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Boletín ICCI
"RIMAY"

Publicación mensual del Instituto Científico de Culturas Indígenas.
Año 2, No. 20, noviembre del 2000

Foro Debate:
Diez Años del Levantamiento Indígena del Inti Raymi de 1990.
La Construcción de un País Plurinacional

Indice

Introducción


El 28 de mayo de 1990, un grupo de indígenas conjuntamente con varias organizaciones de la sociedad civil, decidieron apoderarse de la Iglesia de Santo Domingo en la capital de la República del Ecuador. El acontecimiento pasó casi inadvertido en los medios de comunicación, y el gobierno de aquel entonces decidió acordonar la iglesia con efectivos militares e impedir el paso de todo tipo de avituallamiento, así como de toda información que pudiese originarse desde el templo apoderado por los sectores sociales.

Era una forma de lucha inédita. Hasta ese entonces, la convocatoria social era realizada por la clase obrera, y su forma clásica de lucha era la huelga. Durante toda la década de los 80's, los obreros aglutinados en el Frente Unitario de Trabajadores habían decretado al menos seis huelgas nacionales para oponerse a la aplicación de las medidas de ajuste y estabilización económica preconizadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Ninguna de ellas, cabe indicar, tuvo resultado positivos. La "toma" de la iglesia de Santo Domingo, en Quito por parte de los indígenas, marca el inicio de una nueva década de profundas transformaciones políticas en las cuales el factor más importante será, a no dudarlo, la emergencia histórica y política del movimiento indígena ecuatoriano.

Una semana después de apoderarse del templo de Santo Domingo, se iniciaba en Ecuador el Primer Levantamiento Indígena de la historia contemporánea. Los indígenas de las provincias del norte, del centro norte, del centro sur y del sur del país, empezaron a paralizar las carreteras y a realizar marchas hacia las capitales de provincia. Fue un movimiento que ponía en tensión todas las estructuras organizativas y toda la capacidad operativa de la recientemente creada Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE.

El acontecimiento asombró al mundo. La sociedad ecuatoriana no podía entender lo que había pasado. Los indios, aquellos menores de edad, como los consideraba la sociedad ecuatoriana, que había de cuidar incluso de sí mismos, manifestaban una capacidad política y organizativa que suscitaba asombros y suspicacias; miedos y aprehensiones.

La semana del 4 de junio al 8 de junio, la sierra ecuatoriana fue el escenario en el cual se forjaría el primer levantamiento de la época republicana contemporánea desde la última insurrección de Fernando Daquilema en 1871. Su realización coincidió con las fiestas sagradas del Inti Raymi, de ahí que será conocido en adelante como el "Levantamiento del Inti Raymi".

Para la prensa de aquel entonces, se trataba de un acontecimiento que relevaba de la manipulación del "comunismo internacional". De hecho, en varios de los pronunciamientos oficiales y extraoficiales, se había indicado que detrás del levantamiento indígena existían sectores identificados con la "subversión internacional".

Tanto el gobierno de aquel entonces, cuanto los medios de comunicación, intentaron escamotear el levantamiento dentro de la dinámica política prevaleciente en esa coyuntura que era aquella de las elecciones seccionales. Se dijo que el levantamiento indígena obedecía a factores "políticos" y se trataba en realidad de una maniobra electoral.

Los sectores más directamente vinculados a la denominada "cuestión indígena", como las haciendas, los sectores de la agroproducción, veían en el levantamiento una clara muestra de la disolución nacional y del infiltramiento comunista camuflado y protegido por la iglesia, mal llamada, según ellos, "iglesia de la liberación".

El Presidente de aquel entonces, Dr. Rodrigo Borja, no podía entender, según sus propias declaraciones, cómo los indígenas se levantaban en contra del gobierno que más había hecho por ellos. Su aserto se basaba en la "entrega" de títulos de propiedad territoriales a las comunidades ancestrales que siempre habían habitado esos territorios. Sin embargo de ello, en las demandas realizadas por la Conaie, puede vislumbrarse efectivamente una despreocupación bastante típica por lo demás del gobierno con respecto a los indígenas.

De todas maneras, la sociedad civil ecuatoriana, sus elites y todo el discurso oficial, no habrían de imaginar que con el levantamiento del Inti Raymi se inauguraría una década signada por la presencia del movimiento indígena. ¿Cómo evalúa la sociedad civil a los indios una década después del levantamiento? ¿Qué piensan los indios con respecto a su propia dinámica histórica? ¿Qué nuevos referentes, qué nuevas propuestas, qué nuevos discursos se han elaborado esta década desde el aparecimiento de los indios en el escenario político nacional? ¿Qué implicaciones y qué derivaciones ha suscitado el levantamiento del Inti Raymi? ¿Cuáles podrían ser los ejes de una apreciación a lo indígena desde el continente en su conjunto? ¿Cómo miran desde fuera al movimiento indígena ecuatoriano? ¿Qué procesos de unidad pueden darse ahora? ¿Qué estrategias define el movimiento indígena frente al país del futuro?

Para responder a estas interrogantes y muchas otras que suscita el movimiento indígena ecuatoriano, a la sazón uno de los movimientos sociales más complejos y más organizados del continente, el Instituto Científico de Culturas Indígenas, propuso un diálogo entre la sociedad civil y el movimiento indígena, a propósito de los diez años del Levantamiento Indígena del Inti Raymi.

Este diálogo tuvo como eje central resaltar una propuesta básica y fundamental del movimiento indígena, aquella de la plurinacionalidad y de la interculturalidad. Construir un país plurinacional significa la posibilidad de aceptar la diferencia y construir un verdadero diálogo intercultural. Mucho se ha avanzado desde entonces.

Ahora el Ecuador, el menos en el papel, es un país plurinacional. El movimiento indígena, por su parte, tiene una representación directa en el Estado, y empieza a copar los poderes locales, constituyéndose en un referente obligado para pensar la política ecuatoriana. La sociedad ecuatoriana conserva aún el racismo pero se cuida de que mostrarlo públicamente. Los ajustes macroeconómicos continúan, pero al mismo tiempo se ha ido construyendo una alternativa en el campo político a través de la generación de un partido político propio desde los movimientos sociales, el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo País. En fin, el Ecuador de inicios del nuevo milenio experimenta profundos cambios que han alterado de manera radical sus percepciones, sus discursos, sus imaginarios simbólicos. Ojalá que esta transformación posibilite la construcción de una sociedad más democrática, más justa, más equitativa, más tolerante.

MESA DE TRABAJO No. 1: El significado histórico del levantamiento indígena del Inti Raymi 1990-2000

Esta mesa tuvo como objetivo fundamental evaluar desde la visión de los participantes más relevantes del levantamiento del 90, el camino recorrido por el movimiento indígena en toda esta década. Una visión que posibilitaba tener algunas perspectivas, aquella de la institucionalidad proveniente de Gonzalo Ortiz, a la sazón Secretario de la Presidencia de la República del Dr. Rodrigo Borja, y uno de los actores fundamentales durante el levantamiento del 90. Otra, asimismo institucional desde las Fuerzas Armadas, expresada por el ex ministro de Defensa Nacional, General (r) José Gallardo. Otra perspectiva es aquella expresada desde la iglesia, sin duda alguna, uno de los actores fundamentales en lo que tiene que ver con el mundo indígena y cuya relevancia para la sociedad ecuatoriana está fuera de todo cuestionamiento, y está expresada desde la perspectiva de Monseñor Luis Alberto Luna. Y una visión desde el mismo movimiento indígena, hecha por una figura paradigmática, el dirigente indígena Luis Macas, entonces principal vocero de la organización indígena, y uno de los organizadores y mentalizadores del levantamiento del 90, y de Leonardo Viteri, un lúcido dirigente indígena que representa a las nacionalidades más golpeadas por el avance del capitalismo, aquellas de la amazonía, y que habría de jugar un rol fundamental durante el levantamiento de 1990. No está por demás indicar que los pronunciamientos hechos por estos personajes, no constituyen de ninguna manera pronunciamientos oficiales ni institucionales, sino que representan justamente una visión y una perspectiva que nacen desde su vinculación a estas instituciones y prácticas, y que por su sensibilidad y lucidez pueden dar cuenta de una lectura crítica del proceso iniciado en 1990.

Las siguientes exposiciones son resúmenes de las ponencias presentadas durante el Foro. La versión definitiva y completa de las ponencias presentadas, se editará en forma de libro, por parte del ICCI, en los meses subsiguientes.

Gonzalo Ortiz: El levantamiento desafió el poder del Estado

Para Gonzalo Ortiz, Secretario de la Presidencia de la República del Dr. Rodrigo Borja, en el año de 1990, el día del levantamiento, el 4 de junio de 1990, fue el "día más tenso" que el gobierno había vivido hasta entonces. Para Ortiz, este levantamiento del Inti Raymi no era parte de las tradicionales tomas de hacienda, que tenían lugar desde los años 60, este levantamiento tenía un carácter claramente político de desafío al poder del Estado.

"El levantamiento no fue contra el gobierno; eso quedó bastante claro desde el comienzo. Al contrario, que el levantamiento se hiciera durante la administración del Dr. Borja, fue posible justamente por el respeto a los derechos humanos, entre ellos los de organización y libre expresión, que el gobierno de ese entonces profesaba. Como lo habrían de confesar varios de sus dirigentes en distintas circunstancias en los años posteriores, fue un riesgo calculado el que se tomaron los dirigentes indígenas al promover el levantamiento, porque sabían que un gobierno tolerante como el de Borja no reaccionaría con una represión indiscriminada ni provocaría masacres ni perseguiría a los dirigentes. Y esta misma había sido la razón por la que en el gobierno anterior, del Ing. León Febres Cordero, gobernante autoritario y represor, representante de la oligarquía, no se había intentado ningún levantamiento o protesta de este tipo".

"Que el 4 de junio las carreteras de seis provincias amanecieran bloqueadas, que no hubiera tránsito de vehículos, personas y carga hacia y desde las ciudades del callejón interandino, que los indios se tomaran edificios públicos en las parroquias y cantones con mayor población indígena, que cercaran las ciudades, no solo era novedoso y sorpresivo -ni las autoridades, ni las fuerzas del orden, ni los medios de comunicación ni los analistas sociopolíticos habían previsto un movimiento de tal dimensión-, sino que era una demostración de fuerza, de unidad, de coherencia, de organización, de motivación. Y era eso lo que resultaba aún más novedoso y revelador de la profundidad que, ante los ojos ciegos de la sociedad, había alcanzado el movimiento indígena".

"El levantamiento concluyó a los cuatro días, pero cambió para siempre la historia del Ecuador. Un nuevo actor, hasta entonces olvidado y menospreciado, el movimiento indígena, estableció su presencia en la vida sociopolítica del país. Fue entonces, y solo entonces, que la sociedad ecuatoriana se dio cuenta de que los indios existían, estaban organizados y eran capaces de influir decisivamente en la vida del Estado".

"No podemos detenernos en la marcha del movimiento indígena en esta última década. Baste con decir que su presencia se ha ido incrementando y es hoy, sin duda, el movimiento social de mayor importancia en la vida nacional. Es el eje de una alianza de otros movimientos sociales, y ha estado consecutivamente cerca y lejos de los antiguos movimientos sociales, como los trabajadores industriales organizados en sindicatos. En 1996, además, creó un movimiento político, Pachakutik, que viene interviniendo desde entonces en las elecciones nacionales y locales. Esto marcó claramente algo que ya se perfilaba desde unos pocos años atrás, y es que el movimiento indígena no solo buscaba reivindicaciones concretas, lo que podríamos llamar reivindicaciones étnicas, sino que apuntaba su mirada más lejos: a modificar el propio Estado y buscaba para ello el poder político".

"Concluyamos reiterando que el levantamiento de junio de 1990 despertó la conciencia de los ecuatorianos. Los blanco-mestizos, que habían vivido de espaldas a esa realidad, supieron, de golpe, que los indios existían, que estaban organizados, que tenían demandas y que estaban dispuestos a luchar por ellas. Aunque disentía sobre los métodos empleados por los indios y sobre las respuestas que el Estado y la sociedad debían darles, la mayoría coincidía en que sus demandas eran justas. Desde entonces, la opinión pública ha visto crecer y madurar al movimiento indígena, y ha ido tomando conciencia de que la situación del indígena es el mayor problema que enfrenta el Ecuador en su objetivo de hacer del país una sociedad digna de ser vivida por todos sus habitantes, sean indios, negros, blancos o mestizos".

Monseñor Luis Alberto Luna: La unidad en la diversidad, ésa es la meta del movimiento indígena

Monseñor Luis Alberto Luna, ha estado constantemente vinculado a la lucha de los movimientos sociales, y de los pobres del Ecuador. Conjuntamente con Monseñor Leonidas Proaño, el "Obispo de los Indios", configuran una nueva práctica dentro de la iglesia católica, caracterizada por su profundo compromiso con los pobres.

"Los movimientos indígenas ecuatorianos de los meses de mayo-julio de 1990 y el que vivimos en enero de este año 2.000, revelan con mayor precisión que los acontecidos desde los orígenes de nuestra nacionalidad, un consciente recrecimiento del significado de lo indígena, tanto en los gestores de esas rebeliones, como en ambientes de cultura universal que los han presenciado y los analizan, los sufren o rechazan o tal vez los apoyan, celebrándolos y admirándolos".

"Preocupa éticamente constatar cómo movimientos que tienen un contenido cultural, de más profundo significado humano, hayan merecido las críticas más honestas, serias y sobrias de parte de los mejores pensadores y voceros de la comunicación internacional y tan apasionado y cobarde menosprecio o desdibujamiento crítico como el optado por ese grupo criollo de comunicadores ecuatorianos y de pseudo-analistas, que ocupan las más exhibidoras vitrinas de la comunicación nacional".

"Los movimientos indígenas ecuatorianos de 1990 y del 2000 denotan paladinamente su carácter social, dentro de una organización de bases que, si en los años 90 cubrían casi toda la geografía nuestra, en el 2000 demostraron que Costa, Sierra y Amazonía no excluyeron de la composición de su rebeldía a ninguna de las bases existentes, cualquiere que fuere su contingente estadístico y que en un signo de promovida rebeldía, se dieron como presidente a un indígena del Oriente ecuatoriano, exhibidos hasta la presente tan solo como objetos de cristal para las vitrinas del turismo".

"A la autenticidad mostrada por el movimiento indígena, y que se manifiesta en la identidad entre el hombre y la tierra, la persona con el paisaje, el individuo con la comunidad y comunidad con universo, hay que añadir su lucha por el reconocimiento como pueblos diferentes. Esa es su cosmogonía que está en la base de su memoria, de su archivo histórico, en su base misma que mantiene la fuerza de la unidad en la diversidad y en la esperada plurinacionalidad. Eso es lo que busca nuestro movimiento indígena".

General (r ) José Gallardo: Es necesario llegar entre todos a un gran acuerdo nacional para la democracia

Varias veces ministro de Defensa, y candidato a la Presidencia del País, el General (r) José Gallardo, representa una de las voces más lúcidas al interior de las Fuerzas Armadas del Ecuador, una institución que ha jugado un rol clave en la consolidación de la democracia, y que goza de una enorme legitimidad y credibilidad entre la ciudadanía.

"Los días 4 y 5 de junio de 1990, los indígenas de las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Chimborazo bloquearon las carreteras, causando desabastecimiento e importantes pérdidas, se produjeron también marchas masivas en las ciudades, en el sector de La Moya, provincia de Chimborazo emboscaron y capturaron 23 miembros del ejército y ocho de la policía, que salieron por la mediación del obispo de Riobamba. Las autoridades y la fuerza pública fueron sorprendidas por el alto grado de organización, coordinación y eficacia del levantamiento, yo diría hasta devoción. Los indígenas actuaron con disciplina, abnegación y firmes convicciones, este es el resultado de la toma de conciencia del pueblo indígena sobre la situación de pobreza y miseria en la que vive, abandonado de los poderes públicos. Proceso de toma de conciencia, en el cual jugó un rol decisivo, cabe anotar, el obispo Leonidas Proaño"

"Un aspecto que causó preocupación en varios estamentos de la sociedad fue el relacionado con el que cada una de las etnias constituye una nacionalidad. Las FFAA profundamente imbuidas de la convicción de que la nación ecuatoriana está integrada por todos los pueblos y personas que habitan el territorio del Ecuador, sin discriminaciones de ninguna especie, sintieron que la existencia de varias nacionalidades con capacidad de autodeterminación, amenazaría la integridad del país, esta preocupación se volvió más intensa cuando en una reunión en 1990 en el Palacio de Gobierno, la OPIP presentó el documento titulado "Acuerdo sobre el derecho territorial de los pueblos quichua shuar, achuar de la provincia de Pastaza a suscribirse con el Estado". Otorgándoles territorio, derechos sobre el subsuelo, construcción de obras de infraestructura, presencia militares, y supresión del régimen político imperante. La OPIP pedía un reconocimiento prácticamente como otro Estado y dentro de una región altamente conflictiva".

"El 21 de enero del año que decurre varios miles de indígenas que rodeaban el espacio del poder legislativo, recibieron el apoyo de varios militares y oficiales, este hecho y la decisión del Mando Conjunto de las Fuerzas Armadas de asumir el poder, determinaron la caída de Jamil Mahuad, y la designación sucesiva de dos triunviratos y la asunción del poder por el actual presidente."

"La oposición a la disolución inconstitucional radica en el rechazo de un nuevo gobierno en forma arbitraria. La experiencia universal enseña que los gobiernos surgidos de la voluntad arbitraria de grupos predestinados, terminan en orgías de abuso y sangre dejando como secuela mayor ruina y miseria, por ello considero que el movimiento indígena debe encuadrar su lucha en los cauces democráticos, los que a pesar de sus falencias permiten la autodepuración y corrección de los procesos políticos a través de la voluntad del pueblo".

"Se impone, entonces, un Acuerdo Nacional Democrático, para discutir con las cartas sobre las mesa buscando entendimientos, cediendo posiciones, renunciando a los privilegios, sosteniendo la voluntad firme de mantener la unidad del Ecuador, en contra de la corrupción, que evite luchas estériles y condenados al fracaso, que abra las puertas a soluciones viables que permitan salir del estancamiento en el que ahora estamos, y podamos trabajar unidos para competir en un mundo cada vez más difícil difícil".

Leonardo Viteri: La lucha es por el respeto, la autogestión y la autonomía

Dirigente de los indígenas de la Amazonía Ecuatoriana y actual Director del Instituto AMAZANGA. Como dirigente indígena, ha jugado un importante papel en la consolidación organizativa y política del movimiento indígena de la Amazonía, y en su proyección nacional e internacional.

"Desde el 29 de Agosto de 1533, año en que es asesinado Atawallpa por parte de los Españoles, hasta el 4 de septiembre del 2000, en donde se realiza el último levantamiento Indígena en protesta por la Ley Trole II, la Dolarización y el Plan Colombia, se han realizado cerca de 180 levantamientos indígenas, cuyos objetivos se han trazado para responder a los momentos históricos que han venido atravesando y otros que constituyen los ejes principales para proseguir en la lucha a mediano y largo plazo por la conquista de un verdadero respeto, autogestión y autonomía de las nacionalidades indígenas del Ecuador."

"Para muchos políticos y analistas la década del Ochenta es considerada como la década perdida ... Al contrario, precisamente esta década desde el punto de vista indígena constituye una década ganada donde se incorpora con bastante fuerza la lucha y el proceso organizativo de los pueblos indios amazónicos, imprimiendo un nuevo giro y energía a la lucha por las reivindicaciones indígenas a nivel regional y nacional, pues las nacionalidades quichua, Cofan, Siona, Secoya, Achuar, Zápara, Shiwiar y Huaorani se organizan para sumarse a la ya organizada nacionalidad Shuar y al proceso de lucha nacional, en estos años se crea la Confeniae y la Conaie".

"El levantamiento indígena de mayo-junio de 1990 es el inicio de un nuevo proceso de lucha por los cambios más profundos dentro de los derechos indígenas, así como también cambios profundos en la constitución política y estructura del Estado Ecuatoriano. Este nuevo proceso surge como resultado de la acumulación de propuestas no asumidas con seriedad y responsabilidad por los sucesivos gobiernos, así como también por la necesidad de resolver algunos problemas que necesariamente no debían ser trasladados al nuevo milenio, animados por el advenimiento de los 500 años de la invasión europea a nuestro continente y 500 años de resistencia indígena".

"Si bien es cierto que es necesario consolidar procesos de alianzas estratégicas con otros sectores sociales del país, igualmente constituye necesario establecer reglas claras de alianzas y definir con claridad las propuestas de interés nacional, sin olvidarse de las propuestas globales particulares como pueblos indígenas, precisamente en estas circunstancias es que en los últimos levantamientos cambia de rumbo en las propuestas, dando mayor énfasis a planteamientos coyunturales supuestamente de interés colectivo, dejando de lado o en segundo plano las propuestas indígenas en torno a las cuales el movimiento indígena ha venido movilizándose, provocando de esta manera un debilitamiento en la capacidad de convocatoria, lo cual se evidenció ostensiblemente en la última movilización del 4 de septiembre del presente año".

Luis Macas: Es necesaria una evaluación crítica del movimiento indígena

"Hemos vivido de espaldas por más de quinientos años", afirma el dirigente histórico del movimiento indígena ecuatoriano, Luis Macas. Fue uno de los mentalizadores, organizadores y fundadores de la CONAIE. En levantamiento de 1990, fue su vocero principal, y desde 1990 hasta 1996 ocupó la presidencia de la Conaie. Fue electo el primer diputado nacional indígena en 1996, y actualmente dirige la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas.

"Después de la década del 90, el movimiento indígena está viviendo una crisis de transición, en términos de proceso. Esta crisis, estimo, se da porque hoy las condiciones internas y externas en las que nos desenvolvemos son distintas; y mucho más difíciles, pues la globalización es arrasante con las diferencias y particularidades, con las diferentes identidades (para no hablar solamente de pueblos indígenas). Si no podemos superar esta crisis - que se refleja en la crisis de identidad - estaríamos en riesgo de perder el referente histórico y de futuro de nuestros pueblos, esas dos condiciones son esenciales para que un pueblo o nación puedan mantenerse y desarrollarse. Y esto se aplica a todos los pueblos que vivimos bajo este cielo del Ecuador, por que no tenemos una nación constituida, y si existe una nación estará en un estado embrionario; para que surja ésta se necesita de muchísimos elementos constitutivos de la misma, pues no se la puede construir a la ligera y con copias de mala calidad. El problema es que no tenemos un estatus de nación constituida, menos aún para hablar de una nación "original". Algo que nos ayudaría a estar claros en esto es preguntarnos cuál es nuestro referente de nación ahora: para muchos será Norteamérica, Europa, la globalización o el desarrollo. Pero el problema es que no sabemos qué significan para nosotros estos conceptos y elementos, no sabemos qué significan para las 12 nacionalidades y pueblos, incluida la nación blanco mestiza, de este país".

"Esta crisis de valores es el origen de la crisis global, pues no nos permite actuar a partir de lo que somos y creemos, sino a partir de lo que nos han hecho creer de lo que somos, y por eso somos presas fáciles de esta época, que no estamos seguros si es la época del cambio o el cambio de época, pero la verdad es que es un momento beligerante y de eso estamos claros y actuamos en consecuencia. Los pueblos indígenas si no nos detenemos a pensar y reflexionar sobre nosotros, vamos a desaparecer en el río de la homogeneidad, a esto llamamos la crisis de la transición. O nos identificamos como tales y pensamos ser realmente lo que los mayores nos han dejado (los sueños de ser una nación original, propia, etc, recogiendo lo rico de los conocimientos universales), o desaparecemos como individuos y nación".

"El reto de la crisis que vive actualmente el movimiento indígena es encontrar una orientación valedera para la superación de tan difícil momento, en ese sentido no es solamente la dirigencia la responsable de las omisiones o errores, y al respecto el pueblo con su sabiduría sabrá que hace. Para poder salir de este momento es necesario reconocer lo que se hizo y no se hizo durante este período de 10 años y eso pasarlo por una evaluación seria de los acontecimientos coyunturales, pero tampoco se ha hecho una evaluación general del movimiento indígena, entonces eso no nos permite ver cuáles han sido los alcances de los resultados si los hay, y con qué horizonte podemos seguir haciendo algo para el futuro. Como movimiento indígena, si no tenemos una evaluación seria por ejemplo sobre el 21 de Enero, simplemente no podremos caminar y potenciarnos a futuro. Uno de los problemas al interior del movimiento quizá sea que hay intencionalidades individuales a su interior que voluntades colectivas. Sin embargo, lo necesario y urgente ahora es un reencuentro entre las bases y la dirigencia y que este reencuentro pase por un sinceramiento mutuo".

"El desempate con las organizaciones sociales está ahí, en el interior del movimiento, mientras nosotros nos cerramos en lo étnico y cultural - pues esa dimensión es grande e importante para nosotros - para los otros, es mito y entra en un espacio difícil de codificar y entender. De ahí que se busquen, desde el lado de los intelectuales de izquierda, categorías basadas en lógicas de pensamiento occidental (como aquella de lo campesino) para entender nuestra manera de actuar y pensar. Pero se obvia en los análisis sociales el tema étnico, tan importante para explicarnos muchas de las particularidades del movimiento indio. Ahí vale aclarar que estas dos categorías (etnia y clase) son distintas entre sí, por lo cual no se debe usar la una para entender la otra o viceversa. Por tanto, los puentes para encontrar verdaderos espacios de diálogo entre "los distintos" deben estar basados también en la discusión desde lo teórico conceptual, así podremos separar los límites de interpretación que también son producto de el haber estado conviviendo de espaldas tanto tiempo".

MESA DE TRABAJO No. 2: Percepciones de la sociedad civil sobre el movimiento indígena

¿Cómo mira la sociedad civil al movimiento indígena ecuatoriano? ¿De qué manera han cambiado esos imaginarios simbólicos sobre lo indígena dentro del conjunto de la sociedad? Y esos cambios ¿posibilitan un acercamiento más horizontal entre los diferentes pueblos? ¿han contribuido a hacer más tolerante a nuestra sociedad? Para responder a estas y otras cuestiones, se organizó esta mesa de trabajo con distinguidos representantes de la sociedad civil, quienes de una manera crítica han realizado una lectura desde "afuera" del movimiento indígena. Es una lectura pertinente, porque el proyecto político del movimiento indígena tiene pretensiones de universalidad, y quiere convertirse en el referente de la sociedad en su conjunto. Si el movimiento indígena se ha quejado, y con justa razón, de que se le han cerrado todos los espacios para hacer oír su voz, también es justo que abra sus espacios internos para que escuche esas voces que provienen desde la sociedad en su conjunto. Tales son las premisas para un verdadero diálogo intercultural. Así, el objetivo de esta mesa de trabajo era justamente el de abrir los espacios de diálogo y de comprensión entre los principales actores sociales de nuestro país.

Alejandro Moreano: Los indios ecuatorianos nos han vuelto universales a todos

Alejandro Moreano es sociólogo. Fue editorialista por largo tiempo de uno de los principales periódicos de la capital de la república. Es profesor de la Universidad Central del Ecuador, y de la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha sido un lector atento y bastante crítico de los procesos sociales y sus actores involucrados. Su opinión muchas veces se ha constituido en un referente para el análisis de la realidad.

"Voy a refererirme a mi deseo secreto, a mi voluntad no sé hasta qué punto secreta, ligada a la literatura para pensar el problema, quiero iniciar con una reflexión tomada de Sartre. Sartre dice en alguna parte de sus memorias, que cuando él escribía el "Ser y la Nada", (y uno se lo imagina en la noche), regresaba a ver y sentía la presencia de los trabajadores como voces, como rumores, como escozores del aire si se quiere, como una lenta persistencia, existencia, allí viva, y ello le partía en dos las ideas en la cabeza, y toda su obra ulterior presenta este resquebrajamiento en dos".

"Pienso que los indios empiezan a resquebrajarnos en dos las ideas en la cabeza. Y quiero remitirme al hecho de que los indios habían desaparecido después de haber estado tan presentes en la literatura, y ello es un fenómeno muy singular. En efecto, a partir de los años cincuenta y sobre todo de los sesenta se gesta una especie de sentencia inapelable una crítica despiadada a la generación de los treinta acusada de un realismo plano, de un realismo fundado en un compromiso ético extra literario, personajes sin espesor, excesivamente rural, se reivindica a Pablo Palacio, frente a la generación del treinta en el cual se postula una literatura existencial, una literatura urbana, una literatura de los "demonios interiores", una literatura de la subjetividad, que habría definitivamente que hacer su balance si se constituye como tal, porque la subjetividad es lo menos subjetivo del mundo, es una construcción histórica, es una construcción social y no una elección individual".

"Y de pronto yo me he puesto a reflexionar sobre los referentes de esa literatura nuestra, y me doy cuenta de que frente a otros referentes de América Latina, como el realismo mágico, nuestra literatura tomó como referentes a los escritores del Río de la Plata, son Borges, Cortázar, Onetti, Sábato, los referentes fundamentales de esa literatura que se erigió sobre la condena en gran medida al realismo social, de la condena en gran medida a las relaciones de la literatura con su contexto. Bolívar Echeverría plantea como explicación a este fenómeno la existencia de un mestizaje incompleto, en donde no se habrían formado aquellas categorías como la "mexicanidad", la "peruanidad", categorías mestizas unificadoras en nombre de un proyecto nacional que se fraguara en estos países y que habrían afirmado una especie de identidad mestiza universal".

"En nuestro país ese fenómeno parece haberse agotado en cierto momento y eso explicaría la presencia por un lado del movimiento indio, una presencia mucho mayor de la que tiene el movimiento indio en Perú o Bolivia, o en México, y también la presencia de una elite que mirando al Río de la Plata, se refería más bien a un referente europeo. Creo que la emergencia de los indios a partir de 1990, empieza a cambiar este panorama. Son una fuerza que sacude al conjunto de la sociedad. Creo que hay una especie de reactivación de ese dinamismo mestizo ahora referido al polo indio".

"La entrada de los indios en 1999, por el sur de Quito, me parece que fue un proceso de una excepcional ósmosis social, aquella respuesta de los habitantes pobres que recibieron a sus hermanos indios revela ese proceso significativo, porque si bien Febres Cordero dice que los indios son solo el 15%, ellos en realidad representan a la mayoría. Y si nosotros atendemos a otros elementos simbólico imaginarios que se han gestado en estos diez últimos años, vamos a encontrar ese proceso significativo, nos vamos a encontrar con el desarrollo de prácticas, con una revitalización de los viejos saberes, con una búsqueda de experiencias prácticas, rituales. Eso se extiende de diferentes formas. Son síntomas de procesos significativos".

"Los indios fundamentan la dinamización de un nuevo tipo de pensamiento que está disputando a nivel universal. Los indios ecuatorianos nos vuelven universales a todos. Porque esa discusión se da justamente a partir de la emergencia del movimiento indio.

"El movimiento político que han protagonizado los indios, ha dinamizado la vida social general del país, ha planteado la posibilidad de su preservación como unidad política, todo el proceso que va desde el 90 hasta el 21 de enero es un proceso de politización y universalización del movimiento indio como aliado y líder de ese movimiento nacional, algo que nos ha vuelto universales a través de ellos a segundo nivel, en el imaginario de la izquierda radical mundial, los indios ecuatorianos son una fuerza decisiva, los indios pasaron al primer lugar del ranking, por encima del MST y de los zapatistas mexicanos".

"Estamos en una coyuntura muy compleja, es una crisis estratégica, es una crisis estructural del movimiento indio, es una crisis de los movimientos sociales que obliga a replantear por completo su estrategia, o más bien por el contrario es una crisis coyuntural, de un mal análisis de las relaciones de fuerza en este periodo y que llevó a las decisiones en torno al mes anterior y al fracaso de esta convocatoria en un momento absurdo para llamar a convocatoria de una movilización nacional. Ello plantea rectificaciones de análisis o plantea reconversión general de la estrategia, creo que ése debería ser el punto central en el análisis. Algunos análisis les recomiendan a los indios volver a sus prácticas locales perdiendo de vista el proyecto futuro. Los errores son coyunturales que no pueden afectar toda esa línea que ha llevado a los indios a ser un eje central de la vida política, social y cultural del Ecuador".

Fabián Corral: Es responsabilidad social sabernos reconocer y no seguirnos excluyendo

Fabián Corral es editorialista de uno de los medios de comunicación más importantes del Ecuador, el periódico El Comercio. Es actualmente Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad San Francisco, y ha ganado recientemente el premio Eugenio Espejo de la prensa nacional por su actividad editorial.

"Me parece importante destacar primero el título de este foro, es un acierto a medias hablar sobre las percepciones que la sociedad civil tiene sobre el movimiento indígena. Y ¿porqué es un acierto a medias? Porque no creo que solamente se trate de establecer cuáles son las percepciones, sino también, los prejuicios y evidencias que sobre el movimiento indígena y su actuación política, o como movimiento social se ha dado en estos años; porque como en todo fenómeno de esta naturaleza existen percepciones, prejuicios y evidencias que también pueden ser materia de constatación".

"Pero hablando de percepciones desde la sociedad civil, hay que abordarlo desde diversos ángulos. Primero, cómo se les ve a los indios hoy, frente a cómo se les veía antes, el punto de comparación es importante con el propósito de llegar a una conclusión lo más certera y objetiva posible, respecto de si ha habido o no un cambio, una valoración o una devaluación del hecho indio en una sociedad como la ecuatoriana. Desde ese punto de vista ha habido una importantísima valoración del indio como realidad y como movimiento social. No tengo compromiso con los movimientos sociales, más bien mantengo opiniones adversas en lo económico, pero sí creo que desde el punto de vista de la honestidad intelectual debo admitir que hay una importante valoración del indio como persona y del indio como movimiento en estos últimos años".

"Es interesante, y bueno para el país, que ha sido un país de desencuentros y sigue siendo un país de desencuentros. Cuando uno de esos referentes que antes tenía una valoración, por supuesto subjetiva, disminuida, cuando este movimiento adquiere relevancia y adquiere sobre todo una valoración positiva, eso conmueve a muchas gentes, lo cual es comprensible, no veo un escenario similar hace quince años en el Ecuador".

"Hoy un foro como éste es común e importante, y tan importante como que aquí veo bastantes ponchos y me parece absolutamente importante e interesante que estén, es una forma de afirmar una identidad. No estoy seguro de que sea una identidad autóctona, creo que no, pero de todas maneras es una identidad grupal que se afirma a través de estas manifestaciones en el atuendo, y creo que es bien importante. Hace quince años esto habría sido improbable y hasta sancionado socialmente, me refiero a la presencia de los ponchos en un foro académico. De modo que esta evidencia de alguna manera superficial pero importante es un elemento de juicio del cambio de percepción de la sociedad civil respecto del indio y del movimiento indígena".

"Precisamente por esto la gente que está en ese movimiento, que vive como indígena, la que rescata su atuendo, su idioma, su forma de ser, porque se ha valorado socialmente. Creo que esa valoración acarrea una enorme responsabilidad de nosotros los de saco y corbata, y responsabilidad de los otros, responsabilidad de los de poncho, tipullu y anaco, es una responsabilidad compartida, porque el primer tema de esta responsabilidad es sabernos reconocer y no seguirnos excluyendo, que creo que ha sido el gran error del país".

