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Editorial Propaganda electoral o mercado de votosEl Ecuador, está atravesando un proceso electoral inédito, singularidad que va desde la candidatura del presidente en funciones, hasta la utilización del viejo adagio “divide y vencerás. La condición de presidente, al mismo tiempo de candidato a la reelección, le ha dado a Rafael Correa, más de una ventaja: primero la utilización de fondos públicos y de espacios de información que el actual mandatario ha creado para dirigirse al país, segundo por la utilización de los favores que el pueblo ha recibido en tiempo de bonanza económica del actual presidente; y, tercero utilizando el poder del dinero para crear fraccionamientos en las estructuras organizativas del pueblo; todo esto para beneficio de su candidatura y la permanencia de un proyecto económico y político, que en la práctica responde a una nueva derecha o lo que llamamos la oligarquía del siglo XXI en América. Revisando el largo recorrido de la propaganda electoral, del mandatario Rafael Correa, ahora candidato a la reelección, podemos decir que tuvo ganado a los demás candidatos, en tiempo dos años, en plata todo el ingreso del petróleo, acuñado en las arcas del Estado desde que el barril de crudo llegó a costar más de 146 dólares a mediados del 2008, ventaja económica que le dio a Correa la facultad mágica de repartir como hada madrina, bonos, prestamos, presupuestos, subsidios, financiar la corte ministerial itinerante, una que otra escuelita del milenio, entre otras cosas más, todo esto en el marco de una crisis económica global que se anuncia con la subida de los precios, y, que la ceguedad popular causada por el marketing presidencial no ha querido ver. Eso no es todo, el nivel de desempleo real que existe y que es invisibilizado por el incremento del subempleo y el fraccionamiento político organizativo, que ha causado en las estructuras organizativas del pueblo, ha quedado reducido a hechos sin importancia, frente a la majestuosidad prepotente de un presidente que lo compra todo y que tiene gran parte de los medios de comunicación de su lado. La candidatura de Correa ha sido un hecho desde el 2007, y ésta ha pasado desde una incontrolable propaganda que según el diario El Hoy ha costado al país más de 17 millones de dólares. “El Gobierno ha pautado un promedio de 1 000 mensajes diarios por prensa, radio y televisión durante 2008, y ha gastado alrededor de $17 millones en publicidad. Si el cálculo contemplara los costos sin descuentos en los medios de comunicación, esos gastos superarían los $47 millones, de acuerdo con el monitoreo de Infomedia“ Gastos públicos, que a la par han financiado estratégicamente rupturas organizativas, en las bases organizadas del pueblo, pues desde estos espacios contratados se ha deslegitimado dirigentes, se ha terminado con la construcción política ideológica de organizaciones sindicales, sociales, calificando a éstos de oportunistas, de dirigencias reducidas a dos o tres personas. Esto no queda ahí, su propaganda electoral omnipresente a lo largo de estos dos años, ha sido liberada también en el plano ideológico, ha instrumentalizado el discurso de izquierda, ha desapropiado las letras, que un día fueron construidas de un quehacer político de izquierda organizada, para fusionarla a un discurso de participación ciudadana, sin organización ni participación política, hoy llamado socialismo del siglo XXI. Podríamos decir que en el plano simbólico, la bandera que un día fue roja hoy flamea de color verde, como muestra de los procesos que permiten mostrarse como el símbolo de una sociedad agrupada en colectivos espontáneos, llamados movimientos sociales u ONGs ambientalistas, muchos de éstos colectivos, hoy se rasgan las vestiduras, por semejante equívoco. En fin la propaganda electoral de éste régimen, iniciada hace dos años, se lanza abiertamente y con cierta alevosía unos días antes del 10 de marzo, día de apertura oficial de la campaña electoral, según el calendario del Consejo Nacional Electoral. Bajo la supuesta necesidad de demostrar la unidad del pueblo con el mandatario, presenta una canción del conocido grupo inglés, Beatles “Hey Jude” haciendo propaganda de la llamada revolución ciudadana, ¿Qué hizo al respecto el CNE? ¿Qué reflexiones se pueden deducir de este hecho, en relación a la regulación de la propaganda electoral, estipulada en la nueva Constitución? Hechos que parecieran inconcebibles en la democracia, pero que en el Ecuador se da con total libertad. Debemos necesariamente citar que según la nueva Carta Magna, en el artículo 115, segundo inciso, se “prohíbe el uso de recursos públicos, infraestructura estatal y publicidad oficial, para campaña electoral” ¿Qué pasa entonces cuando el candidato presidente Rafael Correa, utiliza los espacios de los sábados, al informar al país de sus gestiones semanales, para realizar propaganda electoral? Frente a lo cual el Consejo Nacional Electoral, solo ha cuestionado y prohibido la utilización de los nombres de los demás candidatos, disposición que para el colmo no ha tenido ninguna respuesta correctiva del mandatario-candidato, violando de ésta manera la constitución y uno de los principios básicos de toda democracia, “la oportunidad de ser elegidos en iguales condiciones” Sumemos a ésta contienda electoral anti-democrática, las visitas que el mandatario-candidato hace a las obras concluidas, o en proceso de construcción, a las actividades organizadas por los ministerios, en especial de vivienda y obras públicas, a los programas semanales de radio, prensa escrita, y televisión sobre su gestión, subrayando siempre la diferencia de su gobierno en relación a quienes han pasado a la historia. ¿Cómo se puede ser juez y parte, sin tener ventajas? Los demás candidatos de Alianza País, a prefectos, alcaldes, asambleístas, no solo han sido favorecidos por los espacios y los rubros que supone ser parte de la estructura estatal, sino también han sido endosados por la imagen de Rafael Correa, quien aparece a lado de sus coidearios políticos, legitimándolos, haciendo de esta contienda electoral, un mercado de votos a cambio de promesas económicas, que las condiciones económicas del país, del mundo y del régimen capitalista jamás podrán ofrecer, al puro estilo de un caudillo populista que basa su poder en el clientelismo. Estas condiciones políticas se tornan aun más desesperanzadoras, cuando los demás candidatos se dedican tan solo a descalificar al candidato del régimen, vaciando de propuestas económicas y políticas la contienda electoral, entonces es necesario preguntarnos, ¿A quién se puede elegir, si los candidatos alternativos al régimen son de igual tendencia como Lucio Gutiérrez , Álvaro Noboa o de tendencias formadas al calor de la contienda, sin ninguna trayectoria política definida, donde confluyen todos los intereses individuales agremiados posibles, como la alianza representada por Martha Roldós? Esperemos que los movimientos políticos, como Pachakutik que se abstuvieron de presentar un candidato propio para la presidencia y que con claridad política, se han negado a ser utilizados una vez más como masa electoral, alcancen un número considerable de mandos como asambleístas, prefectos, alcaldes y demás dignidades locales, para que los procesos de gobernabilidad sean realmente estén dirigidos al pueblo. Solo de esta manera se justificaría que el país haya destinado, para esta contienda electoral, a través del CNE, 53 millones de dólares, que lamentablemente han sido utilizados para montar un show mediático de personas que se disputan un cargo en el Estado, sacando a relucir inclusive la vida privada de su contendiente, personalizando una contienda que debería darse desde la lucha ideológica de proyectos económicos, que procuren sentido y estructuras reales a una nueva Carta Magna, que determina jurídicamente el establecimiento de un Estado Plurinacional. Esperemos que después de esta falacia democrática, los pueblos indígenas, el pueblo de las urbes, los campesinos, obreros y los pequeños comerciantes, dejemos de engañarnos en el espacio político dado por el capitalismo, y empecemos a construir estructuras organizativas politizadas, articuladas entre sí, capaces de superar reivindicaciones gremiales para generar procesos democráticos que garanticen la construcción de un estado plurinacional, más allá de la lírica jurídica, en las estructuras mismas de la sociedad. Coordinación General: José Luis Bedón Subvencionado por: Con el apoyo de: Dirección: Teléfonos: (593 2) 2900048, 3203715, 3203732 © Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente |