Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 10, No. 112, julio del 2008
Editorial
Infiltrados, desmovilizados, confiscados,…
Un extraño en el movimiento social ecuatoriano
La más reciente obra del periodista y escritor uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas llevó el nombre de “Un extraño en Carondelet”, un recuento histórico y casi biográfico del aparecimiento en la escena política del actual Presidente de la República, Rafael Correa.
A más de año y medio del gobierno del aludido economista, el título de una nueva obra podría o debería llamarse: “Un extraño en el movimiento social ecuatoriano”. Este título alcanzaría para definir de algún modo al actual Mandatario que ha trazado abismos con los movimientos sociales y particularmente con el movimiento indígena del Ecuador.
Es tal la distancia entre Correa y los movimientos sociales que a los asambleístas de su propio movimiento, que apoyaron la inclusión del Kichwa como lengua oficial del país, los denominó “infiltrados”, al considerar que sus posturas disponían de una “agenda propia”, muy cercana a las posiciones de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Ecuador.
“Infiltrados”, “infantiles”, “noveleros”, “caretucos”, “corruptos” y la canción “que se vayan. que se vayan…” han sido endilgados por el Presidente Correa al movimiento indígena y algunos de sus dirigentes, dando fe en los hechos de su distancia del proyecto político de los indígenas y del pueblo ecuatoriano, pero al mismo tiempo utilizando parte del discurso de la izquierda social y el kichwa de los pueblos ancestrales andinos.
A la escala de infiltrados a reducido el Presidente a sus adversarios de izquierda que le piden no vulnerar los derechos humanos y colectivos de los pueblos indígenas y no indígenas a pretexto de recursos para el desarrollo que “sólo” se pueden obtener empleando la misma y cuestionada política extractivista, aplicada por anteriores gobiernos con el viciado modelo neoliberal cuya noche no ha concluido. Vale decir: ¿cuáles son los verdaderos infiltrados?, ¿quién es infiltrado en Acuerdo País? como sostuvo el asambleísta Fernando Vega, el pasado 22 de julio1.
Caben hacerse otras preguntas que nos den pistas de infiltraciones o de políticas que nada tienen ver con la agenda política de los pueblos empobrecidos del Ecuador: ¿Cómo entender el pago puntual y casi religioso de la deuda externa ecuatoriana bajo el gobierno de Correa, tras las afirmaciones de la nueva Ministra de Economía Willma Salgado quien dijo que el “Pago de deuda se mantendría”2. ¿Cómo entender el silencio del gobierno y de la Asamblea frente a la urgencia de salir de la dolarización como sostenía el propio Correa antes de ser Presidente?, ¿qué hace Mauricio Correa, hermano del Primer Mandatario, en los negocios del Estado?, ¿porqué no dispone el Estado ecuatoriano de una verdadera política petrolera soberana en este “cambio de época”?.
El extraño en Carondelet es extraño también en el movimiento social ecuatoriano y casi nadie sabía que Correa fue funcionario del Proyecto MEC – BID (Banco Interamericano de Desarrollo, dependencia regional del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y sus políticas neoliberales, de ajuste y privatizaciones) en el año 1997. Corea se encaramó en el movimiento social arrebatando su discurso y cooptando su agenda que desde hace casi dos décadas está dedicada a la lucha contra el modelo neoliberal, las privatizaciones, el TLC, la irracional extracción petrolera transnacional, el Plan Colombia, las fumigaciones y la expulsión de los norteamericanos de la Base de Manta.
Al igual que el “Consenso de Washington”3 o el de Santiago existiría el “Consenso Socialismo Siglo XXI”, cuyos 7 puntos principales cumpliría al pie de la letra el Presidente Correa, una nueva tecnología de poder y un gran engaño con el que se habría infiltrado a los movimientos sociales y progresistas del continente para vía elecciones y nuevos gobiernos mantener el poder, aflojar la soga, reinstitucionalizar al Estado con el cuento del Estado Social de Derecho, “cambiar para que nada cambie”.
Quizá Correa no sea un infiltrado sino el promotor de un socialismo del Medioevo como dice Dimas Castellanos en su artículo “Socialismo medieval en el siglo XXI”4 “En la actualidad, la tendencia a gobernar excluyendo la participación de una parte de la sociedad –con independencia de que se haga en nombre de la nación, de los pobres, del socialismo, o de Bolívar- es repetir las viejas dictaduras con un nuevo ropaje: se trata de una política que, al llevar implícita el empleo de la violencia verbal y física contra los que se le opongan, no tiene nada que ver con el siglo XXI y sí con los siglos XII ó XIII. Por eso sería más preciso bautizarla como “socialismo feudal”.
A consecuencia de esa “infiltración” o más bien de ese socialismo medieval no científico aplicado en el siglo XXI, la desmovilización social, indígena, popular y de la izquierda se dejar ver como una esclerosis, una parálisis seguramente no irreversible. Pero cuánto se tardarán los movimientos sociales y las izquierdas en salir de la ficción socialdemócrata, de ese secuestro de la agenda, el proyecto, los discursos, la iniciativa y la movilización. A quién le interesa la desaparición de la CONAIE y de toda organización social con conciencia histórica que promueva cambios más allá de las formalidades de un marco legal general que no recoge en lo fundamental sus propuestas.
Desmovilizados frente al desempleo, la migración, el hambre; que es mayor a causa de la especulación mundial con los alimentos pero más grave porque el economista no se atreve a regular los precios con listas oficiales que tanto temen los neoliberales. Enfrentamos el peligro de ser vistos como traidores si no hacemos nada para protestar en contra del incremento de precios del pan, la leche, el arroz y otros alimentos de primera necesidad, tal como demanda el pueblo.
Tras la desmovilización, la cooptación, el chantaje o la represión como la de Dayuma que mantiene presa a Guadalupe Llori. Consecuencias de una política que tiene la capacidad de mutar, confundir y decepcionar, como un juego virtual, más agudo en tiempos de elecciones y referéndum.
¿Asistimos inermes a la confiscación de la lucha popular que ha resistido a la hegemonía del capital y la corrupción, lucha que ha logrado mantener algo de Dignidad y Soberanía de los pueblos del Ecuador? ¿Cuándo delegamos en un extraño, en desconocidos y oportunistas tales responsabilidades históricas?
1. La nota informativa titulada: Asambleísta Vega: “Habría que preguntarnos quién es infiltrado en Acuerdo País” es posible encontrarla en el periódico digital Ecuadorinmediato remitirse a su página http://www.ecuadorinmediato.com 2008-07-22.
2. Para ver detalles de la nota de prensa publicad por el periódico digital Ecuadorinmediato remitirse a su página http://www.ecuadorinmediato.com 2008-07-23.
3. Detalles sobre lo que es el “Consenso de Washington” puede acudir a http://www.fespinal.com/
4. Ampliación del artículo citado en http://www.desdecuba.com/
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