"El Movimiento Indígena surge coincidencialmente con la enorme crisis del socialismo real, el muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989, y entró en un acelerado proceso de crisis política ese gran referente, y como consecuencia de esa crisis entró en crisis también por carambola o por rebote, el movimiento obrero ecuatoriano, y dejó un enorme espacio vacío. A tal punto que desde esa época acá, cuando los movimientos obreros agrupados en el FUT, han querido en los años noventa hacer un paro exitoso han tenido que asociarse o enancarse en la CONAIE o algún otro Movimiento Indígena (MI). Porque ese movimiento por alguna razón se agotó, sin juicios de valor, hubo un agotamiento y un recambio por el MI. Me preocupa que éste ha tomado referentes, concepto, ideas, creencias y banderas del viejo movimiento obrero, por eso me parece un error haberse asociado con los grandes movimientos sindicales del Ecuador. La asociación entre un MI fresco, distinto, alternativo, afirmativo de identidad con movimientos que tienen sus méritos pero que no afirman esas identidades, y que la única afirmación o simpatía que tienen es un interés coyuntural de tipo ideológico, me parece una equivocación del MI y un acierto del político del Movimiento Obrero (MO). Éste se ha fortalecido de este enancamiento. Creo que es un error inmenso que se ha cometido, pues provoca distancias, sospechas y prejuicios. Distancias de quienes ven al desgaste del MO como un proceso natural de una actuación reiterada sobre referentes desgastados frente al tema del poder. El MO tiene una concepción sobre el poder, diferente a la del MI, que es otra. Por eso extraña esta mezcla rara, que provocó una crisis coyuntural en septiembre entre las tesis del MI y del MO. El uno de origen rural, afirmativo de una identidad bien antigua, y el otro es movimiento urbano reciente, sin parentesco alguno más allá de algunas identidades de la izquierda, les veo más bien distantes y distintos. Ese es una percepción".

"Otro tema: creo que también con responsabilidades compartidas. El mérito del MI es haberle traído al mundo de nosotros el mundo de los otros. El Ecuador ha cometido un grave error en ese tema, se urbanizó demasiado rápido y se petrolerizó bastante rápido. Asumimos que el Ecuador era la calle pavimentada, la urbanización moderna, el internet, el mall, el supermercado y el auto, y de alguna manera nos desconectamos de la cultura rural del país. Lo que ha hecho el MI en este aspecto ya no en lo político es traernos de nuevo y presentarnos en otro escenario urbano ese mundo y esa cultura rural bastante venida a menos, que hay que rescatar y afirmar, creo que es un mérito más allá de lo político".

Luz María De la Torre: Hay un proceso de resurgimiento de lo indio en el continente

María De la Torre es socióloga, estudia actualmente en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO. Es una joven intelectual muy lúcida y muy vinculada al movimiento indígena ecuatoriano.

"Hace 20 años se iniciaba en el país un proceso similar a aquel de la creación de la Universidad Intercultural, con la educación bilingüe, a la entrada de la redemocratización del país. Cuando todos pensaban que ya no había indios, cuando las estadísticas anunciaban que ya no había indios y aparecía como locura el trabajar con los indígenas. Tal vez una utopía pero seguimos adelante, igual que hoy. Veinte años después vivimos otra realidad, de modo inconsciente, intuitivo, maravilloso en un momento como éste, en octubre, culturalmente es el afianzamiento de la vida en la tierra".

"Los productos sembrados, depositados en la tierra, se afirman con su vitalidad o están condenados a morir, este símbolo se utilizaba en los distintos ciclos de la vida para abrir nuestros centros de sabiduría llamados los "Yachana Huasi". En ellos aprendíamos nuestra arte, conocimiento, sabiduría. Conocimiento que por miles de años ha permanecido vivo. No solamente a partir de 1990 ha empezado a vivir esta cultura. Como decía Luis Macas, esto estuvo siempre presente, estamos aquí y seguiremos aquí. Como la profecía de nuestros ancianos: "Volveremos y seremos millones". Y estamos aquí ahora ya no solamente los indios, esa categoría racializada, el indio, el runa, el indígena, de cualquier forma está presente en cada uno de nosotros, no solamente en la sociedad ecuatoriana, sino en la latinoamericana, mundial".

"Esta cultura se configura como ejemplo para el mundo. Runa, una categoría despreciada, siempre usado para menospreciar, aún hoy usada en la lexicografía para señalar todo aquello que no vale. Así tenemos en lo cotidiano una tela runa, un perro runa, etc. Para definir la categoría de lo inservible, dividiendo lo fino de lo que no sirve. La categoría de runa racializada, racializaron nuestra cultura, economía, ciencia, la sociedad, al indio. Ese indio está presente aquí. Cuando recordamos la historia nuestras madres fueron indias, en todos los andinos, en todos los americanos. Nuestras primigenias bases son indias. Por cobardía no se asume lo indio. Unos nos llamamos blancos, indios o mestizos, categorías que nos hacen olvidar la realidad. Se conocen procesos de blanqueamiento: se ponían corbata y terno y se hacían pasar por blancos".

"Esa cobardía nos impide reconocernos. Por más de 500 años de compartir esta tierra, de vivir en estas montañas, ahora ya somos indígenas de aquí, como la expresión de la Academia de la lengua: indígena aquel que nace en un sitio, crece allí, conoce de él. Pues somos eso. Unos resistiendo, otros odiando. Esa indigenidad nueva, desracializada, está presente aquí, tras quinientos años. Igual que la tierra al ser cosechada, que se botan los desperdicios y se los deja allí, es lo que ha hecho esta cultura, de la basura ha reincoporado para dar a luz una nueva sabiduría. Como dicen nuestros sabios: América va a parir un hijo y ese hijo es este indio, este runa no como categoría racializada, sino en su verdadero sentido. Runa en kichwa significa ser humano y es lo que vamos a inaugurar ahora".

"Estamos viviendo una época nueva el "Achig Pachakutik", todo lo nuevo antecede con una cosa vieja. Achig significa claridad, luz, resplandor, lo que asoma hoy. Pacha el tiempo, espacio. Kutik lo que vuelve, la transformación. Ambas categorías indisolubles, la cultura tildada de incivilizada e inferior tenga estos conocimientos. Teníamos la religión y la ciencia unidas. Un sabio debía conocer y practicar la ética, un sabio tenía que ser un sacerdote. Volvemos a nuestro Pachakutik, a nuestro Taki Unkui, eran gritos, esperanzas, utopías de nuestros pueblos. Eran llamados con convocatorias a la comunidad, el taki onkoi de este Pachakutik debe llenar ese vacío social y sicológico que caracteriza a los pueblos colonizados".

"Nuestros amautas, mamas, sabios nos enseñaron estos conocimientos. No estaba visible, pero siempre latente en la vida cotididiana. Es difícil que cambie la visión respecto al indio, esta naciendo recién. El indio esta en proceso de emergencia, de salir a flote, es un llamado a cada uno de nosotros: sentirnos indios, runas de este continente. No podemos dejar pasar la maravillosa diversidad que tenemos, que conocemos por la diversidad geográfica. En esta latitud tenemos cada 200 metros hábitat, geografía, piso, pueblos distintos. Ello nos ha hecho respetuosos de la diversidad que en la humanidad tenemos. Somos diferentes, pero queremos hacer esa gran unidad, queremos hacer ese gran todos, el volver a ser millones. Es el Pachakutik más allá del folklorismos, son los conocimientos expresados de nuestra sabiduría, son principios científicos de los que aún se burla la gente. Solamente mirando al cielo se observa, ya lo vieron nuestros ancianos con su cultura cósmica, ahora con otros mecanismo se lo comprueba. Así el sol que se mueve cada 28 años, la luna cada 19 años. Conjugado en nuestras danzas que se han conservado aún inconscientemente, en ellas se forma ese conocimiento que multiplicado da alrededor de 532 años, y forma una etapa, cuando se cumpla vamos a nacer renovados. Es una invitación a todos para hacer nacer a este nuevo runa. No es casual ver que hoy existen culturas que se acercan a nuestra cultura, a aprender de nuestra cultura, idioma, mientras queremos imitar el mundo mestizo, el mestizo quiere vivir como norteamericano, europeo, y de afuera vienen a aprender de nosotros".

Napoleón Saltos: El Movimiento Indígena ha abierto un camino y nos compete a todos el recorrerlo

Napoleón Saltos es actualmente dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales. Ha estado vinculado desde hace largo tiempo al movimiento indígena. Tuvo una participación activa desde los movimientos sociales durante el levantamiento del 90, y en 1996 fue electo diputado por el Movimiento Pachakutik. Es profesor de la Universidad Central, sociólogo de profesión y dirige la fundación José Peralta.

"El Movimiento Indígena (MI) ha seguido un largo camino para constituirse en un sujeto étnico, político nacional. Hoy podemos recorrer ese camino para trazar las perspectivas del futuro. En el horizonte quedan los 500 años de resistencia que permiten hablar de la presencia de una civilización andina y de una cultura que toma su identidad y se universaliza. No me voy a referir a ese proceso sino desde una visión diferente: el proceso de visibilización de los pueblos indígenas, el regreso de los runas como actores sociales y políticos con su propia perspectiva y su propia voz, para poder ver las perspectivas de futuro".

"En estos 500 años ha habido varios retorno, a finales de 1700 con Tupac Amaru a la cabeza, o con Daquilema Rex en nuestro país. Hoy querría centrarme en el proceso que se sigue para ver el desenlace en torno a la década del noventa y dos mil. Creo que este proceso se inicia un poco atrás. Quizás el punto de arranque está en la crisis del sistema hacienda en los años 50, el problema indígena se presenta como un problema agrario, de lucha por la tierra, frente al problema del huasipungaje, al precarismo".

"En la década del 60 se radicaliza la lucha con la bandera de la Reforma Agraria. La lucha en el agro adopta la forma de lucha campesina, en esta dinámica juega un papel decisivo la visión de sectores de la izquierda ecuatoriana, y desempeña un papel protagónico la FEI (Federación Ecuatoriana de Indios). Este influjo se mantiene con modificaciones a lo largo del camino seguido por los pueblos indígenas, aunque aquí se manifiesta un método importante de los Pueblos Indígenas (PI), el acompañamiento de algunos actores se agota cuando los PI asumen esa identidad y pasan a una nueva fase. En el período 60-70 un sector de la iglesia católica, representado por Mons. Proaño, reconociendo las difíciles condiciones sociales de la población indígena ecuatoriana, planteaba como un actor de la vida pastoral y de la sociedad, este hecho contribuyó a la formación de catequistas indígenas, que se convirtieron en animadores sociales y en muchos casos dirigentes formadores de organizaciones indígenas".

"Desde allí hay una proyección en cuanto la defensa de la dignidad humana frente al sojuzgamiento. El resultado orgánico más importante esta en la constitución de la Ecuarunari en 1974, pero nuevamente el método ratifica la fortaleza del MI. Después de este acompañamiento el Ecuarunari asume su propia identidad y las organizaciones que nacieron al calor de este proceso serán las que pasen a representar al MI".

"En los años 70 se opera una confluencia del proceso indígena de la sierra estructurado en torno a la lucha por la tierra, con una visión étnica que empezaba a estructurarse en los PI amazónicos, en particular dentro del pueblo Shuar".

"Se planteó entonces tres componentes fundamentales viendo la historia:

  1. La lucha por la tierra
  2. La lucha por la dignidad humana frente a la exclusión, la reivindicación de lo runa
  3. El reconocimiento de los derechos como pueblos y como nacionalidades"

"En la década de los 70 se inicia una mezcla de estos tres procesos, esto desembocará en la constitución de la CONAIE, en 1986. Al mismo tiempo desde esa identidad del MI establece una relación con otros sectores sociales no en forma subordinada, sino con un aporte propio. Empieza a introducir una dimensión sagrada y humana en las acciones de los sectores sociales, una visión de unidad con la naturaleza y una visión de unidad en la diversidad. Este es el proceso que se aprecia en el noventa".

"La chispa que encendió el pajonal fue el alto número de conflictos represados después del corte del proceso de reforma agraria, según un estudio del 91 de Dublie Granda, 120 conflictos en la costa, 62 en la sierra y 35 en la amazonía. Esos conflictos llegaron a sus niveles más altos de enfrentamiento en el segundo semestre del 89, estas organizaciones se agrupan en la Coordinadora de Conflictos Agrarios que fue la que organizó la toma de la iglesia de Sto. Domingo el 27 de mayo y estableció una red de acciones a lo largo de la sierra. En esta coordinadora participan otros sectores sociales, y sobre todo cristianos, desde una dinámica de solidaridad y apoyo al MI. Sin embargo, esta fuerza hubiera sido limitada sino se hubiera inscrito en la convocatoria de la CONAIE a levantamiento. Allí se desata la fuerza de la comunidad. Esto nos permite decir que el poder del MI se asienta en dos factores principales:

  1. Una visión civilizadora propia
  2. La fuerza de la comunidad como organización territorial con una diferencia radical con lo que es el movimiento sindical, y otros movimientos sociales. El asentamiento territorial permite al MI desde su propia célula proyectar una visión frente al estado, y por tanto sus reivindicaciones particulares tienden a universalizarse".

"Aunque en el levantamiento del Inti Raymi se expresaron demandas como pueblos y nacionalidades, especialmente en torno a la educación bilingüe, no fue el tema central. El levantamiento del 90 se basó en la participación de las organizaciones locales y provinciales, los mandatos provinciales privilegiaron las demandas sobre las tierras, y de dignidad humana frente a la exclusión. La lucha se concentró en la sierra centro, en este levantamiento la presencia de los pueblos de la amazonía fue débil. Si nos ubicamos en los hechos y no en la literatura que después se escribió, el paso de campesinos a "ciudadanos diferentes" como algún autor planteó, sino una alta combinación de factores que convierte al MI no en un movimiento étnico, sino también social que va a proyectarse como una fuerza que tiene propuestas de carácter nacional. La fuerza de la amazonía se presenta en la marcha de la OPIP, donde el centro del mandato es el tema de la territorialidad y de los derechos como pueblos, ello lleva al régimen del momento a la lectura de que los indios quieren hacer un estado dentro de otro estado. Pero allí se marca un tesis fundamental de los noventa, no solo la plurinacionalidad sino el estado pluricultural, y desde allí una nueva lectura de la reorganización del estado, el tema de las autonomías y de la autodeterminación de los PI.

"Ese proceso ha tenido su fuerza desde nuestra visión en que ha logrado combinar los diversos como la lucha por la tierra, que hoy se presenta como la lucha por el agua y tiene otras connotaciones ya no solo agrarias, el MI ya no es solo agrario, también radica en lo urbano y hay otros problemas que se van presentando. La lucha por la dignidad humana, los DDHH y la lucha por los Derechos colectivos, la capacidad de combinar y de no convertir a esos elementos en excluyentes, es lo que le ha dado fuerza al pueblo indígena. Claro que ahora hay consejos de que se fracture, porque hoy el MI ha asumido una responsabilidad general, ha presentado un proyecto global para el país. Que allí hay problemas, fallas, que falta desarrollo teórico-político, creo que sí, y que puede haber resultados como los de septiembre que deben ser analizados autocríticamente. El camino está abierto y está en esa capacidad de responder a todos los problemas desde una propia identidad, la solución no esta en retroceder, en fracturar, sino en recuperar ese sentido global, que ahora lo hemos recogido en esa reminiscencia del Pachakutik, un retorno de la transparencia o de la plenitud de los tiempos. Hay posibilidad de mirar que el MI tiene un camino abierto, y es un asunto no solamente de los indígenas sino como un tema que nos compete a todos y a todas".

MESA DE TRABAJO No. 3: Movimiento Indígena y reforma política del Estado

El levantamiento indígena del 90 incorporó al movimiento indígena al debate nacional sobre el carácter del Estado Ecuatoriano. Desde entonces, el movimiento indígena ha insistido en una reforma radical al Estado, sobre todo en sus dimensiones de interculturalidad y plurinacionalidad. Las primeras reacciones a estas propuestas fueron de rechazo y tergiversación de la propuesta indígena. Se dijo que los indios proponían la creación de un Estado dentro del Estado, que su pedido rompía la unidad nacional y resquebraja la soberanía interna. Ha existido un largo camino en el que han mediado algunos levantamientos, marchas como aquella de la OPIP en 1992, participación electoral, como aquella de 1996, movilización por la Asamblea Constituyente, como en 1998, etc., para que la propuesta de los indios empiece a ser tomada en serio y a ser considerada en el debate nacional. Después de toda una década de participación y lucha social se han logrado algunos aspectos, como la inclusión de los derechos colectivos en la Constitución Política del Estado, pero quedan pendientes por discutir aspectos fundamentales de estrategia, de visión y de propuesta sobre la reforma del Estado, sobre todo en momentos en los que las propuestas de autonomía provincial parecen alcanzar su punto máximo. Para debatir estos puntos, se realizó esta mesa con la presencia de los principales dirigentes de la Conaie, de la Feine, de la Fenocin, de la Confeunassc y del Ecuarunari, al momento las más importantes organizaciones de indígenas en el Ecuador.

Antonio Vargas: Todos debemos ser los actores responsables de la democracia

Antonio Vargas es actual Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE. Al momento, la CONAIE es el espacio organizativo más reconocido de los indios tanto a nivel nacional como internacional. La figura de Antonio Vargas tuvo resonancia mundial cuando conformó el triunvirato de la Junta de Salvación Nacional del 21 de enero del 2000. Era la primera vez que un indio, aunque sea fugazmente, estaba en el poder en el Ecuador.

"El mundo indígena hasta los años 70's, era desconocido y aquí en el Ecuador era conocido como más bien como movimiento campesino. En ese sentido el Movimiento Indígena (MI), ha ido tomando cuerpo desde el 70 para acá, en temas muy importantes en beneficio, no solamente del pueblo indígena sino del país. Antes el pueblo indígena luchaba por su identidad, por el desarrollo, por la educación, salud, pero ahora las demandas de allí para acá ha comenzado a buscar nuevas estrategias de salir adelante. Por eso hoy el MI tiene un reconocimiento no solo a nivel nacional, sino también internacional. Quiero dar un enfoque exclusivamente del mundo indígena para que todos vayamos entendiendo ya que el pueblo indígena era desconocido. No éramos reconocidos en el idioma, en la identidad, en el desarrollo, en nada. De ahí para acá, del 80 para acá el pueblo indígena ha hecho aportes no solamente para los indígenas sino para el país".

"Los grandes avances del MI en la reforma política del estado ecuatoriano van tomando forma desde los 70. Desde el levantamiento del 90 se rompe con el desconocimiento a los pueblos indígenas, desde este gran levantamiento en el que planteamos la construcción de un gran estado plurinacional desde el que construir un futuro, la historia del país se ha transformado radicalmente".

"La consideración de campesinos a indígenas ha significado grandes logros. En 1992 con la marcha de la OPIP, apoyado por todos los pueblos indígenas del Ecuador se consiguió el reconocimiento de 1'115.000 has. en beneficio de los pueblos de la amazonía. Posteriormente se da un gran levantamiento para oponerse a la ley de fraccionamiento de tierras comunales para el mercado de tierras. Como resultado de esta movilización, el Congreso Nacoinal tuvo que archivar este proyecto de ley.".

"En 1998 la CONAIE participa en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en demanda de que se incorporen los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas a la Constitución Política del Estado, lo que se logra pese a que grupos de poder intentan que fracase la ANC. Participamos con indios asambleístas adentro y también con compañeros indígenas afuera. Nuestro planteamiento fue que se declare el Estado como plurinacional, pero no se lo reconoció. Sin embargo se aceptó un aspecto muy importante como es el de la diversidad de la sociedad ecuatoriana. Si la Asamblea no fue un éxito total fue una participación activa importante por primera vez para el movimiento indígena".

"En marzo y junio del 99 se realizan movilizaciones nacionales y como resultado de ello se firman sendos acuerdos con el gobierno de Jamil Mahuad y la CONAIE y los movimientos sociales. Todos los acuerdos fueron incumplidos por el gobierno nacional. Nuestros pedidos no han sido solo en beneficio de los indígenas sino del conjunto de la sociedad. Muchos políticos han querido que mantengamos la lucha de los indios solamente para nosotros, y nada más".

"En enero del 2000, en rechazo al gobierno de Jamil Mahuad, con el respaldo de militares y del pueblo ecuatoriano, se realizó una gran movilización nacional liderada por la CONAIE, que tuvo como resultado la destitución de Mahuad. Pero no solo participamos en la caída del Dr. Mahuad, sino que también tuvimos un papel protagónico en la destitución del expresidente Dr. Abdalá Bucaram".

"La percepción que tenemos al momento es que únicamente hemos cambiado de personas, no de proyecto, ni de direccionalidad en la conducción del gobierno, no hemos visto cambios profundos en beneficio de todos los ecuatorianos. Cada vez que hemos cambiado a las personas que detentan el poder de turno, vienen con más fuerza sectores allegados a la derecha con su visión e intereses concretos. Ahora, tras la caída del Dr. Jamil Mahuad, con más fuerza la derecha ha potencializado la política neoliberal y la entrega del patrimonio nacional a las empresas multinacionales y no ha implementado los cambios profundos que pide el pueblo ecuatoriano. Estamos todavía a la espera".

"En la participación de la reforma política del Estado Ecuatoriano, mediante diversas gestiones, levantamientos y propuestas hemos contribuido a que se reconozca finalmente la diversidad del Estado ecuatoriano. En los logros que los PI hemos tenido desde 1990 señalo principalmente la educación intercultural bilingüe, aspecto fundamental para los indígenas. Este proceso no es para apartarnos de la sociedad, como se ha dicho, sino un reconocimiento de la identidad. Otro logro fue la legalización de tierras en todo el país para nuestras nacionalidades y pueblos. Otro logro está en el reconocimiento de la pluriculturalidad y multietnicidad reconocida en la Constitución. No se ha entendido hasta ahora qué significa para nosotros el concepto de nacionalidades, se ha pensado que los indígenas queremos formar estados pequeños, cuando en realidad lo que buscamos es el reconocimiento a lo que históricamente nos pertenece".

"Mediante decreto ejecutivo número 386 de diciembre de 1998, el Estado Ecuatoriano, reconoce las siguientes nacionalidades: shuar, ashuar, siona, secoya, cofán, záparo, chachi, tsáchilas, eperas, awa, kichwa. En ese decreto también se reconoce la existencia de los siguientes pueblos de la nacionalidad kichwa: saraguro, cañari, puruhae, guaranga, panzaleo, chibuleo, salasaca, kitu, cayambe, caranqui, natabuela, otavalo. También se reconoce al pueblo Manta - Huancavilca. De otra parte, en 1998 se creó también la Dirección Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas".

"Construir un Estado Plurinacional es una invitación a todos los sectores, reconociendo la gran diversidad que habitamos aquí en el Ecuador, que muchas veces no ha sido reconocido. La CONAIE se reafirma en sus principios, requiere de mantener las alianzas con otros sectores de mestizos, negros, blancos, todos debemos ser actores responsables de una democracia realmente participativa, donde se democratice la economía, el poder política, la justicia, la parte espiritual y la salubridad de los pueblos".

Pedro De la Cruz: Debemos estar orgullosos de nuestra identidad

Pedro De la Cruz, es Presidente de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indias y de Negros del Ecuador, FENOCIN. Es un indígena de la región de Cotacachi, provincia de Imbabura. La FENOCIN es una de las organizaciones más importantes del movimiento indígena ecuatoriano y ha participado activamente en las jornadas de lucha de los indios del Ecuador a todo lo largo de la década de los noventa.

"Para nosotros como organizaciones nacionales es importante sentarnos y debatir para sacar objetivos, metas y agendas comunes, y no estemos echándonos piedras entre nosotros. Estas es la primera vez que nos sentamos a exponer después de la entrada del gobierno de Mahuad. Es lamentable pero hay que decirnos las cosas y ver las consecuencias de este separamiento entre las organizaciones y en especial con la CONAIE".

"El Movimiento Indígena (MI) desde la llegada de los españoles siempre hemos estado luchando, tal vez de manera desarticulada, sea de manera provincial o en cada hacienda. Así, el caso de Fernando Daquilema en Chimborazo, el caso de las mujeres que iniciaron un Levantamiento en Cotacachi y se extiende hasta Cayambe en 1777. Así un sinnúmero de acciones contra la injusticia, la desigualdad y el racismo. Así creemos que sea o no positivo, fuimos apadrinados por movimientos de izquierda, como el partido comunista, el partido socialista, gracias a su iniciativa se crea la Federación Ecuatoriana de Indios FEI, en 1945, en donde ya se reconocen como indígenas, nos autoreconocemos como tales y así luchamos por educación intercultural, por la tierra y liderados por la difunta Dolores Cacuango. Allí nace el germen de la lucha indígena, tal vez respaldados por una ideología de izquierda".

"Para contrarrestar la revolución cubana que extendía la conciencia revolucionaria, de cambio por toda América Latina, conciencia de mejorar la situación política, cultural, económica; el gobierno norteamericano da instrucciones a los gobiernos latinoamericanos para que impulsen una reforma agraria. Nace aquí la Ley de Reforma Agraria en 1964, allí nace nuestra organización como Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, en los albores de la lucha por la tierra, pues para los campesinos, especialmente para los indígenas, la tierra es madre; y en ella estabamos trabajando pero como serviles, yanaperos, huasipungueros, y en ese sentido era muy importante que se revierta la tierra a nosotros".

"A pesar de lanzar esa ley el poder económico no la hacía cumplir, siempre cuando es a favor de los pobres no se hace cumplir. Sin embargo, nace esta ley. Luego nace también con una idea más de indígenas la Ecuarunari, en los 70, hemos luchado juntos con ella por planteamientos políticos. Tal vez por evitar la división del movimiento indígena se plantea conjuntamente al gobierno de Jaime Roldós Aguilera la salida del Instituto Lingüístico de Verano. En esos momentos nace la alfabetización kichwa, en 1980. Alrededor de ésta se articula a nivel nacional con más fuerza un movimiento entre las diferentes organizaciones. Allí mismo algunos intelectuales y profesionales indígenas con el respaldo de antropólogos crean la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Para nosotros, se lo hace con un criterio más indígena. A pesar de ello los indígenas que estábamos organizados en otras federaciones apoyamos a la CONAIE en sus planteamientos. En esos momentos los planteamientos son comunes en diferentes ámbitos".

"Nosotros creemos que en el mundo existen cuatro tipos de estado: Estados con una sola nación o pueblo, Estado con varias naciones y pueblos que conviven, Estados con varias naciones y pueblos en los que uno solo sojuzga a los demás; y, Estado con varias naciones o pueblos que una sojuzga sea nativa o afro por la fuerza, pero a más de sojuzgados se intermezclan. En el Ecuador esa es la realidad, no hay indígenas que no estén mezclados, tal vez en la amazonía, en la costa; pero en la sierra hay ese continuum indio-mestizo-negro. Y por el racismo que existe los mestizos se averguenzan de decir que son descendientes de indígenas o afroecuatorianos, ellos se sienten descendientes de blancos. Esa es la vergüenza que existe de los mestizos, y que ellos siendo descendientes de indígenas son los más opresores, y tal vez también los mismos indígenas que han llegado a tener poder económico".

"En el momento que se funda la CONAIE nos parece importante pues se ha logrado muchos aspectos importantes. Creemos que se ha logrado el fortalecimiento de la identidad indígena, ese ha sido uno de los ejes fundamentales. Antes los indios que se educaban pasaban a ser blanco-mestizos, y ahora con la nueva propuesta nos autoidentificamos, nos sentimos orgullosos de ser indios; así ratificamos los nombres propios para nuestros hijos. La escolarización con la EIB ha sido muy importante, igual la definición de doce nacionalidades que se sienten como tales. La autovaloración, el crecimiento de las organizaciones como tales. Comunidades que se han fortalecido en su territorio, organizaciones de segundo grado, de tercer grado. Logro es la ratificación del convenio 169, la definición de planes y programas económicos, político, científico; la propuesta de un Estado plurinacional que en la Constitución no fue reconocido pero al menos se reconocen a los pueblos, ya podemos hablar legalmente nuestro idioma desde hace dos años, porque antes hablamos el idioma ilegalmente en las comunidades. Ya podemos en las comunidades hacer justicia como la justicia ancestral y colectiva. Podemos hacer nuestros propios planes, aunque aún no esta en las leyes. Creemos que la Constitución debemos aplicarla en forma intercultural, fortaleciendo nuestras identidades, ya Ecuador es reconocido como diverso, pero desde esa diversidad como buscamos la unidad con todos los sectores, con los mestizos que se sienten, por la hegemonía del blanco, avergonzados de la identidad nacional; como buscar alianzas con el sector afroecuatoriano".

"Esta propuesta desde el marco ideológico, técnico fue de la CONAIE, pero logrado con la alianza de las organizaciones nacionales. Nosotros formamos el Comité del Decenio de los Pueblos Indígenas, fue un sueño intercultural para fortalecernos. Pero en el MI también hay indígenas fundamentalistas, indígenas etnocentristas, indígenas que piensan solo en lo indio. No piensan en una interculturalidad, no piensan en un cambio. Inclusive a las organizaciones nacionales nos han acusado de sindicalistas, izquierdistas, llamándonos atrasados. Nosotros si hemos pensado que la lucha de clases si es importante en los momentos actuales, en los que la pobreza esta bordeando el 85% del pueblo ecuatoriano. Es importante que pensemos en este aspecto".

Rodrigo Collahuazo: Hemos construido juntos un camino de resistencia, organización y construcción de un poder alternativo

Rodrigo Collahuazo, es uno de los principales dirigentes de la Confederación de Afiliados al Seguro Social Campesino, CONFEUNASSC, una de las organizaciones más grandes de campesinos del Ecuador. La Confeunassc ha sido un aliado estratégico del movimiento indígena, y han participado conjuntamente incluso desde antes del levantamiento del 90. Las propuestas de la Confeunassc, se han ido armonizando con aquellas de los pueblos indígenas, y al momento constituyen un referente de acción social para el Ecuador.

"Mis palabras van a expresar lo que hemos vivido y lo que hemos construido desde hace más de una década. No quisiera contar desde hace quinientos años, sino más bien el proceso histórico que hemos venido caminando a partir de los años ochenta".

"Primero mencionaré tres momentos o hechos a partir de los cuales, nos parece, se comienza a proyectar un posicionamiento político: El 20 de agosto de 1989, en un sitio lejano, en la frontera entre Pallatanga y Guamote, alrededor de unos cuarenta compañeros fuimos a realizar la toma de tierras, y a partir de ese hecho fuimos articulando nuevas acciones, nuevos hechos y nuevas cosas y nos fuimos articulando con otras provincias que estaban en conflictos de tierras, y finalmente logramos formar lo que fue la Coordinadora de Comunidades en conflictos de tierra. El segundo hecho que hago referencia es en torno a aquel 28 de mayo de 1990, cuando indígenas y campesinas, conjuntamente con compañeros de la Coordinadora Popular, del movimiento urbano de Quito, nos tomamos la iglesia de Santo Domingo, acontecimiento que desencadenará el levantamiento indígena-campesino. Finalmente, resalto la marcha de la OPIP en 1992".

"En ese entonces planteábamos no un respaldo a la CONAIE, sino nuestra propia visión que la aunábamos con la de la CONAIE en lo que hoy es la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS), para impulsar todo un proyecto político de cambio. Es decir, hay alianzas de carácter táctico y otras de carácter estratégico. Nosotros definimos como alianza estratégica la que mantenemos con la CONAIE, y con lo que hoy es la CMS".

"¿Cuáles son los planteamientos básicos que manteníamos? El uno la solución de los conflictos de tierras, muy importante. El segundo planteamiento era el del Estado Plurinacional. El tercer planteamiento que nosotros hacíamos era el de una nueva democracia. Y un cuarto planteamiento de carácter político y que conjuntamente con las reformas políticas era el de convocar a una nueva Asamblea Constituyente".

"Estos eran los planteamientos esenciales que han marcado desde ese 20 de agosto de 1989, de estos hechos y etapas, que esa fecha ha sido un hito, ha sido un eje, la esencia para que vengamos marcando el camino por donde hemos ido. Es estas acciones hemos recogido un cuestionamiento del pueblo ecuatoriano al sistema político, y justamente ese cuestionamiento al sistema político, se resumía en una frase que decíamos: acciones y no elecciones. Y que nosotros con ley o sin ley íbamos a seguir construyendo esta nueva democracia, que íbamos a ir construyendo el Estado Plurinacional".

"El otro elemento que debemos resaltar en toda esta década es el hecho de que nos vamos abriendo un espacio, no que nos han dado un espacio, nosotros mismos lo vamos construyendo. Nos vamos creando como actores y como sujetos políticos, son los elementos que se han ido construyendo desde un acumulado anterior, con una expresión mayor en esta década hacia fuera, hacia la sociedad civil, hacia el estado".

"¿Qué es lo que hemos venido haciendo? La lucha nuestra no ha sido solo desde lo institucional, sino también desde lo extrainstitucional. No hemos depositado nuestra esperanza de cambio en una propuesta de ley, o con un trámite burocrático, sino que la propuesta va siempre con la protesta. Por ello hemos planteado que las peleas no pueden darse solamente desde un sector, sea gremialista, sea sectorial u organizativo, sino tratando de recoger la expresión conjunta del pueblo ecuatoriano. Y eso creo que es la riqueza que como indígenas, como campesinos hemos aportado al país".

Vicenta Chuma: La reforma política del Estado debe tomar en cuenta al movimiento indígena

Vicenta Chuma, ha sido dirigente de la mujer de la Confederación de los Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI. Al momento es coordinadora nacional de la Escuela de Formación de Mujeres Líderes Indígenas "Dolores Cacuango". Es una dirigente indígena que se perfila con bastante fuerza dentro del movimiento indígena.

"Comenzaré desde lo último pues ya se ha hecho una reseña histórica desde la resistencia. ¿Qué ocurrió desde el 21 de enero? La salida de Mahuad hace ver la crisis política, económica, social del país. La crisis política en el Congreso Nacional, los partidos políticos que no han sido capaces de resolver los conflictos. Ha habido una crisis institucional, el aparato del Estado no responde a la mayoría de los sectores, por lo tanto el pueblo no reconoce a ese aparato. Lo que surge el 21 de enero es consecuencia del proceso político iniciado desde la Asamblea Nacional Constituyente de 1998, y cuando está ya en vigencia la nueva Constitución Política del Estado".

La nueva Constitución en lo económico y en la práctica ha significado la profundización del proyecto neoliberal. Los Pueblos Indígenas (PI), estamos más en la pobreza y en la miseria. La nueva Constitución ha sido el marco jurídico que ha posibilitado la destrucción de la economía del país, a pesar de que en ella también se reconocieron los derechos de las mujeres, los niños, los derechos colectivos de las nacionalidades y pueblos indígenas.

"Desde los años ochenta se habla de la gobernabilidad, en vez de la democracia, que significa mantener la mayoría para sostener un gobierno. No se ha dado mayor democracia, mayor participación para garantizar los derechos individuales y colectivos, mejores condiciones de vida. Los PI siempre se han planteado reformas para el Estado ecuatoriano, pero los sectores dominantes no las han dado cabida, acusándonos de querer dividir al Estado, cuando hemos propuesto el estado plurinacional".

"Somos dueños legítimos de este país, somos herederos de toda una nación y tenemos derecho a autogobernarnos. En los últimos tiempos pese a que los PI hemos planteado los autogobiernos, el debate sobre la descentralización y la autonomía nos ha ignorado. Ha ignorado nuestras propuestas, nuestros pronunciamientos. El planteamiento de las autonomías tiene que ver más con los intereses económicos de los poderosos como pasa en Guayaquil, y con el fracaso de las elites para construir un proyecto nacional".

Es necesario un cambio en el sistema político de representación, en el sistema electoral, una reforma en el tribunal electoral que significa modificar el financiamiento del Estado para los partidos políticos, pues los grandes partidos se financian con los recursos del mismo Estado. Es necesario buscar la equidad en las formas de participación pública, que garantice el derecho de los más desprotegidos, de los más vulnerables a tener una voz propia, una representación política correspondiente a su importancia".

Para la reforma política del Estado, hemos propuesto que la revocatoria del mandato, no sea solamente para el Presidente sino para todos los que hacen el gobierno, de lo contrario, se observa como ahora que pese a la salida de Mahuad se ha profundizado los procesos de privatización, yendo en contra de los intereses nacionales".

Marco Murillo: Si nosotros queremos hacer cambios radicales, necesitamos estar unidos

Marco Murillo es un joven y lúcido dirigente indígena que ha transformado completamente la visión y estrategia de la Federación Nacional de Indígenas Evangélicos del Ecuador, FEINE, de la cual es su Presidente. Emerge actualmente con mucha presencia en el escenario político, y propone un cambio de discurso en una organización nacional indígena que se había mantenido al margen de los procesos políticos, pero que ahora se presenta como protagonista de primer nivel en el escenario político nacional.

"Basaré mi propuesta en tres puntos fundamentales. Quiero plantear primero las condiciones a nivel internacional que se dieron para las reformas políticas en el Ecuador. Las reformas también nacionales y el fuerte proceso de fortalecimiento organizativo de cada una de las comunidades y organizaciones del pueblo indígena como tal. Encontrarán críticas, correcciones y aplausos a la acción del Movimiento Indígena (MI), pero no es una propuesta de si vamos o no a reconocer a los pueblos y nacionalidades como eje organizativo, eso ya está discutido, sino cuál es nuestra próxima meta a conseguir, construir un nuevo Ecuador, un nuevo país. Todos estamos de acuerdo en lo de nacionalidades, vamos, pues, a seguir adelante".

"Los cambios sociales registrados en nuestro país en la última década están identificados por una gran movilidad social, producto de un proceso de nuevas formas de organización de la sociedad civil que han dejado de lado las viejas estructuras sociales. Así el levantamiento indígena del 90 hizo que el pueblo indígena en su conjunto se convierta en un nuevo actor político que plantea no solo ser tomado en cuenta, sino que para la toma de decisiones se le considere como actor fundamental, así como la creación de un espacio de participación política, a más de las reivindicaciones sociales nacionales".

"Esta búsqueda permanente hace que la historia de consolidación del MI sea una historia marcada por constantes luchas, manifestaciones en diferentes formas con el propósito de generar importantes cambios en los enfoques con respecto a la identidad y los derechos indígenas. Cambios éstos que deben ser entendidos en tres niveles, aunque interrelacionados:

  1. Cambios en el ámbito internacional en relación a los derechos indígenas
  2. Reformas constitucionales y legales en la Constitución Política del Estado
  3. Fortalecimiento extraordinario de las organizaciones indígenas locales, regionales y nacionales".

"En el ámbito internacional se evidencia claramente en los nuevos instrumentos legales como el Convenio 169 de la OIT, la declaración sobre los Derechos Indígenas de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos. Los instrumentos internacionales reconocen las aspiraciones de los Pueblos Indígenas (PI), a ejercer control sobre sus instituciones, su modo de vida y su desarrollo económico; además de mantener su identidad, idiomas y religiones dentro del marco de los estados en los que viven. Además establecen mecanismos y procedimientos de consulta. Los pueblos en consideración tienen derecho a decidir sus prioridades, lo que afecte su vida, sus instituciones, sus creencias, bienestar individual y las tierras que ocupan o utilizan. Y hasta donde sea posible controlarán su desarrollo económico, político y social".

"La declaración de las Naciones Unidas, proclama la autodeterminación, en virtud de dicho derecho determinarán libremente su status político y buscarán libremente su desarrollo económico, social y cultural. Además, establece que los PI tienen el derecho de mantener sus características distintivas políticas, económicas, sociales y culturales, así como sus sistemas legales; y , al mismo tiempo, participar de lleno, si así lo deciden en la vida política, social y cultural del país. Mientras tanto la declaración de la OEA pone énfasis en la integración, propone medidas para erradicar la pobreza, en el derecho al trabajo, el acceso a la tierra, el combate a la discriminación, también puntualiza el derecho a la autonomía en asuntos locales, y la importancia a la ley indígena. Esto en lo que se refiere al ámbito internacional".

"De lo expuesto se desprende que los PI tenemos derecho a ejercer nuestra autonomía y autodeterminación como colectividad de manera específica. El ejercicio del derecho al autogobierno de nuestra cultura, religión, educación, información, medios de comunicación, salud, vivienda, empleo, bienestar social, actividades económicas, gestión de la tierra, recursos naturales, medio ambiente, entre otros. En el ámbito nacional durante esta última década los diferentes gobiernos de turno reconocieron la diversidad cultural e institucional de las organizaciones indígenas. La razones se deben sobre todo al incremento de la conciencia indígena entre los pueblos mismos, el fortalecimiento de nuestras organizaciones que han articulado nuevos procesos de participación y desarrollo político. En este proceso de consolidación donde las organizaciones indígenas más representativas han fortalecido al MI con sus planteamientos para lograr el reconocimiento de los pueblos indígenas a través de la reforma política del estado que recoja su realidad y su cosmovisión".

"Cabe señalar que si bien en 1998 se logró este reconocimiento no es menos cierto que los problemas al interior de los PI se han incrementado debido no solo a la desatención de los gobiernos o del Estado, sino a los contextos políticos en los que los últimos años ha sufrido el Ecuador y que ha afectado también al MI. Pues su dirigencia se ha contaminado con la vieja práctica política, olvidándose su rol y sus principios que son los que marcan la diferencia del MI. Esto ha generado que entre los propios pueblos indígenas se genere un proceso de exclusión que marca la intolerancia y que conduce al deterioro de la unidad que hasta hace poco mostraba el MI. Esto como un contexto, antecedente y análisis de lo que hemos logrado".

"Quiero pasar ahora a un tema en el cual planteamos democracia participativa, pluralismo y consenso. Hablar de ello es hablar de un marco donde surgen los intereses sociales, económicos y políticos de los diferentes grupos sociales, que regulan el debate en la esfera pública donde el pluralismo admite la tolerancia y el reconocimiento a las diferencias ; y, el consenso aparece como la capacidad de dialogar de todos los sectores de la sociedad y como parte de una auténtica democracia deliberativa que conlleva a la acción comunitaria y el entendimiento a través de un diálogo y la comunicación en beneficio del interés general".

"De allí que el consenso supone estar de acuerdo en tres aspectos importantes.

  1. El consenso sobre reglas generales que persiguen los mismos fines valorativos para definir reglas actitudinales, condición fundamental para el desarrollo de la democracia participativa
  2. Las reglas de procedimiento que consisten en reglas de juego claras que permiten abrir espacios donde los conflictos puedan ser procesados y los actores políticos puedan resignificar sus acciones, reglas que dan certeza accionaria sobre el juego político y sus implicaciones
  3. El consenso sobre el disenso, que consiste en el reconocimiento a las diferencias, elemento necesario para una verdadera democracia participativa plural, ya que el consenso solo puede ser discutido alrededor de la diversidad"

"En conclusión proponemos que se desarrolle una política integral en nuestros pueblos, se tome en cuenta lo cultural, lo religioso y lo diverso en nuestro país, tomando en cuenta no solamente las distintas PI, sino también las diversas poblaciones urbano-marginales, la de los hermanos extranjeros que viven mucho tiempo en nuestro país y ya tienen descendencia aquí, y de muchas situaciones en un estado eminentemente integral, donde deberá confluir todo esto. Nosotros hemos aportado con la creación de un movimiento político Amauta Jatari para llevar adelante este proyecto político, bajo los principios de libertad, paz, reciprocidad, fé, solidaridad, interculturalidad, diversidad, inclusión y otros que rigen su accionar. Amauta Jatari aglutina a líderes indígenas en la mayoría de provincias del país que están trabajando en un plan estratégico y propuestas, con el fin de redefinir conceptos de desarrollo, democracia, estado nacional, poderes locales, ciudadanía, economía solidaria. Nadie nos va a regalar un espacio, cada uno de los que estamos aquí representando nuestras organizaciones hemos sudado la gota gorda con cada uno de nuestros compañeros. Nadie nos ha regalado nada, y el Estado tampoco nos va a regalar un espacio. Si nosotros queremos hacer cambios vamos a llegar a una presidencia pero unidos y desde allí haremos cambios, y no estar solamente haciendo protestas, sino desde allí tendremos la capacidad como los gobiernos locales de hacer los cambios trascendentes que quiere este país.

MESA DE TRABAJO No. 4: Imaginarios de país en el movimiento indígena

Hace diez años, las posibilidades actuales del movimiento indígena eran inimaginables. No habían poderes locales en manos de los indios, ni espacios propios de representación parlamentaria y sin el tutelaje de los partidos políticos, no existían espacios institucionales, salvo la DINEIB. El sistema hacienda se liquidaba en razón de la modernización capitalista en el agro, empujada por las políticas de ajuste, privatización y modernización financiera del Estado. A la pobreza y miseria que provocaban estas políticas de ajuste, había que añadir la exclusión social, el marginamiento político y el olvido oficial. Es en este contexto cuando emerge la fuerza política del movimiento indígena. A lo largo de la década se han ido arrancando algunas concesiones a la cerrada y oligárquica estructura del poder público. En esta década, se han ido conformando nuevos espacios y nuevas voces empiezan a escucharse. Nuevos dirigentes, con una visión distinta pero al mismo tiempo apegada a sus raíces, emergen y comienzan a hacer sentir su presencia. Se van convirtiendo ya en casos paradigmáticos, como es el caso del joven alcalde indígena de la ciudad de Cotocachi en la provincia de Imbabura. O en esperanzas. Estos nuevos dirigentes, líderes e intelectuales indígenas, viven en un contexto diferente a aquel en el que vivieron sus padres. Sus ideas del país que sueñan, del país que quieren, de la sociedad por la que luchan, se constituirán en el norte político de la acción política futura del movimiento indígena ecuatoriano, un movimiento cuya fuerza organizativa ha generado y genera líderes que sustentan su proceso y que nos permiten comprender que la apuesta estratégica de los indios es a largo plazo y de carácter estructural.

Auki Tituaña: Nuestra experiencia política en el manejo del gobierno local se basa en la democracia participativa

Auki Tituaña, es un joven economista indígena graduado en Cuba. Ha sido el primer alcalde indígena en la ciudad de Cotacachi, y uno de los primeros indígenas en conquistar un poder local desde el movimiento Pachakutik. Fue reelegido en las últimas elecciones seccionales con cerca de un 80% de aprobación popular, lo que constituye un caso inédito en la historia electoral reciente del país. Su experiencia municipal ha sido reconocida a nivel internacional y ha ganado un concurso mundial de democratización del poder local.

"Queremos contarles la experiencia de un nuevo camino recorrido desde la experiencia de los gobiernos locales, iniciado en 1996, en nuestro caso desde la experiencia del poder local en Cotacachi, en un ambiente coyuntural muy rico, muy importante, en la medida en la que había este acercamiento entre diferentes organizaciones indígenas, con este sueño del Estado plurinacional, con este sueño de ir enfrentando desde adentro del Estado a los poderes tradicionales, y ha sido una tarea difícil, en tanto que en el Municipio de Cotacachi hemos partido de cero, fuimos en 1996 una de las pocas alcaldías que ganó el movimiento indígena y fue difícil iniciar este nuevo camino".

"En el país los municipios han sido el bastión de los partidos políticos tradicionales y nidos de corrupción. Vemos que los municipios tradicionales se caracterizaban por ser centralistas, excluyentes, antitécnicos, demagógicos, paternalistas, clientelares, y en esa medida nosotros en el municipio de Cotacachi nos propusimos implantar un nuevo modelo de gestión, de gobierno central en el cual el eje central sería la participación ciudadana, la planificación, la autogestión, y la transparencia. Ejes que nos han posibilitado la difícil tarea de gobernar en sociedades complejas que tenían una tradición de haber servido a las cabeceras cantonales, a las ciudades urbanas descuidando el campo. Romper estas formas tradicionales de ejercer el gobierno local, y enfrentar el racismo, de los curas, de los jefes políticos, de la policía de todas las instituciones con una visión caduca de la sociedad, ha sido uno de los desafíos más importantes que hemos tenido que superar".

