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TEMA 1: ANALISIS DE LA COYUNTURA Pablo Dávalos A.
Al período presente, de parte de algunos analistas, incluidos los de Alianza País, se lo ha caracterizado como un cambio de época, pero los que mejor han analizado este período es el Polo Democrático al ubicar lo que ellos dicen las coordenadas, entre ellas de época pero igual las de proceso, por ejemplo la bolivariana. Entonces en este período se han ido definiendo acciones que han ido acumulando al proceso de cambio y transformación de caducas estructuras especialmente políticas, en especial las referidas a la estructura de representación política y en especial en el eje de la derrota de la “partidocracia”, pero con ello han empezado a derrumbarse igualmente el podrido parlamentarismo burgués – oligárquico que en las últimas décadas ha gobernado de soslayo a favor de sus intereses clasistas y de los intereses norteamericanos, pero igualmente se han venido para abajo proyectos políticos de dominación y explotación camuflados en una propuesta oligárquica de autonomías. El golpe mas contundente, la provincialización de Santa Elena, de hecho ha sido el desbancarse del proyecto de la oligarquía guayaquileña, de la secesión, camuflada de autonomización, orientada a recomponer un espacio de poder hegemónico de orden territorial, que les permita al imperio precaverse de una zona de dominio absoluto, en el caso de que el conjunto del Ecuador, hubiese de seguir en la ola bolivariana o simplemente independentista que recorre América Latina, y que de una u otra manera afecta los intereses hegemónicos del Imperio del Norte. En el caso del parlamento burgués – oligárquico y pro-imperialista, más que los golpes asestados por las políticas del gobierno actual, ha sido el desprestigio y la corrupción imperante, lo que ha terminado por desmoronarles, a pesar de los esfuerzos de la derecha entronizada en este espacio, que pretendió diseñar una estrategia de contención de los cambios que se propone el gobierno, y que se acompaño de una campaña mediática a nivel nacional pero fundamentalmente internacional que buscaba aislar en el contexto mundial al gobierno de Correa. Otros elementos que abonan al actual escenario de cambio, y que se vienen jalonando de años atrás, pero que ha sido bajo el signo del gobierno llamado de la “revolución ciudadana” que se han ido concretando, es la limitación del pago de la deuda externa, el abandono de las estrategias económicas y políticas de dominación impuestas por el BM y el FMI, el inicio de la cancelación de la deuda social en las áreas de salud, educación, vivienda, vialidad y servicios sociales, una activa y soberana política internacional, la orientación estratégica de la economía, y una propuesta mas o menos estructurada para salir de la crisis de gobernabilidad, cuanto de la crisis económica y social de las últimas décadas... TEMA 2: EL FENOMENO CORREA
1.- Crisis Política e Institucional A finales de los años setenta América Latina vuelve al régimen democrático después de años de dictaduras militares. La nueva época democrática vino acompañada y cualificada por la política económica neoliberal, la misma que garantizaba la expansión acumulación, concentración y centralización del capital en la época de la globalización. Conocido es por todos los efectos económicos, sociales y políticos que la aplicación de las directrices neoliberales produjo en los países del sub continente, y específicamente en el Ecuador. En términos económicos se produce la descomposición de las economías nacionales periféricas, por efecto de la destrucción del aparato productivo nacional y la expansión del capital productivo y financiero transnacional. En términos sociales, la destrucción del aparato productivo nacional produce mayor desempleo y por lo tanto mayores niveles de exclusión y marginalidad social. Las condiciones de vida de la mayoría de la población se deterioran aceleradamente y se incrementa la migración de mano de obra barata liberada de las destruidas economías nacionales. En términos políticos institucionales se produce la reducción y debilitamiento del Estado Nacional, históricamente precario en América Latina y sobre todo en los países andinos. El Estado dejó de ser la expresión política que regula los negocios para configurarse en un aparato de seguridad de las corporaciones transnacionales. La institucionalidad democrático burguesa es tomada por las mafias incrustadas en el Estado Nacional, mafias que se reacomodan en su articulación a las grandes corporaciones transnacionales y que generan mayor deterioro institucional. Para fines de los años 80 del siglo pasado, a diez años de la democracia neoliberal, el movimiento indígena, heredero de la organización campesina-obrera de los años 60s y 70s, irrumpe en la escena política con el primer levantamiento indígena a nivel nacional. El carácter uninacional, clasista y excluyente del estado ecuatoriano es develado por la reivindicación indígena de la plurinacionalidad y la denuncia de su situación histórica de clase explotada y excluida de las decisiones políticas de la sociedad ecuatoriana. El develamiento de la fragmentación étnica y clasista de la sociedad ecuatoriana destapó el vacío inherente a la estructura política liberal burguesa; en este sentido se puede decir que la lucha del movimiento indígena produce una herida en la credibilidad de la institucionalidad burguesa desde la época del gobierno de Rodrigo Borja (teniendo en cuenta que este gobierno es quizá el que mejor manejo la institución del Estado nacional.)
El “Sumak Kawsay” (“Buen vivir”) y las cesuras del desarrollo Pablo Dávalos De todos los conceptos creados desde la positividad de la economía neoliberal, el concepto de crecimiento económico como base del desarrollo social es, de hecho, uno de los que más connotaciones simbólicas y políticas posee. Es un concepto hecho a la medida de las ilusiones y utopías del neoliberalismo y del capitalismo tardío. Con la misma fuerza que el creyente cree en la epifanía de la voluntad divina, el economista neoliberal, cree en las atribuciones y virtudes mágicas que tiene el crecimiento económico. Es una especie de doximancia en la que la sola enunciación del crecimiento económico se convertiría en taumaturgo de la realidad. Esta noción del crecimiento económico recupera las necesidades políticas del neoliberalismo, y, para legitimarse, apela al concepto decimonónico e iluminista del “progreso”. En efecto, desde esta perspectiva el crecimiento económico sería otro símbolo de progreso y éste, por definición, no admite discusiones. De esta manera, el neoliberalismo pretende tejer una solución de continuidad histórica con el iluminismo y con las promesas emancipatorias de la modernidad. En la simbólica moderna, toda persona, o todo pueblo, al menos teóricamente, quiere progresar, quiere “salir adelante”; quiere “superarse”. Para el neoliberalismo, poner trabas al progreso es ser retardatario. Poner trabas al crecimiento es una aberración de los pueblos “atrasados” que, de forma imperativa, deben modernizarse. Oponerse al desarrollo, por tanto, es antihistórico. Estar en contra del crecimiento económico es síntoma y signo de oposición al cambio. |
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