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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 13, No. 145, Abril 2011

La guerra mata, el petróleo también


Acción Ecológica

El sábado 19 de marzo comenzó el ataque militar a Libia luego de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impusiera una zona de exclusión aérea, por presión de  Estados Unidos. Esta llamada zona de exclusión en realidad permite todo tipo de acción militar por parte de la coalición encabezada por la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN). Desde esa fecha, centenares de misiles estadounidenses, franceses y británicos hay caído sobre territorio libio. El objetivo de esta resolución es permitir a las tropas rebeldes ganar territorio en zonas controladas por Muamar Gaddafi. Si bien la resolución de la ONU excluye la presencia de fuerzas de ocupación extranjera en el territorio, todo indica que se estaría dando un paso previo para una intervención militar por tierra.          

Debemos señalar que Libia posee una economía totalmente dependiente del petróleo que representó más del 95% de los ingresos de las exportaciones en el 2010. Sus reservas ascienden a cerca de 50.000 millones de barriles de petróleo y 55 millones de millones de pies cúbicos de gas. Libia posee las mayores reservas de petróleo de áfrica. Su riqueza petrolera habría colocado a ese país en condiciones bastante favorables en cuanto a derechos económicos y sociales con relación al resto del áfrica. Sin embargo, las cosas cambiaron. Si bien en 1969 Gaddafi nacionalizó  el petróleo, a partir del año 2004 el gobierno creó un modelo de explotación y de producción de petróleo favorable a las grandes empresas transnacionales, europeas y estadounidenses, abriendo un camino hacia la privatización de los hidrocarburos.

Concomitantemente al proceso de expansión petrolera y al ingreso de transnacionales petroleras, Gaddafi se convertía en el niño mimado de gobiernos como el de Italia y un agente de las grandes empresas petroleras y, al mismo tiempo, crecían las políticas de represión contra las protestas sociales. Europa ha tenido además un buen negocio en Libia con la venta de armas y a su vez gobierno libio ha invertido muchos petrodólares en empresas italianas como la FIAT, bancos como UniCredit, la petrolera ENI y hasta en el famoso club de fútbol Juventus. También cerca de 150 empresas británicas abrieron negocios con Libia. El resultado de esta mezcla explosiva, ha sido graves violaciones de los derechos humanos, a través de medidas represivas para contener la insatisfacción del pueblo libio.         

Al cabo  de casi 3 meses de revueltas en el mundo árabe-musulmán se entiende aún poco sobre lo que realmente levantó a los movimientos sociales en aquellos países. De hecho, los análisis en los medios  de comunicación son confusos, sesgados contra Gaddafi y marcados con el sello impuesto desde Estados Unidos luego del 11 de septiembre. Las revueltas parecen ser distintas unas con otras., dependiendo del país en el que ocurrieron. Desde Túnez, a Egipto, hasta lo que  está ocurriendo en Libia.       

Una de las diferencias es la reacción de Gaddafi al reprimir violentamente a la oposición, pues ésta podría haberse convertido en una suerte de guerrilla que podría durar muchos años. Debemos sin embargo puntualizar que un territorio dominado por las tropas de la OTAN/ONU tampco es una garantía de democracia pues puede ser un bastión contra cualquier posibilidad de revolución árabe frente a un modelo petrolero que está favoreciendo ante todo los intereses de las grandes empresas petroleras.

Lo único que parece estar claro es  que en el caso de Libia, el aire de rebelión y el ataque de la OTAN siguen el olor del petróleo.         

Por eso decimos que "La Guerra Mata, y el Petróleo También".

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