"En Cotacachi hemos institucionalizado la Asamblea de la Unidad Cantonal, en Guamote se conoce de una iniciativa parecida con el nombre de Parlamento Indígena Popular, esta Asamblea de la Unidad Cantonal es un foro que se convierte en un espacio organizativo en el que tratamos entre todos de construir una sola visión del desarrollo, una visión concertada del desarrollo local. La participación social y comunitaria es un proceso que demanda de mucha paciencia, de mucha tolerancia, de mucha negociación, y nosotros en estos cuatro años, habíamos logrado crear este espacio, y su institucionalización en el cual están presentes todos los actores sociales, excepto aquellos que expresamente han decidido no participar como los terratenientes del sector, y los comerciantes intermediarios de los productos del cuero. Estos sectores no han participado en esta iniciativa porque escapa a sus prácticas, no están organizados, y, en fin, tienen otros intereses y creen que en las Asambleas de la Unidad Cantonal les vamos a pedir rendición de cuentas y transparentar el pago de impuestos".

"Todos los actores hemos creado una estructura ágil, dinámica, propositiva. Tenemos un Comité de Salud, un Comité de Educación, un Comité de Turismo, uno de Producción Agrícola y Artesanías, tenemos un Comité de Medio Ambiente, Manejo de Recursos Naturales, y un Comité de Organización. Dentro de este último, quiero recalcar la participación de los niños, de los jóvenes y de la mujer".

"Cotachachi es un municipio intercultural en el cual conviven población indígena, mestiza y negra. Es el primer caso de un alcalde indígena en la historia de Cotacachi. La ciudad como tal tiene una población mestiza. Tiene dos zonas, subtropical y andina. Existe una gran presencia de colonos en la zona subtropical, quienes no tienen mayor experiencia en organización comunitaria".

Desde el municipio impulsamos el Plan de Desarrollo Cantonal, producto de la Asamblea Cantonal, plan que se aleja de las recomendaciones y de los términos que aconsejan el AME (Asociación de Municipalidades del Ecuador) y el IULA (Unión Internacional de Autoridades Locales), porque la metodología de estas dos instituciones se ciñen más bien a municipios medianos, y grandes, y no multiétnicos. En esta Plan propusimos un sistema descentralizado de salud, en coordinación con el MSP; un Plan de Desarrollo Turístico, como eje económico fundamental del desarrollo cantonal. Hemos logrado que Cotacachi sea declarado "Cantón Ecológico", para protegernos de las actividades agrofloricultoras, de los proyectos mineros y de las madereras, que han devastado otros cantones, como es el caso de Cayambe".

Gilberto Talahua: Hay que integrar todos nuestros espacios políticos en un solo proyecto

Gilberto Talahua, es un joven diputado indígena del Movimiento Pachakutik por la Provincia de Bolívar. Este momento es Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso Nacional del Ecuador.

"Quisiera brevemente puntualizar algunas experiencias que desde el Congreso Nacional hemos logrado hasta este momento como es de conocimiento del pueblo ahora somos seis diputados del MUPP (Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo País), y cuatro somos indígenas. Hemos, allí, tenido que sufrir momentos muy difíciles, sin embargo hemos planteado propuestas, iniciativas dentro del Congreso. Propuestas que han sido discutidas desde las bases, desde las comunas, en talleres, encuentros, seminarios".

"Pero es necesario topar algunos elementos que podrían ayudarnos a comprender al movimiento indígena actualmente. Como que en el movimiento indígena existen ahora ciertas pugnas, no nos ponemos de acuerdo, como que en los espacios que hemos ganado existe cierta confusión, y tratamos de mirar los roles que los otros tienen que hacer en cada uno de esos espacios ganados por nuestra lucha, y duplicamos esfuerzos. Ello es una irresponsabilidad de parte nuestra".

"Hago el llamado de que cada uno de nosotros, en cada uno de los espacios que tenemos, comencemos a trabajar de manera integrada, armónica, coherente. No existe, en efecto, una coordinación entre nosotros, no existe ese diálogo entre nosotros, de ahí la diversidad de propuestas que aparecen incluso divergentes que aparecen desde la Conaie, la Ecuarunari, y otros espacios que tenemos".

"Hay que integrar los espacios políticos, organizativos , institucionales, y que retomemos el proyecto político original de la Conaie. Eso se nos está yendo de las manos y ello depende de nosotros. En la provincia de Bolívar hemos logrado unificarnos los evangélicos, los católicos, aquellos que no creen en ninguna religión, y hemos comenzado en un proceso político en nuestra provincia y allí están los resultados que tenemos. Hemos ganado en las últimas elecciones la alcaldía de la capital de la Provincia, la Prefectura Provincial, un gran número de concejales y consejeros y casi todas las juntas parroquiales".

"Siempre hemos venido hablando en distintos escenarios lo que es la participación social, la participación de distintos sectores sociales. Es muy importante lo que pasa en Cotacachi, hoy en el cantón Guaranda estamos logrando la participación de distintos sectores sociales, y estamos próximos a inaugurar el Parlamento Cantonal. Para nosotros, el control social significa rendir cuentas a nuestro pueblo, rendir cuentas a nuestros electores, y eso tenemos que hacer la práctica en cada uno de los espacios en los que tenemos, en cada una de las organizaciones nacionales. Solo así podemos demostrar la capacidad de cambio".

"Otro de los puntos que nos preocupa es que además de los espacios que hemos ganado, existen instrumentos jurídicos que nos favorecen, por ejemplo se logró ratificar el Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que está allí, nadie lo ha tocado, qué se ha hecho desde el Estado, qué se ha hecho desde los espacios que hemos ganado. Por eso debemos comenzar a retomar desde el principio. El problema del racismo tampoco ha sido topado y está intacto en las ciudades en los cantones, por ejemplo en la provincia de Tungurahua, en un diálogo entre autoridades existe términos peyorativos en contra de los indios (Indiecitos, palmeando los hombros) cómo será con nuestros hermanos, con nuestro pueblo. Esa discriminación de todos los días, los insultos de todos los días, cómo superar eso. Hay que levantar una campaña en contra del racismo. Hay que tener espacios en distintos establecimientos educativos para exponer este problema. Hay convenios internacionales suscritos para resolver este problema, pero qué ha hecho el Estado hasta este momento? La Convención en contra del racismo fue aprobada hace rato pero el Estado ecuatoriano debe cuatro informes hasta este momento. Y a pesar de ello, no se ha dicho nada. Habiendo instrumentos jurídicos podemos exigir y velar por su cumplimiento".

Humberto Cholango: La fuente de toda democracia está en la comunidad

Humberto Cholango, es actual dirigente de la juventud de la Confederación de los Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI. Ha llevado adelante el proceso de reconstrucción y reconstitución del pueblo Cayambi, del cual es oriundo.

"Desde la visión de los jóvenes indígenas, lo que estamos pensando, lo que queremos, lo que soñamos como país, es parte de nuestra estrategia, de nuestro proyecto político. Me he puesto a pensar que este país también fue imaginado, pero no desde una sociedad civil, no desde los pobres o desde los sectores indígenas; este país, en realidad ha sido imaginado desde los terratenientes, los curas, desde los militares, desde los poderosos, por eso es un país de componendas, un país corrupto, un país que cierra el futuro a todo un pueblo".

"Con las leyes en la mano, en nuestras comunidades los sectores más poderosos han destruido nuestra cultura, nuestra naturaleza, sin tomar en cuenta la parte de la identidad cultural de los pueblos que existimos. Por ello los pueblos y nacionalidades indígenas pensamos que no es tiempo de llorar o de quejarnos, es tiempo en el que tienen que aparecer nuevas esperanzas, y existe la luz para seguir con mucha energía, para construir un Ecuador diferente, diverso".

"Un país que mantenga un equilibrio social en el cual existan igualdad de condiciones para los pobres, para los mestizos, para las mujeres, para los indígenas. Porque hasta estos momentos, ello no existe. Las Constituciones Políticas del Estado han servido para no reconocer la complejidad y diversidad de los pueblos, ellas no han reflejado la realidad profunda de nuestro país. Por eso, un país tiene que estar construido con toda la diversidad que existe en su territorio, con la participación de toda la sociedad civil, de decirnos, de opinarnos, de reconocernos, cómo queremos a un Ecuador diferente, la Conaie ya ha presentado su proyecto político, que habría que recuperar y empezar a andar mirando los nortes que ha apuntado la Conaie".

"Luis Macas, en una exposición anterior decía que hemos vivido de espaldas más de quinientos años. Hoy es el momento de conversar, dialogar con todos los sectores sociales. Ese es el país que imaginamos los pueblos y nacionalidades. Un país en el cual se respeten los territorios, porque, hace un rato decía el país que han hecho es de acuerdo a los intereses, por ello han dividido a los pueblos en tres provincias, cuatro o cinco cantones".

"La experiencia actual que tenemos de reconstruir el pueblo Cayambi justamente apunta a lograr esa unidad. Actualmente los Cayambis estamos en tres provincias, en siete cantones y dieciocho parroquias. La división política ha ido, literalmente, haciendo pedazos nuestra territorialidad común, y lo peor de todo es que hasta las propias comunidades se han dividido y siguen dividiendo. Se instaura un comité de padres de familia, una junta de aguas de riego, comité promejoras, comité de créditos, en detrimento del poder de convocatoria del cabildo y de la comunidad. Entonces, cómo tratar de reconstruir, cómo hacer para que ese cabildo tenga nuevamente autoridad, tenga nuevamente el poder".

"El poder hay que construirlo desde abajo. El poder hay que construir con todos los integrantes que convivimos. Por qué no pensar en la unión de los pueblos quichuas del continente. Las fronteras artificiales que nos han impuesto no deben ser un impedimento para seguir construyendo, porque los objetivos son los mismos. La fuente de la democracia, tiene que darse en la comunidad, y no desde arriba. Ese es el país que queremos".

José Atupaña: Quien no sueña, quien no imagina es porque no vive a plenitud

José Atupaña, está empeñado en una de las tareas más difíciles y estratégicas del movimiento indígena, la construcción de un espacio organizativo para los indígenas que habitan en la ciudad de Quito. El Movimiento de Organizaciones Indígenas de Quito, MOIQ, del cual es su Presidente, empieza a consolidar su trabajo en el sector urbano, un sector que no había sido considerado inicialmente dentro del movimiento indígena.

"Son diez años que han transcurrido desde el levantamiento del Inti Raymi, y al cabo de este tiempo el movimiento indígena asume un nuevo reto como es la recuperación, el fortalecimiento, la revalorización de la inmensa sabiduría de nuestros pueblos, que nos han dejado después de tantos cientos de años. Gracias a ellos, estamos reunidos esta tarde. Es una minga que tenemos que hacerla con alegría. Nos han invitado a soñar, aunque estos últimos tiempos no es tan usual esta tarea de imaginar el futuro, de cómo quisiéramos que sea nuestro país, nuestra familia, nosotros mismos. El soñar, el imaginarnos es una responsabilidad histórica, quien no sueña, quien no imagina, para nosotros los indios es porque no está viviendo a plenitud".

"Este es un mensaje desde los indígenas que vivimos en Quito, mal llamados migrantes en nuestra propia tierra. Sería algo maravilloso que cada uno de los ecuatorianos tengan esa sed de conocerse, quiénes son, porqué viven, porqué han pasado tantos años, que ha hecho su familia para tener un sentido histórico. Saber que no somos personas, no somos familias, no somos pueblos que aparecieron de pronto, que no fuimos creados de milagro, saber es reconocer que tenemos una historia que contar; que cada padre, que cada abuelo, siga contando cómo vivían sus antecesores, cómo cultivaban la tierra, cómo administraban la comunidad, cómo resolvían los problemas".

Saber es reconocer nuestra memoria, nuestra identidad. Es como una mazorca de hombres, mujeres, jóvenes que incluso han dado su vida para dejar este tiempo, estas ganas de continuar. Sería algo realmente grande que los ecuatorianos empiecen a sentirse orgullosos de su rostro en el espejo, de comer chochos, mote, de bailar un sanjuanito. Con esa misma capacidad que tengan la fuerza necesaria para que defiendan lo que son, sus recursos, su comunidad, su cultura, sus formas de ver el mundo, sus formas de pensar".

"Igualmente tener esa dignidad de pueblo, esa dignidad de país, y no estar sometidos a que uno dos tres personas dicen que el rumbo del país sea en tal dirección y que todos caminen en esa dirección. Un pueblo que empiece a desterrar todas las formas de discriminación, todas las formas de menospreciar al Otro. Es decir, aprender a entender y a compartir".