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Publicación mensual del Instituto Científico de Culturas Indígenas.
Año 2, No. 16, Julio del 2000
El proyecto de mujeres de la UNOCAM: Una iniciativa para el desarrollo local
Por: Lourdes Tibán
Introducción
La década de los 80's desde el punto de vista económico ha sido considerada para varios
analistas como la "década perdida", esta década ha sido considerada también como la
"década del crecimiento de la pobreza absoluta", no solo en los sectores rurales del Ecuador
sino, incluso, a nivel latinoamericano.
De acuerdo al PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), la pobreza
absoluta que afectaba al Ecuador a inicios de los 90's alcanzaba al 56% de la población
total. Estudios recientes demuestran que la evolución de la pobreza, especialmente en la
región andina, afecta cada vez más a ciertos grupos sociales, como a las mujeres y a las
poblaciones indígenas (Chiriboga: 1995: 115). Situación que demuestra la clara
discriminación de género y etnia que han sufrido estos grupos sociales hasta la actualidad y
muchas veces han sido invisibles en la sociedad por ser considerados como minorías.
En esta crisis, el grupo social más afectado ha sido la familia, y a su interior por su
estructura y conformación comunitaria, particularmente en el sector indígena-campesino, el
rol principal es asumido por la mujer. Aunque aparezca como invisible, este rol de la
mujer, es fundamental en sus dos dimensiones determinantes: por una parte, el papel de
madre con las responsabilidades que ello representa - educación de los hijos, salud,
alimentación, vivienda, trabajos agrícolas, deberes a nivel comunal, etc.- y, por otra parte,
corresponde a ella asumir la situación económica del hogar muchas veces casi en su
totalidad.
Mujer y desarrollo local
Sin embargo, es de anotar que el rol laboral de la mujer indígena-campesina en el hogar y
en la comunidad no es tomado en cuenta como parte de las estrategias del desarrollo local.
Pero, cuando se habla de desarrollo local ¿cómo debe ser éste entendido y asumido? En
primer lugar, como un desarrollo que no implique solamente el crecimiento económico,
sino que además permita el ejercicio pleno de la ciudadanía y de los derechos colectivos en
condiciones de equidad y libertad a través de la profundización de la democracia y la
participación de los actores sociales en una relación de lo local y lo global. Es decir, un
desarrollo con una multiplicidad de factores políticos, económicos, sociales y culturales
que rompan la verticalidad con las que se han impuesto los procesos de desarrollo local.
La discriminación de la mujer no solo indígena sino de la mujer en general, es un problema
ampliamente conocido por la sociedad, pero no se ha dado importancia para escuchar a las
propias mujeres, en el sentido de cuáles son sus necesidades; y muchas veces has sido
tratado como una de las políticas primordiales para salir de la pobreza la "planificación
familiar y el control de la natalidad", porque se supone que el alto índice de hijos en las
familias indígenas es la principal causa de la pobreza y se han ignorado expresamente otros
factores como la discriminación en el trabajo remunerado, pues a pesar de realizar un
trabajo igual al del hombre tiene una baja remuneración; la participación política a nivel
comunal y organizacional (poderes locales); el aporte que hace al desarrollo económico,
social y cultural; no se toma en cuenta que la pobreza tiene raíces estructurales, que ésta es
causada por la falta de tierras, de agua, de créditos, etc.
De otra parte, los hombres siempre han pensado por las mujeres, incluso en el caso
indígena existen criterios que consideran a la mujer no como sujeto que aporta al desarrollo
local, política y económicamente, sino más bien se reduce su rol a que "ellas dan vida y
reproducen la cultura" (Prieto: 1998:16). En este sentido, las mujeres no son actores
sociales susceptibles de generar cambios, ni tienen opción a buscar formas de desarrollo ya
que tienen la responsabilidad de permanecer en las comunidades y asegurar la continuidad
de las tradiciones, porque ellas son consideradas como parte fundamental de la resistencia
de los pueblos indígenas.
En este contexto, como una de las formas de superar la crisis económica de los hogares, la
discriminación étnica y de género, aparecen cambios en el comportamiento colectivo de
ciertos grupos sociales, ya que empiezan a reclamar la ciudadanía, como el derecho a la
igualdad en cuanto a los derechos y obligaciones dentro del Estado nacional. Pero esta
demanda de ciudadanía viene acompañada de una proliferación de organizaciones de
carácter local con fines específicos; así, en nuestro caso aparecen los hoy conocidos grupos
de mujeres, comité de deportes, comités religiosos, asociación de pro-mejoras, etc.; luego
se promueve la conformación de organizaciones de segundo grado, OSG's.
