Amazónica.
Septiembre de 2003.
23.
Ibíd.
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