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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 7, No. 76, Julio del 2005

Mercurio: El legado tóxico de la fiebre del oro en California

Andrea Carmen
Indígena Canadiense


Más de 150,000 indígenas vivían en California al comienzo de la fiebre del oro en 1849. Sin embargo hacia 1870, las enfermedades, las reubicaciones forzadas y las masacres habían reducido a la población indígena aproximadamente a 31,000 personas.
Los mineros excavaron 12 mil millones de toneladas de tierra, usando el Mercurio como el medio para extraer el oro del resto de los minerales. Hoy en día, el equivalente de un gramo de Mercurio en un lago pequeño viola las normas federales de salud. Sin embargo en esa época se utilizaron aproximadamente 26,000,000 de libras de Mercurio para extraer dicho oro en el norte de California, concentrándose su mayor uso en el área de la Sierra Nevada y las montañas de Klamath-Trinity. Se calcula que desde los años 1860’s hasta principios de los 1900’s entre 3 y 8 millones de libras de Mercurio fueron esparcidos en el medio ambiente. En un estudio de la Universidad de California en Davis estimaron que en el lago Clear Lake, la tierra tradicional de la comunidad de pescadores de la tribu Pomo, todavía contiene más de 100 toneladas de Mercurio.

Muchas de las minas abandonadas de oro y de mercurio que datan desde la época de la fiebre de oro nunca fueron limpiadas adecuadamente, por lo que continúan produciendo escape de deshechos tóxicos. Los ríos American, Bear, Feather y Yuba, que alimentan el Río de Sacramento y que desembocan en la Bahía de San Francisco, son los más contaminados por Mercurio en el estado. Hacia el año 1999, se habían emitido advertencias contra el consumo del pescado a causa de la contaminación por Mercurio en 13 masas de agua del Norte al Centro de California, con advertencias especiales contra el consumo por parte de mujeres embarazadas de ciertos tipos y tamaños de pescado. Sin embargo, la mayor parte de la población indígena no han recibido la información adecuada acerca de los efectos de contaminación por Mercurio en la salud, especialmente para la mujer embarazada, o los riesgos de comer diferentes tipos y cantidades de pescado o formas efectivas de presionar a los oficiales federales y estatales para que inicien la limpieza. El derecho al conocimiento de los riesgos de esta grave situación de salud le ha sido negado a las comunidades indígenas.

El Mercurio amenaza la salud humana y las futuras generaciones
El Mercurio es altamente tóxico. En la naturaleza se pueden encontrar ciertos niveles de Mercurio inorgánico. El Mercurio metálico se utiliza en baterías, termómetros y amalgamas dentales. La cantidad más grande de Mercurio que se libera al medio ambiente se debe a la minería, centros eléctricos alimentados por carbón, fábricas de papel y otros procesos industriales. La forma más tóxica de esa sustancia es el “Mercurio metilado”, que se produce cuando el Mercurio es expuesto a materia vegetal en descomposición, como sucede por ejemplo en los pantanos o los lagos creados por las represas. Esta forma de Mercurio orgánico se acumula entonces en las células de los peces y otros animales, ascendiendo por la condena alimenticia en cada vez más altas concentraciones. Las exposición más frecuente de los humanos al Mercurio ocurre a través del consumo de pescado contaminado. No existe método alguno para eliminar el mercurio del pescado a través de cocinar o limpiarlo. La concentración del Mercurio en el pescado puede ser hasta un millón de veces más alta que el mercurio que existe en el agua donde vive Los pescados predatorios más grandes y más viejos que se comen a los otros peces, generalmente son los que más Mercurio contienen.

Además de las emisiones de Mercurio de las minas abandonadas de oro y Mercurio en territorios como California, Dakota del Sur y Alaska, existe cada vez más evidencia de que las prácticas actuales de minería de oro y el procesamiento de ese mineral produce una gran cantidad de contaminación por Mercurio. Por ejemplo, en el año 2003, la minería y procesamiento del oro en la mina Cortez de Placer Dome’s Cortez y el centro de minería “Barrick’s Goldstrike” en el Norte de Nevada liberaron 2,435 libras de Mercurio al medio ambiente.

El Mercurio ha sido vinculado a graves problemas de la salud, entre ellos problemas del corazón y trastornos neurológicos. Los efectos más graves se producen en el cerebro, los riñones y el sistema nervioso de los fetos en desarrollo, los bebés lactantes y los infantes. Los niños indígenas de las comunidades de pescadores se encuentran entre los más afectados. En el año 2000, la Academia Nacional de Ciencias estimó que cada año, 60,000 bebés que nacen en los EE.UU. corren el riesgo de sufrir problemas de aprendizaje y otros daños neurológicos debido a la contaminación por Mercurio. La academia concluyó que hay “muy poco o nada de margen de seguridad” para el consumo de Mercurio por parte de mujeres en la edad de procreación. En 2004, la Agencia de Protección del Ambiente de los EE.UU. calculó que de hecho, la cantidad de bebés en riesgo posiblemente es 10 veces mayor que dicha cifra. Se ha encontrado más del doble nivel de Mercurio en la sangre de los cordones umbilicales que en la sangre de la madre, lo que supone un riesgo aún mayor para  las generaciones por nacer.

Este problema, además tiene una dimensión claramente internacional. En la provincia de Colombia Británica de Canadá, la represa que contenía los desechos de la mina de Mercurio “Teck Cominco” se rompió en 2004, liberando grandes cantidades de Mercurio hacia el lago Pinchi una fuente tradicional de pesca de subsistencia. En el norte de Ontario, otra provincia canadiense, las emisiones de las fábricas de papel, que contienen Mercurio, han tenido efectos devastadores sobre la salud y la pesca de subsistencia del Pueblo de las Primeras Naciones “Grassy Narrows”. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que más de un millón de personas en Latinoamérica, entre ellos una gran cantidad de mujeres y niños, participan en actividades de minería a pequeña escala donde se utiliza el Mercurio.

El Proyecto de la Salud Tribal y Control contra el Mercurio
El Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI), conjuntamente con la tribu del río Pit en el norte de California inició el Proyecto de la Salud Tribal y control contra el Mercurio en 2003 para proporcionar información a las naciones tribales del norte de California. El proyecto se ha expandido para incluir la divulgación de información a las comunidades indígenas y de otras nacionalidades en el Área de la Bahía de San Francisco y a muchos otros Pueblos Indígenas en otras regiones de los Estados Unidos y del mundo.
Los líderes del pueblo del río Pit han reiterado que tanto ellos como otras tribus afectadas tienen que cumplir con sus responsabilidades tradicionales ante sus pueblos, respondiendo a este problema y protegiendo sus recursos de pesca de subsistencia tradicional. El Proyecto de la Salud Tribal y Control contra el Mercurio no busca el abandono por parte de los Pueblos Indígenas de su estilo de vida enfocado en la pesca tradicional, sino ayudar a nuestros pueblos a ejercer precaución, tomar sus decisiones en base a una información adecuada y hacer campañas para la limpieza y la restauración de las aguas en estas áreas. A la vez, es urgente informar a la comunidad y especialmente a las mujeres embarazadas y lactantes sobre los peligros del Mercurio a sus hijos no natos e infantes hasta que se realice dicha limpieza.

¿Cómo fortalecer la Presión Internacional para la Eliminación del Mercurio?
CITI, fue fundada en 1974, es una organización indígena que trabaja por la protección de los derechos humanos, las culturas, los tratados y las tierras tradicionales desde el nivel local hasta el nivel internacional. En 1977, CITI llegó a ser la primera organización indígena a la cual se le otorgó el Estatus Consultivo con el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. Actualmente, las Naciones Unidas esta redactando un tratado internacional para eliminar la introducción del Mercurio en el ambiente. CITI apoya estos esfuerzos, trabajando por la plena y activa participación de los Pueblos Indígenas en la redacción de un tratado efectivo. CITI también busca que las Naciones Unidas aborde este asunto como una clara violación de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas. Sobre todo, el enfoque principal de este proyecto es el apoyo hacia el “Derecho de Saber” de las comunidades en relación con esta crítica amenaza contra la salud, fortaleciendo la campaña para exigir que las áreas contaminadas y las fuentes de contaminación por Mercurio ¡se limpien sin demora!

"La única manera para evitar que el Mercurio no entre en nuestros cuerpos es eliminarlo del ambiente. La meta final debe ser la eliminación del uso del Mercurio y la limpieza de las fuentes existentes de contaminación”.


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