Cabe señalar que las OSG's, en muchos de los casos no aparecen específicamente por
iniciativa propia de los indígenas y campesinos, sino que para su origen juegan un rol
importante "el Estado, las Iglesias, más tarde los proyectos DRI y posteriormente las
ONG's e instituciones privadas de desarrollo con estrategias, finalidades y proyectos muy
variados" (Martínez: 1997: 118).
La experiencia de la UNOCAM
Es así que en 1982, incentivados por los apoyos económicos (1) que ofrecía el proyecto DRI-Salcedo (2), un grupo de dirigentes de distintas comunidades de la parroquia de Mulalillo,
cantón Salcedo, provincia de Cotopaxi, empiezan a organizarse hasta consolidar una OSG
denominada UNOCAM, que por carecer de recursos económicos a sus inicios, busca
instituciones que cooperen con el desarrollo y fortalecimiento de esta organización, tanto
en el aspecto económico, como socio-organizativo. Es así como se acepta la cooperación de
SWISSAID, institución no gubernamental, cuyas acciones están orientadas hacia los grupos
indígenas que viven en agudas condiciones de marginalidad y pobreza (Tobar y Edwards:
1996:3).
Uno de los objetivos principales de la UNOCAM fue unir a las comunidades de la zona
baja y la zona alta, a fin de buscar el desarrollo de las comunidades a través de la
participación comunitaria y la cooperación financiera tanto gubernamental y no
gubernamental.
Contextualizada así la UNOCAM, y tomando en cuenta que utópicamente "las
comunidades son el resultado de procesos de integración" (Tonies: 1997: Apud y Arocena:
1995: 12), donde se supone que existe la unidad de hombres y mujeres sobre la base de una
participación democrática, surge aquí una pregunta: ¿se incluía en el proyecto global de la
UNOCAM la participación directa de la mujer o a través de un grupo de mujeres?
Desarrollo y género en la experiencia de proyectos de desarrollo: el caso UNOCAM
Hay que considerar que en sus inicios en ningún momento se pensó "clasificar proyectos de
desarrollo para las mujeres y otro para los hombres", pues el trabajo y el desarrollo de las
comunidades filiales a la UNOCAM estaba enfocado a un desarrollo igualitario en donde
exista la participación de "género", concepto quizá desconocido y abstracto para las
comunidades, ya que en ese entonces se ignoraba el papel que podía jugar la mujer en el
proceso organizativo, es más, sus actividades tanto en el hogar como en la comunidad eran
ignorados por la sociedad.
Ahora bien, se dice que la UNOCAM estaba destinada a buscar un desarrollo con la
participación de género, pero ¿qué entendían por trabajo y desarrollo de género a nivel
organizativo? O, mejor ¿qué entendía la UNOCAM por desarrollo de género?
Al respecto varias de las entrevistas realizadas a los dirigentes de la UNOCAM, enfocan a
que el desarrollo de género es capacitar a la mujer en algunas áreas (cocina, costura,
agricultura, cuidado de niños, etc.), que permitan la eficiencia en el cumplimiento de sus
actividades diarias. Así, Miguel Proaño, ex Presidente de la UNOCAM, su respuesta
respecto a cuál era la visión para realizar un trabajo específico con las mujeres, dice: "el
grupo de mujeres nació porque los dirigentes de la UNOCAM, pedimos, con otras ideas e
intenciones, como por ejemplo la UNOCAM antes financiaba cursos de Corte y
Confección, y creíamos que la mano de obra sea bien utilizada y no sea regalado sus
conocimientos en las ciudades, sino que se invierta en las mismas comunidades. Se creó
como una rama de la misma organización que sería Corte y Confección, incluso en el
presupuesto estaba contemplado en el presupuesto general de la UNOCAM y no existía
presupuesto aparte, la plata era de todos. Hoy la plata se divide, es lo mismo que en una
casa están las mujeres y en otra casa los hombres cada uno con su dinero, eso están
haciendo, incluso han llegado a pedir una casa comunal solo para las mujeres, sin
considerar que la casa comunal es para todos" (3).
El discurso de género y el discurso del desarrollo
Desde esta perspectiva es importante anotar en general ¿qué entendemos por género? A
menudo se escucha hablar de género, pero casi siempre se termina hablando de la mujer. Al
respecto, Lilia Rodríguez enfatiza que trabajar en programas y proyectos para mujeres no
entraña necesariamente un enfoque de género, se pueden impulsar acciones para que las
mujeres sean más productivas, para que cumplan mejor su función de madres o para que
trabajen más eficientemente por su comunidad, para lo cual es importante que se
modifiquen las relaciones de género, es decir, que se promuevan cambios en las relaciones
de subordinación entre hombres y mujeres, enfatiza que, "género es una categoría dinámica
que permite analizar la relación varón - mujer, varón - mujer, mujer -mujer" (1993:44).
De lo visto se puede decir que género no es sinónimo de mujer como se suele entender.
Género es evitar simplificaciones sobre hombres y mujeres; es el entendimiento de cómo
los factores históricos, culturales y socio-económicos, afectan en las relaciones entre
hombres y mujeres de diferentes grupos. El enfoque de género de desarrollo implica
entonces cambiar las relaciones de subordinación no solo del varón a la mujer sino de la
sociedad en general, ya que las relaciones de género muestran responsabilidades diferentes
y por ende necesidades diferentes que deben ser unificados o al menos compartidos para
que la relación de género sea equitativo en la pareja, en el hogar, en la comunidad y en la
organización a fin de alcanzar un desarrollo local en conjunto.
La igualdad de género implica, dar o asignar roles igualitarios al hombre y a la mujer, esto
origina cambios en los modos de pensar y actuar. Hablar de equidad "implica también
igualdad en la participación en las decisiones y el poder" (Rebolledo: 1996:59). Esto por
supuesto exige un cambio cultural, ya que los roles están asignados en base a la diferencia,
si hablamos de igualdad de roles para hombres y mujeres que antes estaban asignados solo
a un género, implica cambiar el modo de pensar y actuar. Esto nos lleva a afirmar entonces,
que el desarrollo de género con equidad, implica también que las mujeres deben comenzar
a participar en la toma de decisiones y alcanzar a ocupar cargos públicos en los poderes
locales, lo cual es solo un sueño, porque en el caso específico de Mulalillo y en la provincia
de Cotopaxi, no se ha visto esta iniciativa desde las mismas mujeres o si la hay,
necesariamente debe existir un cambio en el pensamiento del hombre, mientras ellos no
acepten que la mujer es capaz para ocupar estos puestos, no se puede hablar de un
desarrollo local de género.
Experiencias de mujeres indígenas en el caso de la UNOCAM
Es importante que como una excepción en las últimas elecciones de 1998, participó una
mujer (4) "Dioselinda Iza" como candidata a la Consejería del cantón Latacunga, que a pesar
que su capacidad de debate frente a los candidatos hombres fue visible para la asamblea, le
ubicaron en el tercer lugar como candidata, porque según los hombres piensan todavía
"como va a encabezar la lista una mujer - van a pensar que no hay hombres". Pero tampoco
no hay que negar que falta conciencia en las mismas mujeres en el sentido de que tienen
derecho a la ciudadanía y a ejercer los derechos que los hombres ejercen a nivel político
especialmente, pues es asombroso que las mismas mujeres no crean en la capacidad de la
mujer y no apoyen iniciativas de participación política como es el caso de la compañera
Iza, que muchas mujeres creyeron que "está loca" si quiere llegar a ocupar ese cargo. Pues
estos paradigmas se deben cambiar no solo en los hombres, sino, principalmente en las
mujeres, una vez que las mujeres estén convencidas de su capacidad y lo demuestren, será
fácil entenderse con los hombres y caminar juntos por un verdadero desarrollo de género.
Por otro lado, es importante anotar la diferencia que hace Sonia Montesino (1996) entre
sexo y género: así, el sexo se hereda, mientras que el género se adquiere a través del
aprendizaje cultural. Esta reflexión abre un camino para construir una identidad de varones
y mujeres, y que género se refiere a las diferencias y relaciones construidas socialmente
entre hombres y mujeres que varían por situación y contexto. Enfoque que en desarrollo
facilitará el entendimiento de otras variables sociales a nivel local y global.
La visión de género vista desde el mundo indígena
Particularizando a los indígenas es necesario tener una visión ¿cómo es visto por los
indígenas la situación de género?, se puede decir que el término de género ha sido
introducido desde un pensamiento occidental, porque es un término que en las
comunidades se desconoce y se empieza a escuchar con la llegada de las ONG's o
instituciones que vienen de afuera. Algunas investigaciones y estudios realizados
demuestran que las relaciones de género en las sociedades indígenas (como un modelo
panandino) "están basadas en principios de complementariedad entre lo masculino y
femenino y principios de igualdad, no jerárquica, entre los sexos-géneros (...) y en
contextos andino-mestizos, se encuentran que las relaciones entre hombres y mujeres son
jerárquicas y desiguales" (Prieto:1998:19) (5). Por lo tanto, se puede decir que esta
complementariedad de hombre y mujer en los indígenas de alguna manera lleva a que se
desconozca las actividades que realiza la mujer y siempre será un complemento frente a los
quehaceres domésticos y agrícolas, pero a nivel político y económico no es considerada ni
siquiera como complemento porque no se da esa igualdad que se dice tener en los
indígenas.
En este sentido, entendido así el desarrollo con la participación de género. Es notable la
desigualdad y la discriminación de la mujer dentro del proyecto global de la UNOCAM,
situación que hizo que las ideas y el pensamiento de la mujer se convierta en un proyecto
de desarrollo. El reconocimiento de la exclusión de la mujer de los beneficios del desarrollo
hace que se ponga en práctica la asignación de fondos internacionales para proyectos de
mujeres y la constitución de grupos especializados a nivel local o comunal en nuestro caso,
para atender los problemas de género en el marco de la participación directa de la mujer. Es
así que, el Grupo de Mujeres de Mulalillo, surge desde el interior de una OSG mixta, pero
luego se independiza para demostrar su capacidad en las actividades económicas
encaminadas al desarrollo familiar y local.
Mujeres y acción política en la comunidad
El problema está cuando las mujeres empiezan a tomar liderazgo, más allá de los cursos de
capacitación, porque lo que querían era "aprender participando en la toma de decisiones".
Entonces la idea es consolidar los grupos de mujeres por comunidad de base para luego
conformar un "Grupo de Mujeres" a nivel de la Unocam. Desde donde empiezan a
demostrar la capacidad que tenían para dirigir una organización y generar ingresos
económicos "visibles" para el hogar, las actividades del hogar eran invisibles. Es así que, "a
partir de su actuar conoce su realidad, obtiene una nueva percepción de sí misma, logra una
autoevaluación y despierta su necesidad de desarrollo individual, familiar, lo que
implícitamente conduce a su evolución" (Osorio:1991:15).
El trabajo del Grupo de Mujeres en este caso viene a constituir una iniciativa para el
desarrollo local, ya que han demostrado cómo levantar un proyecto sustentable. Su
experiencia de más de diez años ha hecho que empiecen a valorar lo tradicional de las
comunidades e incorporar nuevas prácticas y sistemas de sustentabilidad apropiada para el
lugar, además se está aplicando cultivos que recuperen la fertilidad de la tierra y mejoraría
la producción naturalmente. Si bien es una política de sustentabilidad establecida por las
ONG's que financian el proyecto, no es menos cierto que las mujeres han adoptado y han
aceptado estos modelos que vienen desde afuera, y, que desde su inicio hasta la actualidad
apuntan principalmente, hacia el desarrollo económico.
Pero ¿es posible creer en un desarrollo local con iniciativas femeninas, si se piensa que el
trabajo de las mujeres hay que hacerlo dos veces?.
El trabajo de las mujeres en las experiencias de los proyectos de desarrollo
Para cambiar este paradigma sobre las mujeres, en breve señalo las actividades que se
realizan en este proceso femenino de desarrollo local: se inició con un programa de huertos
familiares, que consistía en sembrar hortalizas para el consumo familiar, capacitación
artesanal, agrícola y productivo, salud, etc. Sin embargo, al pasar el tiempo se ve que no se
han estancado en esas actividades, se ha visto la manera de entrar a la actividad pecuaria
con la crianza de animales menores, hasta convertir el "Fondo Rotativo de Animales
Menores" en el componente básico del proyecto.
Estas actividades se originan con el fin de obtener y procesar un abono orgánico propio y
mejorar la agricultura, que por ende va a mejorar la condición económica familiar; a esto se
han ido sumando otras actividades, pues las mujeres en los talleres y asambleas aprovechan
para realizar tejidos y shigras que luego entran a comercializar conjuntamente con la lana
de borrego que obtienen de los animales que están en el proyecto. Estas y otras actividades
han permitido que formen un gran FONDO DE CREDITO, que beneficia a las socias del
grupo en calidad de crédito para la compra de tierras, animales, etc.
Este tipo de actividades van dejando ganancias hasta que llegan a tener un considerable
excedente que aparece increíble, pero incluso las mujeres han llegado a autofinanciar el
programa de "reconstrucción de viviendas" en solidaridad con las personas que sufrieron
consecuencias en el sismo de marzo de 1996. Todo esto está articulado a que los
beneficiarios se capaciten en diferentes áreas, incluso capacitaron a los albañiles/as para
que utilicen materiales de la zona, y que tengan relación con lo cultural -la tierra, madera
en vez de hierro-, además todas las beneficiarias están obligadas a sembrar árboles, realizar
trabajos de conservación de suelos, trabajar con un programa de agricultura biológica, etc.
Para cooperar con las mujeres que tienen niños se han instalado centros infantiles
autofinanciados por las mismas mujeres. Por el momento, han iniciado por autofinanciar la
construcción de los reservorios de agua para la comunidad e individuales que beneficiaran
especialmente a los que viven en las partes secas, ya que podrán recoger el agua de las
lluvias para luego utilizar en sus tierras. (Dueñas, Gangotena y Garcés:1998:18-41).
Dentro de este análisis es importante mirar si esta experiencia de desarrollo, esta enfocada
al desarrollo sustentable local, y si está pensada a largo plazo y en grande, que es lo que
exige un proceso de desarrollo, entendido el desarrollo como "el proceso hacia el bienestar"
y la sustentabilidad como la "satisfacción de las necesidades actuales permanentemente, sin
comprometer la satisfacción de necesidades futuras de las presente generaciones y de las
que vendrán" (CAAM:1996). Es necesario mirar si el enfoque de trabajo de las mujeres se
encamina entonces al desarrollo local que también implica el desarrollo político local, así
como fortalecer una nueva relación entre los gobiernos local y nacional, y romper la
verticalidad del desarrollo que ha existido entre los de abajo y los de arriba.
Una visión integradora de los proyectos de desarrollo: la acción del Estado dentro de
la economía
Por otro lado, es necesario mirar qué enfoque tiene este proceso de desarrollo, si es desde
adentro y hacia adentro, o como plantea Prebisch o las políticas CEPALINAS que están
orientadas al desarrollo económico latinoamericano, que es "el desarrollo desde adentro
hacia fuera". Sin olvidar que el retraso de las periferias que denomina Prebisch -en nuestro
caso las comunidades rurales- se debe a tres características principales: las disparidades de
la demanda entre la periferia y los centros; la inferioridad económica y tecnológica de las
periferias; y la fragmentación de las periferias en unidades relativamente pequeñas
(Sprout:1993:319), pueda tener razón, ya que son características evidentes en las
comunidades indígenas: sin embargo, en el caso de las OSG's y sus comunidades existen
otros problemas como: la ineficiencia en la administración económica, ya que dineros han
llegado, pero no supieron aprovechar como en el caso de las mujeres; la falta de la
democracia dirigencial es otra causa para que no se haya logrado el desarrollo esperado;
algo que esta prendido en las comunidades es no el mejorar las formas de desarrollar
actividades conjuntas, muchas veces en la "minga" por el mismo hecho de no tener
responsabilidades no se ha visto interés en el trabajo organizativo como es el caso de los
viveros forestales, semilleros, siembras agrícolas y frutales; no se ha "arriesgado" a probar
las tecnologías de afuera en un intento de empatar con la tradicional, se ha resignado a lo
que "Dios dé" porque la tierra no da más; este pensamiento comienza a cambiar cuando
Mulalillo se transforma en menos de cinco años en una zona importante de la exportación
de flores y ha dado trabajo a una gran cantidad de gente de la zona, que antes migraba a las
ciudades de Ambato y Quito, no se ha tratado los efectos que traerán esas empresas en el
futuro, aunque el mismo Prebisch señala que "se necesita más capital por unidad de
producción para compensar la contaminación derivada de la tecnología -a lo que llama- la
ambivalencia de la tecnología (ibid:322), lo cierto es que la gente ha mejorado su nivel
económico de vida y se cree ya que si se puede vivir sin migrar.
Pero, el desarrollo local se debe entender más allá del bienestar económico, por lo tanto
falta trabajar en cuanto al desarrollo humano, social y cultural, en el cual el proyecto de
mujeres y la OSG's mixta no ha puesto mucho énfasis.
Desarrollo local y desarrollo global
Cuando José Arocena (1995) se refiere al desarrollo local, sugiere no llegar al extremo de
la autarquía, el desarrollo local no debe concebirse como utopías comunitario localistas,
como una posibilidad de retornar a formas sociales mejores, en el sentido de que "el pasado
fue lo mejor", como forma de rescatar los valores comunitarios y lograr la participación del
pueblo.
En ese sentido, será importante que el proceso de desarrollo emprendido por el proyecto de
mujeres observe lo que la teoría del desarrollo local sugiere en relación a que:
- El grupo de mujeres debe desarrollarse dentro de una sociedad local, que significa
cumplir con ciertos elementos como: territorio determinado; riqueza local e identidad
en el sentido de pertenencia al territorio.
- La necesidad de la concertación que haga compatibles los intereses de los diferentes
actores. En el sentido de que la concertación permite convocar a la acción
interinstitucional y llevar adelante las propuestas locales con la debida participación de
los actores locales. Es decir, que la participación de los actores sociales -individuos,
grupos o instituciones que actúan dentro de la sociedad local- debe ser desde el inicio
de la planificación en una relación horizontal entre actores locales e instituciones
públicas y privadas, pues la identificación de necesidades debe salir de esta
concertación y participación directa de los beneficiarios.
- La participación no debe entenderse como buscar y recibir un proyecto de desarrollo,
sino que lo principal es la toma de decisiones mediante el cual se convierte en actor
primordial del desarrollo. La participación en el desarrollo local no solo es un derecho,
sino un deber de los actores sociales, porque sus iniciativas cuentan mucho para la
ejecución, incluso de una planificación realizada desde arriba, y de ahí la afirmación
que hace Arocena que no debemos pensar verticalmente en "planificación o iniciativa",
sino en forma horizontal que es "planificación e iniciativa". Porque ambas son
complementarias y constituyen el factor clave para el éxito de un proyecto local.
A esta necesidad mutua entre lo local y lo global, José Luis Coraggio acota que: "el
desarrollo desde lo local y el desarrollo regional aparecen no como opciones sino como
mutuamente necesarios". Afirma, igualmente, que existe la "convicción de que el
desarrollo local desde lo local no puede ser un modo de desarrollo generalizado sino
una excepción, a menos que instancias supralocales ... lo promuevan y articulen
horizontalmente para potenciarlo ante las fuerzas del mercado global" (1998: 97-98).
- La importancia de vincular una iniciativa local con una iniciativa de afuera: Muchas
veces en las comunidades se interpreta mal y se limita a considerar que una iniciativa
local es aislarse de todo proyecto estatal, y en el caso de las mujeres de la UNOCAM,
se ha llegado a pensar que también hay que trabajar separadamente de la OSG, esto a la
larga limita la participación de la comunidad y no permite un desarrollo integral como
es el enfoque del desarrollo. La iniciativa local desde una perspectiva de las
comunidades está muy vinculado al "mito de vivir de la autogestión". Por una parte está
bien que las comunidades busquen solucionar sus problemas, pero, por otra parte, se
exagera al pensar que la autogestión es la salvación de la crisis local y constituye el
logro máximo de la comunidad, que refuerza las campañas antiestatistas. Este
pensamiento nostálgico, al decir de Arocena, puede ser el origen para que el Estado se
olvide de la obligación de atender y solucionar los problemas de la sociedad local. De
manera que este discurso mitificador hace que a la larga el desarrollo local se
perjudique y no avance porque el Estado ignora las necesidades locales.
