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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 10, No. 108, Marzo del 2008

La razón indígena de vivir!


Marcos Terena1

Eran tiempos de niños, cuando una mujer indígena buscaba flores en los bosques, cantando y feliz para su casa, como fuente de alegría para su familia. Algunos años después, la misma mujer sacaba flores pero llorando... Eran las mismas flores, pero, para hacer un homenaje a una persona de su familia que estaba muerto defendiendo la tierra.

Hemos escuchando que “la vida es un combate que a los flacos abate”, pero la tradición ancestral indígena nos enseña que la vida es como una fuente muy preciosa que debe ser vivida como el olor de las flores que nos hacen bien y tiene que ser cultivada y compartida a cada despertar del sol y a cada noche que llega, para demostrar el respeto y el equilibrio entre el gran Creador, la naturaleza y nosotros.

Con este concepto base de enseñanzas de nuestros ancestros a los derechos humanos, al medio ambiente, la justicia, la paz y el respeto e incluso a los flacos y diferentes, hemos demostrado como indígenas un sistema de vida individual y colectiva.

Como ejercicio a la tradición oral y de percepción, hemos aprendido a observar los caminos de la civilización y religiones occidentales, su comportamiento de preconcepto y racismo contra nuestra forma de mirar la vida y de vivir. Hablan de Dios, libertad, democracia y ética, pero con referencia a una óptica unilateral que nos considera “salvajes” que tienen que ser “civilizados”, con sus propias justificaciones, jurídicos, políticos e incluso, legales.

Como primeras naciones de las Américas y dueños originarios de todos los territorios, hemos despertado que ahora somos partes de la globalización. Nuestras comunidades aunque lejas están siendo sitiadas por nuevas ciudades y proyectos económicos que llegan con nuevas costumbres y nuevas enfermedades, cambiando nuestra forma de vivir.

Pero, hay una nueva consciencia indígena que se desarrolla para los nuevos tiempos. Sabemos que como nosotros, están los pobres blancos y afro-descendientes que también buscan una vida con dignidad para su familia, que muchas veces no tiene que comer o donde dormir.

Gracias a nuestro espíritu ancestral en la relación con la tierra y la resistencia de nuestros líderes, buscamos caminos para nuevas informaciones, mirando con mucha atención las señales transmitidas por esta nueva civilización y modernidad, por ejemplo, representaciones políticas y elecciones, juegos de fútbol, guerras e incluso nuevas palabras como corrupción para ladrones, crimen organizado, medias verdades para la mentira, destrucción del medio ambiente, violación cultural y física contra pueblos indígenas, niños abandonados en las calles, esclavitud, todos transmitidos incluso por la prensa más consciente, pero que se transforma casi en un cotidiano común que estimula nuestra omisión y anula nuestra indignación para reaccionar.

Debemos como hijos de pueblos tradicionales y soberanos, defender nuestras tierras como un patrimonio territorial con valor a un nivel alto de calidad de vida, que no puede creer como una sociedad quiere construir la paz en base a la guerra, marginando familias, sociedades y su soberanía, en nombre del desarrollo. Una civilización que tiene estas bases de vida, no puede jamás asegurar un mundo mejor a sus futuras generaciones.

Si tenemos como pueblos indígenas la conciencia de nuestros derechos como primeras naciones y parte de la globalización, debemos afirmar con responsabilidad y solidaridad, que la paz mundial no será construida en base de guerras; y entonces, no podemos aceptar la guerra en Irak y tampoco, la violación contra hermanos en el Tíbet.

La guerra promueve odio, muerte, destrucción, que van a terminar en sacrificios de familias y de otro lado, tenemos que pensar quien está lucrando con estas catástrofes: las industrias bélicas?, petróleo?, control geográfico?, juegos olímpicos?.

Ante toda esta reflexión, creemos que nosotros los Pueblos Indígenas, aunque con cambios climáticos, cambios culturales, pero con fuerza espiritual, tenemos que ayudar a la humanidad moderna a encontrar el camino de respeto al medio ambiente, la diversidad humana, generando una sociedad capaz de promover una nueva forma de convivencia humana, relación comercial con equilibrio ecológico, económico y calidad de vida.

Y entonces, nuestras mujeres indígenas podrán volver a buscar sus flores en nuestras tierras para hacer más hermosa nuestra casa, nuestras familias y nuestros corazones, igual como un pájaro que vuela para buscar uno a uno un pedacito de palo, hoja y hacer un conforto de su casa….

¿Un poema? Quizá sí, pero con la realidad indígena, de que todavía hay una razón de vivir.

1. Indio de Brasil, del Chaco en el Estado Mato Grosso do Sul


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