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Queridos amigos de los movimientos sociales, ambientales y de derechos humanosAcción Ecológica En sus declaraciones públicas el Presidente ha ido distanciándose paulatinamente de las propuestas del cambio radical anunciado, cambio que como premisa debería incorporar a la temática de la justicia social, el respeto a las condiciones de vida y subsistencia de la gente. En su última rueda de prensa, calificó como “inmoral” la propuesta de superar la economía extractivista que ha sometido por décadas a la destrucción y dependencia a nuestro país. Declaró que no iba a haber tolerancia a la protesta, y calificó como sus peores enemigos a los ecologistas románticos e izquierdistas infantiles. El Presidente debe recordar , que en este país hay una fuerte conciencia ecologista y de izquierda en el entorno social; que no es reaccionaria, que no está manipulada por la prensa, ni es “pelucona”. Somos de hecho parte de los sectores que le llevaron al poder. Hemos estado siempre al lado de las causas justas, aplicando siempre una correcta intransigencia contra los abusos y la destrucción, haciendo ejercicio permanente de la no violencia y en una apasionada lucha por la vida. Pero ¿Cómo enfrentar el momento? No se trata de desconocer las medidas positivas tomadas por el gobierno, muchas de las cuales han golpeado a las redes del poder; ni frenarse por pura desilusión de que propuestas como las moratorias a la actividad petrolera y minera, se contradigan, inclusive en el caso del Yasuni. Tampoco se trata de desmovilizarse por temor a las amenazas, o dejar de hacer cosas por temor a equivocarse. ¿Qué habría pasado si los movimientos sociales no se hubieran movilizado frente a los gobiernos de Lucio o Adbalá? ¿O si no se hubiera organizado una cruzada nacional contra la Oxy? ¿O si los indígenas no hubieran protagonizado las marchas y protestas contra el TLC? ¿O si nosotras mismas no nos hubiéramos tomado el Congreso Nacional cuando se pretendía aprobar un nefasto convenio bilateral de Propiedad Intelectual con los Estados Unidos? Todas estas han sido medidas de hecho que desde la sociedad, prepararon el camino para terminar la “larga noche neo-liberal” y que sustentaron la confianza de la gente en el presidente. Tanto el neo-liberalismo como el neo-desarrollismo necesitan explotar cada vez con mayor intensidad la naturaleza, y lo hacen bajo el argumento de satisfacer las necesidades de las mayorías, aunque irónicamente a través de estas prácticas, se sacrifica su bienestar. El agua, los bosques, la soberanía alimentaria son las bases sobre las que asienta la Nación de hoy y del futuro pero son al mismo tiempo los que sufren los más graves efectos del modelo de explotación de la naturaleza. Los presupuestos de ambos modelos toman como ciencia y luego cómo moral, lo que no son más que meras ideologías. La transformación del país no será hecha ni por la derecha, ni por los camaroneros, madereros o petroleros. Estará en manos de las personas comprometidas con la justicia social y ambiental, como aquellas que en estos momentos están siendo castigadas, descalificadas o procesadas por supuesto terrorismo. La construcción de la nueva sociedad no se hará por decreto, sino por un largo proceso de resistencias locales, de conquistas legales y sobre todo, a través de la organización social. Nuestra propuesta es avanzar con iniciativas colectivas hacia esa construcción, con esfuerzos coordinados, para los que ponemos a disposición nuestro trabajo. A continuación compartimos con ustedes nuestras propuestas, a las que les invitamos a unirse: - Formar una comisión para verificar los hechos sucedidos en Dayuma Esperamos que puedan unirse a este esfuerzo PARA QUE LA PATRIA SEA ALGUN DIA DE TODOS Y PARA SIEMPRE Coordinación General: José Luis Bedón Con el Apoyo de Subvencionado por: Dirección: Teléfonos: (593 2) 2900048, 3203715, 3203732 © Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente |