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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año11, No.120, Marzo del 2009

Movimiento de unidad Plurinacional Pachakutik


Blanca Chancosa

Las épocas de contiendas electorales son propicias para meditar y recordar el camino recorrido por los pueblos y nacionalidades del Ecuador, retornar a los pasos dados, a sus propuestas y las posiciones en los espacios políticos que sucedieron y que suceden en el país, es fundamental para el proyecto político de los pueblos y nacionalidades indígenas.

Haciendo un cuadro retrospectivo de la organización, podemos decir que el movimiento indígena nace en la colonia y va fortaleciéndose en la República. Para los años 40 la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI, liderada por Dolores Cacuango, más tarde para el 72 el aparecimiento de la ECUARUNARI, para los 80 la conformación de la CONFENAIE y gracias a la visión política de éstas, la formación de la CONAIE en el 86, ha dado muestras de un caminar ligado a la organización del pueblo indígena, que basa su lucha en la recuperación de la tierra, como espacio vital para los pueblos.

Este andar político ligado a levantamientos y protestas nos permitieron conseguir muchas reivindicaciones, entre ellas la creación de la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, DINEIB, reconocida mediante un acuerdo firmado con el Ministerio de Educación en 1988, nos permitió además, la organización de un levantamiento que exigió al gobierno de Rodrigo Borja el reconocimiento constitucional, de un Estado plurinacional, que legitimara el territorio de los pueblos y nacionalidades, la educación intercultural bilingüe; las luchas por laS reformas a ley agraria, el posicionamiento político de los indígenas en relación a los quinientos años de explotación, nos permitieron dejar sentado nuestra presencia ante el pueblo ecuatoriano y ante el mundo como sujetos políticos y de derecho, no solo individual, como sujetos de derechos colectivos.

La responsabilidad histórica de estos hechos, nos exigió entonces, pronunciarnos en relación a los actores políticos del país, específicamente en relación a los partidos políticos, al mismo tiempo la decisión de construir un espacio político de participación electoral, como estrategia de posicionamiento y construcción del proyecto político de la CONAIE, que fue propuesto a todos los ecuatorianos.

Desde esta perspectiva nace el movimiento Pachakutik, signado como una propuesta indígena, y visionado como espacio de convergencia de diferentes sectores; este espacio nos permitiría articular a otras organizaciones, que sumadas al movimiento indígena miren en éste, el lado alternativo de lo que han venido siendo los partidos políticos de izquierda.

La pérdida de legitimidad de la llamada izquierda ecuatoriana, representada en partidos políticos como el FADI, el socialista y otros, dio carta abierta a la posibilidad del surgimiento de un espacio político electoral diferente, renovado, una esperanza para aquellos que no queríamos dejar de soñar con una sociedad diferente.

El Pachakutik nace entonces como un espacio político de participación electoral, en respuesta al crecimiento organizativo de nuestros pueblos y en respuesta a lo que significó ideológicamente la izquierda, nace con una propuesta diferente, que plantea la reestructuración del Estado; un Estado que ya no responde a la realidad de los años 30 del siglo XIX; recordemos que ésta era una realidad estructurada desde el concepto colonial, por lo tanto sus bases no podían seguir sosteniendo la gobernabilidad de un país que se supone, democrático y participativo.

La propuesta de la Plurinacionalidad, planteaba el cierre definitivo de un Estado uni-nacional, ideado desde la gran criollada de espíritu monárquico y de tendencia ideológica basada en la línea más conservadora de la revolución francesa.

La plurinancionalidad y la libre determinación de los pueblos como parámetros de gobernabilidad de una nueva sociedad, eran las banderas de lucha con la que nació el movimiento Pachakutik, una propuesta desde los indios para todos los pueblos que hacemos Ecuador.

Para concebir las dimensiones de estas propuestas, el sentido del Pachakutik como brazo político de los indígenas, es necesario entender el significado de Pachakutik, “Es el tiempo del universo que garantiza el retorno a mejor tiempo” cuando decimos el retorno no significa el regreso al pasado, es un tiempo nuevo que tiene como base, parámetros de vida del pasado, hablamos entonces del tiempo que aseguraba la vida, donde la relación de la naturaleza con los hombres y mujeres de esta tierra, y a su vez la relación de éstos con la naturaleza se dan en términos de reciprocidad. La representación de este tiempo es el churo, es un eterno retornar con la posibilidad de subir un peldaño en la búsqueda de la vida con dignidad para todos.

Junto a este nombre “Pachakutik”, sumamos al cotidiano político otros símbolos que dicen de nuestra propuesta, la Wipala y el churo, éstos símbolos resumen los objetivos, el carácter político ideológico de nuestro movimiento, que tiene como tarea llevarnos a lo que llamamos el Sumak kawsay, por lo tanto el papel del Pachakutik, como espacio político de nuestras organizaciones debe responder a éstos principios y a éstos objetivos.

Nacer signado como espacio de convergencia política de izquierda, comprometió al Pachakutik a aceptar la diversidad política al interior de sus filas, permitió dar apertura a personas que no eran parte del proceso organizativo del movimiento indígena; ese fue el error, traspié político que se dio por el miedo a ser tachados de indigenistas.

Esta ingenua generosidad política del movimiento Pachakutik, coloca a Freddy Ehlers como su primer candidato, para inicios de siglo, más tarde volvemos a equivocarnos con Lucio Gutiérrez, todo a nombre de la apertura y la diversidad en el accionar político.

Creemos que las coyunturas nos han desbordado, y la presencia de personas sin consecuencia política ha determinado que el Movimiento Pachakutik se mantenga como movimiento político electorero, provocando que se haya perdido el carácter, el objetivo político que dio sentido a su origen, hasta podríamos decir que ya no existe.

La convergencia política, para nosotros suponía el debate, mecanismo político que permitiría alimentar el proyecto político que el movimiento indígena proponía, esto no se dio, o nunca se entendió que la propuesta de convergencia política, suponía que los candidatos propuestos por Pachakutik, una vez devenidos en autoridad, éstos realimenten y practique la propuesta política, desde el ámbito local hasta cualquier instancia superior en la estructura del Estado. Lamentablemente los espacios políticos logrados, en su mayoría han sido utilizados como cargos de buena remuneración.

También es lamentable que la mayoría de personas que han llegado a ser autoridades, lo único que han hecho es cambiar de dueño del sillón que han ocupado muchos que no respondieron a los intereses de los pueblos, confundiendo la militancia con el oportunismo para conseguir puestos, por lo tanto han terminando utilizando al Pachakutik, y por lo tanto utilizando la fuerza del movimiento indígena. Estas son las condiciones que han empujado al Pachakutik a perder su sentido de ser.

Luego de una profunda evaluación, es necesario que varios de los compañeros electos como autoridades, representando al Pachakutik, no han tenido claro el proyecto político, o simplemente a la hora de ejercer la autoridad han prevalecido sus verdaderos objetivos económicos e individuales, lo que ha determinado la perdida a priori de la credibilidad de nuestras autoridades electas.

Otro de los puntos evaluados es el espacio político donde estamos luchando, somos conscientes de que éste no es un espacio creado por los pueblos, es la construcción democrática inspirada en el capitalismo naciente de Europa del siglo XVIII, modo de producción que nosotros no concebimos. No entendemos pues habla de individuos individuales compitiendo por un puesto en el poder.

También se ha analizado que existe un mal entendido en el interior del Pachakutik, no se si mal intencionado de ciertos compañeros, en relación al proyecto político, se cree que el objetivo es cambiar la fachada de la casa, es decir simplemente poner el nombre y nada más. Un Estado Plurinacional no se alcanza en estos compañeros al interiorizar la necesidad histórica de reconstruir la casa, por lo tanto, el objetivo político no se resumía al ornato lírico de la constitución, se quiere cambiar la estructura del Estado.

Sumamos a estos puntos analizados, la práctica del reencauche político de muchas personas, es decir, que personas lamentablemente sin escrúpulos andan de movimiento en movimiento o de partido a partido, que también lamentablemente se han filtrado a nuestras filas, una práctica de muchos que utilizan la organización popular para beneficio propio, así lo hicieron con el movimiento obrero y con los sindicatos.

Tomando en cuenta todos estos puntos mencionados, creemos importante recordar una y otra vez el sentido del Pachakutik, como espacio político estratégico para ir a tiempos mejores, al sumak kawsay, nuestro objetivo como ya lo he dicho no era llegar a un cargo de poder burocrático, que responde a este sistema económico que ha generado pobreza, el objetivo del Pachakutik era convertirse en la voz de un quehacer político diferente, alternativo al capitalismo.

La estrategia de utilización del espacio político electoral, como camino para llegar a construir nuestra propuesta, en la práctica no ha tenido resultados significativos, reconocemos que hemos logrado ciertas reivindicaciones, entre ellas la posibilidad de demostrar que los indígenas tenemos capacidad, no solo de administrar en su comunidad, que es capaz de tomar la rienda del acontecer nacional, regional y provincial, negando las actitudes racista que aun persisten en la sociedad.

Estamos convencidos que hemos caminando, sentado bases para que esta sociedad cambie y uno de los pasos dados en concreto, es precisamente que muchos compañeros y compañeras indígenas hayan demostrado capacidad en sus gestiones administrativas y políticas.

El Movimiento Pachakutik inició su camino en la contienda política, con un proyecto político claro, aprovechando además la confianza inusual del pueblo, en sus propios hijos, confianza que no queremos perder, por eso creo que es hora de detener, porque si revisamos nuestro proyecto político, concluimos que no se ha cumplido.

Sabemos que el proyecto político que el movimiento indígena propone, quizá no esté completamente acabado, que no será la última verdad que convenga a todos, indios y no indios, por lo mismo el Pachakutik surge para que sea el espacio de enriquecimiento y práctica diaria de la propuesta indígena que debió ser enriquecida por los demás sectores pobres y organizados de la sociedad, lamentablemente se ha convertido en el espacio propicio para llegar a un puesto, muy pocos han sido consecuentes con la propuesta dada desde de los pueblos indígenas.

Creemos también que es necesario recordar, releer y retomar el proyecto político de la CONAIE, debemos entender que dentro de este proyecto la plurinacionalidad es uno de los parámetros fundamentales de la construcción de una sociedad intercultural, por lo tanto su construcción va más allá del reconocimiento escrito, es necesario e ineludible su construcción en cuanto al Estado y a estructuras ideológicas a formar, porque en la vida real el Ecuador, está conformado por nacionalidades indígenas que han estado presente a lo largo de la historia y que no han sido reconocidas, pero que están presentes no solo como expresión folklórica del Estado ecuatoriano, sino como sujetos activos de su economía, ahora somos sujetos políticos de la nueva historia que tendrá que escribirse.

Este parámetro que hoy es parte de la nueva constitución, es para nosotros los indígenas una estocada al racismo, la discriminación, su práctica será un accionar revolucionario en cuanto a la nueva estructuración del Estado que esto exige, ahora la pregunta es ¿Podremos pasar del reconocimiento jurídico a la práctica cotidiana, política y económica de lo que significa vivir en términos interculturales?

Es este quehacer político que el Pachakutik está obligado a respetar y construir, ¿es éste poder el que queríamos y queremos hacer?, no queremos el poder del puesto o del dinero, queremos construir el poder, y no cualquier poder; el poder capitalista despojador de la dignidad de los pueblos no es nuestro objetivo, el poder del sumak kauwsay que está en los pueblos es el objetivo, en esto no hay duda.

La obligación que nos hemos creado en relación a la participación del Pachakutik en cada proceso electoral, nos ha esclavizado, nos ha cegado en relación al proyecto político. En nuestros análisis proyectivos de lo que queremos no está como necesidad participar en los comicios, por lo que debemos direccionar nuestras fuerzas a otros espacios que nos ayudarán a construir el poder del sumak kawsay.

Hemos realizado una evaluación no solo cualitativa de los resultados obtenidos, la evaluación cuantitativa está a simple vista, ya no contamos por ejemplo de un número significativo de asambleístas que permitan el avance de los objetivos, nos hemos quedado en número de votos que sólo se negocian al interior de la asamblea, condicionando siempre nuestra presencia, por lo tanto es hora de plantear otra estrategia.

No debemos negar ciertas reivindicaciones logradas por la vocería que los compañeros del Pachakutik, pero debemos también aceptar que lo logrado ha sido en un 90% por la lucha de los pueblos en las calles, es realmente la movilización de las bases las que han sido la fuerza de choque, para lograr lo que hemos conseguido en la Constitución o en otras instancias.


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