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Boletín ICCI
"RIMAY"

Publicación mensual del Instituto Científico de Culturas Indígenas.
Año 3, No. 26, mayo del 2001

Las mesas de dialogo y la doble estrategia del poder

Miguel Lluco


Resumen ejecutivo

El autor realiza una lectura política de las Mesas de Diálogo constituidas a partir del levantamiento de febrero del 2001, para el autor este proceso hasta el momento y a pesar del tiempo transcurrido no ha generado efectos concretos por lo cual se está generando escepticismo con respecto a sus posibilidades reales a futuro, y se correspondería más bien a una doble estrategia del gobierno, por la cual busca legitimar su debilidad política al tiempo que impone su política económica, claramente identificada con los lineamientos del Fondo Monetario Internacional y del esquema neoliberal.

Para poder ubicar algunos aspectos de nuestro proceso y de su momento actual, es necesario señalar la reacción de nuestros pueblos, de compañeros y compañeras frente a las imposiciones que se han venido haciendo a lo largo de la historia, y creo que los que estamos en este momento acá en el Ecuador, los que estamos dentro de nuestras organizaciones indígenas, no hacemos otra cosa que retomar la herencia de esos procesos de lucha y de resistencia atávica, ancestral.

A nosotros nos ha tocado vivir un momento en el que la crisis se ha profundizado en todos los aspectos: política, económica, social y culturalmente. La pérdida de valores se ha convertido en el cáncer, en el mal al que no logramos encontrar medicina para salir de esta situación.

Y en este contexto entendemos la reacción de hombres y mujeres frente a las acciones que van tomando nuestros gobiernos. Ahora nos encontramos en el contexto de las Mesas de Diálogo, pero recordemos que ya en 1990 fueron establecidas con el Dr. Borja, entonces Presidente de la República, luego del Levantamiento del Inti Raymi. Allí no se llamaban mesas de diálogo, sino que estábamos dialogando con el gobierno, simplemente. Ahora la diferencia es la perspectiva, a través de los diferentes temas, y tratando a lo mejor de darle una importancia, esto en base del acuerdo previamente establecido.

Entonces, yo creo que debemos detenernos en los objetivos que los indígenas, los campesinos, las diferentes organizaciones del campo y la ciudad, nos planteamos y desarrollamos en el levantamiento, y dentro de él, una serie de acciones en gran parte del país. Es importante ubicarlos y contextualizarlos políticamente. Se habló de un levantamiento, pero, es importante conocer cuantos efectivamente nos levantamos, quienes nos levantamos.

De este modo, yo creo que debemos detenernos a mirar, a reflexionar sobre esos aspectos, sobre el objetivo de esa acción, cómo con esas acciones dentro de este levantamiento de febrero, se llegó a este proceso de conversación con el gobierno denominado como Mesas de Diálogo, cómo han incidido los procesos anteriores, en especial el antecedente de las Mesas de Diálogo en el gobierno de Mahuad y que implicaron la firma de varios acuerdos que jamás se cumplieron por parte del gobierno de ese entonces. Es decir, existe ya una práctica del diálogo con el gobierno, habría qué ver cómo esas prácticas condicionan el momento actual

En el análisis de estos procesos que con diferentes organizaciones lo iniciamos desde el 2 de enero, estábamos conversando sobre qué hacer con estas medidas, qué hacemos con las conversaciones. De allí salió el objetivo general, es decir: exigir la derogatoria de las medidas adoptadas. Podemos ubicar, entonces, que ese esfuerzo, ese sufrimiento, la pérdida de vidas, tenía por objetivo, que se deroguen las medidas, que esas medidas económicas estaban afectando gravemente ya a la economía tan deteriorada que tenemos nosotros, como todos sabemos.

Y la estrategia era que se hable, que resuelva la gente, que resuelvan en las comunidades, que resuelvan las organizaciones de abajo, y que los dirigentes traten de ser fieles a esos objetivos. Así, la gente analizando esas medidas concluyeron que no debemos dejarlas pasar, y por lo tanto, ese pueblo, decidió y los dirigentes tuvieron que asumir esa decisión tomada desde las bases.

Fruto de esta acción, de este levantamiento, de la conducción que hizo la dirigencia, del respaldo que tuvo por parte del pueblo, de la enorme legitimidad que ganamos en todos estos años, que finalmente se llegó a un acuerdo con el gobierno. Así llegamos al compromiso de los 23 puntos del mandato establecido en el levantamiento de febrero último, y la conformación de Mesas de Diálogo entre el gobierno y la dirigencia del movimiento indígena.

Luego, se definió un reglamento para el tratamiento de estos 23 puntos y se constituyeron los equipos de trabajo, ubicándolos en el contexto de la parte política y la parte técnica. Y de eso ya han pasado ya unos 90, y creo que vamos aproximándonos a 100 días, y todavía no logramos ver el resultado de estas Mesas de Diálogo.

Entonces la gente que salió en ese levantamiento empieza a ponerse escéptica con respecto a las Mesas de Diálogo, cuál es ahora la reacción de la gente que estuvo en las calles, que estuvo en las ciudades, que estuvo bajando de las comunidades, que estuvieron con frío, que soportaron la violencia, la represión, las bombas lacrimógenas, que soportaron tantas cosas, que pusieron los heridos, los muertos, y esa reacción es de preocupación, de que el tiempo pasa y no se está logrando casi nada.

La reacción más directa no solamente cuestiona la acción del gobierno que no responde, que parece no tener voluntad política de llegar a acuerdos de fondo, sino que también alcanza a los dirigentes, que es lo más cercano a nosotros. Por parte del gobierno yo creo que se vio presionado para llegar a ese compromiso a fin de salir de la crisis de febrero, pero tengo la impresión de que el régimen inmediatamente definió una doble estrategia para neutralizar el alcance político de las Mesas: la una fue la de llevar adelante las mesas de diálogo para mostrar su voluntad y disposición de conversación, y la otra estrategia fue la de ir acelerando la aplicación de su plan neoliberal.

Entonces tenemos las reformas tributarias que se hacen por la imposición del Fondo Monetario, y no por la definición de una política macroeconómica propia, de otra parte tenemos todo lo que tiene que ver con su plan de gobierno, que no es otra cosa que el plan de gobierno del Dr. Jamil Mahuad, porque el Dr. Noboa no fue más que el binomio de Mahuad, y luego del levantamiento del 21 de enero, ya eso lo conocemos por la actitud de los generales, se le traspasó el mando al Dr. Noboa hoy presidente, para reacomodar los factores de poder seriamente conmovidos por el levantamiento y toma del poder del 21 de enero del 2000.

Yo pienso que ahí radica la esencia del problema, en esa doble estrategia por la cual nos tienen maniatados en las Mesas de Diálogo mientras imponen su política neoliberal, y mientras más tiempo se lleve en las Mesas de Diálogo van ganando tiempo y para lo de fondo, para el interés de ellos; o sea, yo no encuentro otra explicación para estas Mesas de Diálogo, yo pienso que es por ahí que el gobierno logró definir sus estrategias, y definirse sus metas.

Entonces yo ubico desde estos aspectos generales que ahí está el asunto del diálogo, que generó unas expectativas muy altas, de hecho, con todo el recelo, con toda la apatía o no querer comprometerse, con gran parte de la sociedad, que a pesar de estar afectados por las medidas económicas no tuvieron una participación directa en los hechos, pero que han estado atentos a este proceso, pero que a pesar de todo ello no se logran tener respuestas muy concretas.

En estas primeras apreciaciones podemos visualizar otros aspectos que se han ido concretando, sobre todo desde el punto de vista interno y si miramos desde el proceso organizativo indígena, encontramos la participación de otros actores indígenas que en otras ocasiones no participaron y que muchas veces cuestionaban a las acciones que impulsábamos desde la CONAIE, yo creo que es un elemento que debemos considerarlo positivo, porque en este proceso de las Mesas de Diálogo se involucraron otras organizaciones, otros dirigentes, y hasta hoy se han ido involucrando en un proceso unitario, y de hecho es un elemento, mirando desde la CONAIE, bastante positivo y que abre muchas posibilidades a futuro.

Pero ello plantea también un riesgo y es que pudiéramos aparecer como gestores de un logro que involucre exclusivamente los indígenas, como que las medidas económicas afectarían solamente a los indios, y se dejó fuera de juego a otros sectores sociales. Entonces, mirando desde el punto de vista global, sabiendo que son políticas que nos afectan a todos, quedaron fuera dirigentes de la Coordinadora de Movimientos Sociales, que en la Universidad Salesiana estaban dando sus opiniones, pero ya para las mesas de diálogo han quedado fuera, ello debilita evidentemente el alcance político de las Mesas y fortalece la posición del gobierno.


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