- Hay que reconocer que en este proceso de desarrollo local, en Mulalillo cuenta mucho
la iniciativa de las ONG's como es el caso de la SWISSAID. Mucho se ha criticado que
las ONG's incentivan al paternalismo en las comunidades, en el sentido de que "hay
proyectos de desarrollo que solo han significado mayor dependencia y deuda para los
países pobres" (Fundación Natura: 1991: 16), que por una parte puede ser cierto cuando
estas ONG's "regalan el financiamiento y no se exige la rendición de cuentas a las
bases". También se ha cuestionado a las ONG's porque "parece no haber cabida a una
demanda global que vaya más allá del proyecto concreto, del fenómeno a nivel local de
la participación popular ..." (Bretón: 1999: 18), este autor a su vez enfatiza el hecho de
que las ONG's promueven interesantes proyectos pero tremendamente específicos, sin
duda importantes para las comunidades pero poco trascendentales desde las
perspectivas del devenir de los pueblos indígenas. Empero de ello, de la experiencia
concreta de la acción de las ONG's en Mulalillo y de la experiencia concreta de los
pobladores se ha ido comprendiendo que hay que llegar a una concertación entre lo
local y lo global, entre lo comunitario y lo estatal para llevar adelante actividades que
den buenos resultados.
Democracia y desarrollo local
Esta apertura y cambio en el pensamiento indígena y campesino, es evidente especialmente
en los grupos sociales que se consideraban sin derecho a la ciudadanía, como es el caso de
los pueblos indígenas del Ecuador, pero que actualmente buscan solucionar la crisis
política, económica y cultural, no solo en lo local sino incluso a novel global, con
propuestas nacionales y han buscado establecer mecanismos de diálogo con la sociedad en
su conjunto y con el gobierno. Esta concertación entre lo local y lo global no solo que es
una ventaja para el desarrollo local, sino que los indígenas están ejerciendo una auténtica
ciudadanía en el momento que tienen derecho a presentar propuestas y ser escuchados.
Por otro lado, este proceso de desarrollo local de la UNOCAM, debe empatar la
democracia y el desarrollo. La democratización entendida como una "práctica social de
nivel individual y colectivo, fundada en el ejercicio pleno de los derechos de las personas y
su ciudadanía" (Ruiz y Cotle: 1993: 31), comprende también las relaciones de
interculturalidad que se expresa en el respeto a la diferencia, a la diversidad, a la equidad
de género, donde no existan imposiciones de ningún tipo.
En conclusión, el proyecto de mujeres de la UNOCAM, como una iniciativa para el
desarrollo local deberá estar encaminada hacia la sustentabilidad interna del proyecto y
hacia la ampliación de la democracia, en condiciones de transparencia en la gestión
("rendición de cuentas"), y pensando siempre en la concertación entre lo local y lo
nacional. Es necesario desarrollar propuestas integrales para resolver problemas locales,
estableciendo instancias permanentes de concertación, democratización y participación con
los diferentes actores sociales, a fin de enlazar iniciativas locales y globales, que estén
enfocados a un desarrollo humano, social, económico y cultural.
Bibliografía
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Notas
1. Casas comunales, construcción de canales de regadío, puentes, aulas escolares, etc.
2. El Proyecto de Desarrollo Rural Integral, del cantón Salcedo, encabezado por el Lcdo. Wilson Sánchez, y algunos dirigentes de las comunidades, temiendo
ser engañados por otra de las tantas instituciones que han ofrecido salvar de la miseria a estos sectores olvidados por el Estado y no han cumplido; empiezan
a promocionar la conformación de una Organización de Segundo Grado (OSG), que luego se denominó "Unión de Organizaciones Campesinas de Mulalillo,
UNOCAM", para lo cual antes se debía legalizar jurídicamente las comunas que posteriormente serían filiales a la OSG.
3. Proaño, Miguel, ex Presidente de la UNOCAM y dirigente permanente de esta OSG, entrevista realizada el 7 de octubre de 1999.
4. Dioselinda Iza, es dirigenta de mujeres de la Unión de Organizaciones del Norte de Cotopaxi, UNOCACN. Es más, no hace un trabajo de mujeres sino de género
porque coordinan bien con la organización mixta, en el sentido de que la familia es de hombres y mujeres, la comunidad y la organización deben ser iguales.
5. Harvey, 1989; Hamilton, 1995 y Stolen, 1987. Apud. Prieto 1998, pp. 19
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