Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 5, No. 53, Agosto del 2003
La encrucijada del país
El país está ante una encrucijada política, social
y económica
Kintto Lucas
En el ámbito político tenemos la marcada derechización
del régimen de Lucio Gutiérrez, lo que llevó a la
ruptura con el Movimiento Pachakutik.
La derechización y la ruptura con Pachakutik ha dejado más
debilitado al gobierno porque la sola alianza con el Partido Social Cristiano
no le da la mayoría para votar en el Congreso las leyes que se
comprometió cuando firmó la carta de Intenciones con el
FMI.
Para lograr esa mayoría necesita los votos del PRE y del PRIAN,
los que está tratando de conseguir mediante diversos ofrecimientos.
Pero aunque consiga esa mayoría en el Congreso, el gobierno no
dejará de ser débil porque está a merced de lo que
impongan esos sectores sobre todo el Partido Social Cristiano. El gobierno
se arriesga a que le ocurra lo que a Jamil Mahuad y Gustavo Noboa, apoyados
en determinado momento por el Partido Social Cristiano y después
cuando a éste partido le vino bien les dio una patada y dejó de
apoyarlos.
Ese es el costo que pagará este gobierno al apoyarse en la derecha
en lugar de haberse apoyado desde un comienzo en los sectores progresistas,
en el movimiento indígena, los movimientos sociales y los sectores
empresariales que defienden la soberanía. O sea que en lugar de
haberse apoyado en el pueblo, se apoyo en los sectores de poder que han
gobernado siempre.
Por su parte el Movimiento Indígena y los movimientos sociales,
de a poco van a ir reconstituyendo su unidad para oponerse de forma efectiva
al gobierno. Para eso es necesario un redireccionamiento de Pachakutik
pero también una apertura en los diferentes movimientos sociales
para buscar una unidad de los sectores que defienden a los sectores populares
teniendo en cuenta que la principal fuerza sigue siendo el movimiento
indígena.
Esa unidad y esa oposición al gobierno y a las medidas que quiere
tomar el gobierno, como las privatizaciones y concesiones, la participación
de Ecuador en el Plan Colombia, delimita claramente posiciones y desenmascara
al gobierno que solo puede seguir su camino de la mano de los sectores
de derecha.
En lo económico está otra debilidad del gobierno. La dolarización
hace agua. Los productores ecuatorianos cada vez más ven que no
pueden competir con los productos extranjeros que invaden el país
porque esos productos son más baratos. De igual forma no pueden
competir con los productos de otros países a la hora de vender
los productos hacia afuera.
¿Qué pasa con las flores por ejemplo? Son más baratas
las de Colombia y Costa Rica que las ecuatorianas porque los costos en
Ecuador debido a la dolarización son muy altos.
Esta imposibilidad de competir está provocando la caída
de las exportaciones al exterior. Por lo tanto disminuye la entrada de
dólares necesarios para mantener la dolarización.
Muchos exportadores se están transformando en importadores y
el aumento de la importación de productos extranjeros provoca
más salidas de dólares, fundamentales para la dolarización.
La imposibilidad de competir también provoca el cierre de fábricas,
empresas agrarias y por lo tanto provoca el desempleo.
Hasta el momento, al gobierno le ha salvado el hecho de que se mantenga
un precio alto del petróleo y las remesas de los emigrantes.
La salida de los emigrantes le sirve porque se va mucha gente que aquí estaría
desempleada y sería un foco de presión social. Y además,
esos emigrantes envían los dólares que sostienen en parte
la dolarización.
El problema es que el envío de dineros de los emigrantes puede
empezar a bajar. Las trabas de los países a donde se emigra provoca
disminución de la salida de gente. También el hecho de
que muchos emigrantes ya empiezan a quedarse en los países a los
que fueron y empiezan a dejar de enviar dinero.
El precio del petróleo puede mantenerse durante un determinado
tiempo pero no toda la vida y además sólo con el nivel
actual de exportación no se puede mantener a futuro la dolarización.
Entonces, la salida (como ocurrió en la Argentina cuando existía
la Convertibilidad que es un sistema parecido a la dolarización
porque se mantienen las dos monedas al mismo valor), para conseguir dólares
es conseguirlo mediante préstamos del FMI que es más deuda
externa o a través de la privatización de las empresas
del Estado, que son empresas de todo el pueblo.
Pero eso provoca que el país se endeude más y se quede
sin la reserva que son las empresas del Estado, además de que
los servicios públicos suben como ocurrió en Argentina.
Esas medidas retrasan la caída de la dolarización, pero
cuando ésta caiga el estruendo es peor porque el Estado ya no
tiene ni siquiera sus empresas.
La entrada del dinero prestado por el FMI genera más deuda externa.
Ese dinero que entra es mucho menos de lo que nosotros pagamos por intereses
de la deuda que en este año serán como 3.000 millones,
lo que corresponde al 40 por ciento del presupuesto.
Por otra parte, el FMI para prestarnos unos pocos millones exige privatizaciones,
exige ajustes, eliminación del subsidio al gas, etc. Al final
por darnos unos pocos millones nos impone una receta que no sólo
liquida más a nuestra economía sino que provoca peores
consecuencias sociales.
Sería mejor bajar el porcentaje de pago d la deuda externa y
quedaría más dinero para inversión social y productiva,
y sin firmar compromisos nefastos.
Si el gobierno no logra pasar las leyes de Carrera Administrativa y
Tributaria que impone el FMI y no recibe el desembolso de ese organismo,
es casi seguro que en enero terminará subiendo el precio de los
combustibles vía decreto.
Entonces tanto por el lado político como por el lado económico
el gobierno es un gobierno débil. Si a eso sumamos la falta de
base social y la falta de apoyo social que se demuestra no sólo
en la oposición del movimiento indígena sino en el bajo índice
de popularidad que tiene el gobierno, vemos un escenario muy complejo
hacia el que se estaría caminando.
Esa debilidad del gobierno podría llevarlo a la tentación
de tornarse autoritario. También está la tentación
de involucrarse en el Plan Colombia, a partir de la propuesta de Alvaro
Uribe y respondiendo a presiones de Estados Unidos, lo que significaría
involucrar a Ecuador en una guerra e ir contra el espíritu de
soberanía que siempre defendieron ciertos sectores de las fuerzas
armadas. Eso separaría mucho más a las fuerzas armadas
de las fuerzas populares.
Y hablando de inversión social y productiva, hay información
de los distintos ministerios que muestra que en estos seis meses el gobierno
invertido en eso. No hay ningún gasto de inversión, solo
gastos corrientes. Eso le ha servido para tener un poco de dinero en
caja, pero hasta cuando puede vivir un gobierno y un país que
no tiene inversión.
El movimiento indígena debería jugarse a fortalecer sus
bases, sus organizaciones, su trabajo comunitario y colectivo y su unidad
ante los intentos de dividirlo por parte del gobierno.
Es necesario consolidar el Movimiento Pachakutik redireccionando su
accionar. Es necesario consolidar una unidad más amplia con todos
los sectores sociales, pequeños empresarios, sectores políticos
progresistas, etc., que buscan mejores condiciones de vida para los ecuatorianos
y ecuatorianas que tienen una mirada progresista junto a los sectores
populares.
La idea no es tumbar a ningún gobierno, pero sí es necesario
presionar para que el gobierno rectifique, para que no lleve a Ecuador
a involucrarse en el Plan Colombia, para que haya inversión social,
para parar el desempleo, etc.
Nadie intenta botar a ningún gobierno, pero los errores del gobierno
y el camino que ha elegido puede llevarlo a un callejón sin salida.
Por otro lado, la realidad también está demostrando que
más tarde o más temprano vamos hacia el descalabro de la
dolarización.
Ante esta realidad que se presenta es importante delinear claramente
cómo será la actuación del movimiento social y del
movimiento político en el futuro.
LOS RETOS DE PACHAKUTIK
La participación del Movimiento Pachakutik (MP) en el gobierno
del coronel Lucio Gutiérrez fue débil, sin una conducción
política que lograra hacer confluir la actuación de los
ministros, subsecretarios, etc., en un programa de actuación común
que marcara la diferencia con los funcionarios y la actuación
del partido de gobierno.
La falta de conducción política llevó a que los
intentos de diferenciación fuesen individuales y sin la fuerza
necesaria para trascender a la sociedad.
Aunque ciertos ministros de Pachakutik de destacaron, no fue suficiente
y dependió solamente de su trabajo, no del apoyo desde el movimiento
político.
Esa debilidad de Pachakutik en el gobierno, fue una consecuencia de
la debilidad mostrada primero entre la primera y segunda vuelta electorales,
cuando no tuvo fuerza para enderezar el camino que ya empezaba a transitar
Gutiérrez. Y después al negociar los puestos en el gobierno
electo.
Entonces no se hizo fuerte para imponer su visión y terminó aceptando
los ministerios que le dieron. Ni siquiera hizo valer su poder de veto
en el caso de Mauricio Pozo (Ministro de Finanzas)o Ivonne Baki (Ministra
de Comercio Exterior), y no tuvo valentía y voluntad, por falta
de conducción política, para decir "si esto no se
cumple no participamos en el gobierno".
Terminó negociando puestos y no la estructura del gobierno. Eso
condujo a que las negociaciones no se realizaran como colectivo.
Tampoco supo, por falta de conducción política, mantener
una independencia del movimiento social, para encaminar al gobierno en
una articulación de la actuación desde el interior con
la movilización social desde afuera.
Ya dentro del gobierno algunos dirigentes de Pachakutik asumieron como
propia la Carta de Intenciones con el FMI, y llegaron a decretar y reivindicar
una sensibilidad de ese organismo. Incluso quisieron convencer a la gente
que la posibilidad de focalizar el subsidio al gas hacia arriba era una
gran idea, creando confusión en las propias bases del movimiento
político y del movimiento social.
La etapa actual abre la perspectiva a Pachakutik de tornarse un partido
más con una estructura cada vez más cerrada y sin base
social integrada por dirigentes del movimiento indígena como eje,
dirigentes de un sector del campesinado y dirigentes de pequeños
sectores urbanos respetables pero con muy poca representatividad social
porque son una parte muy pequeña del conjunto de movimientos sociales.
Eso podría llevar a Pachakutik a ser pura cáscara sin contenido.
Peor aún sería la posibilidad de tornarse un partido político
sin la participación del movimiento indígena, como ha dejado
entrever Miguel Lluco, coordinador del MP y fideicomisario del ex banquero
detenido Fernando Aspiazu, en sus declaraciones a la prensa. Posición
que ha sido apoyada por otros dirigentes de su mismo sector político
dentro de Pachakutik.
Una posibilidad para ampliar esa mirada, también promovida por
quienes conducen al movimiento, podría ser aplicar la lógica
de la política tradicional de priorizar la actuación electoral
e ir hacia alianzas con sectores empresariales y políticos de
derecha que laven la imagen de Pachakutik y lo lleven hacia el centro
de la realidad política. Entonces, de la misma forma que el MP
se perdió en este gobierno, podría perderse en las redes
de esos sectores a través de la participación de personajes
de esos sectores en el Partido Pachakutik (PP) o en alianza con el Partido
Pachakutik. Así, el movimiento social se perdería en un
partido más. ¿En qué se diferenciaría este
partido de la Izquierda Democrática, por ejemplo? En nada. Incluso
es posible que la propia ID termine teniendo posiciones más a
la izquierda que el PP de Lluco y los dirigentes de su sector.
La otra posibilidad es construir una amplia alianza social y política,
para llevar adelante la lucha social que se viene y la futura lucha electoral.
En lo social debería tener como eje al movimiento indígena
pero con una participación equitativa de todo el movimiento social,
sindicatos, pequeños y medianos productores, empresarios que defienden
la soberanía como los del Foro Ecuador Alternativo y otros, artesanos,
organizaciones ambientalistas, organizaciones defensoras de derechos
humanos, gremios profesionales, informales, organizaciones no gubernamentales
progresistas, sectores de intelectuales, grupos culturales, sectores
religiosos progresistas, etc., etc., y todos aquellos movimientos o sectores
con una visión productiva del país. En esto no se podría
tener en cuenta nunca a sectores que tienen una visión parasitaria
de la reactivación económica, como el que representa Joyce
de Ginata, con quien Lluco se ha mostrado interesado en comer un cebiche
para conversar.
En lo político debería tener como eje un Movimiento Pachakutik
que sea la expresión verdadera de la alianza social que proponemos,
sin sectarismos, sin intentos de hegemonizar el movimiento por algún
sector que logra poner a varios de sus integrantes en la dirección
y desde ahí hace y deshace. Se necesita un Movimiento Pachakutik
que sea la expresión verdadera de todos los movimientos sociales
del país, no sólo del Movimiento Indígena y los
poquitos sectores urbanos que hoy están dentro. Hay que abrir
Pachakutik a todo el movimiento social. Hay que hacer un Pachakutik más
plurinacional de lo que es hoy. Y en el Movimiento Social es claro que
hay empresarios, pero empresarios que apuestan al país y a su
soberanía, no parásitos. Es necesario que no existan exclusiones
hacia la izquierda y tener muy claro quién es quién en
Pachakutik. Para eso es fundamental que las estructuras organizadas actúen
en forma transparente.
Con un Movimiento Pachakutik fortalecido de esa forma, es posible aspirar
a construir una gran alianza programática que se refleje posteriormente
en la actuación política frente al gobierno, en la actuación
electoral, y en la construcción de la unidad en la diversidad.
El reto sería construir un gran Frente Plurinacional que articule
la actuación social y la actuación política sin
que el movimiento social pierda su independencia.
Así las cosas, Pachakutik se encuentra ante la encrucijada de
ampliar su proyección social o perderse en el limbo de los partidos
existentes transformándose en una especie de ONG electoral.
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