Cuando todos los manifestantes del 26 de enero
del 2005 en Guayaquil, calculados en cien mil personas, gritaban «¡Fuera
Lucio!» «¡Fuera Lucio!», el alcalde de esta ciudad
y militante del Partido Social Cristiano, Jaime Nebot, exclamaba: «Esta
es sólo una advertencia». «No queremos que se vaya sino
sólo que rectifique», en clara alusión a que debía
permitir el retorno de la antigua Corte Suprema de Justicia de control mayoritario
del PSC y la DP, partidos vinculados a la banca de la costa y sierra en su
orden.
Cuando todos los manifestantes del 16 de febrero del 2005 en Quito, estimados
en otras cien mil personas, exclamaban lo mismo: «¡Fuera Lucio!» «¡Fuera
Lucio!», el alcalde de esta ciudad, Paco Moncayo, auspiciado por la
Izquierda Democrática, con connotados banqueros de la sierra en su
dirección, manifestaba: «No queremos que se vaya. Sólo
pedimos que rectifique». Rectificar, en forma similar, es devolver
la Corte Suprema, entidad que siempre ha estado manejada en forma mayoritaria,
a través de sus partidos, por los grupos financieros del país,
que, a la vez, son los propietarios casi exclusivos del sistema nacional
de televisión.
Resultó notorio que los mecanismos de la propaganda, para convocar
a la gente, fueron unos, y, la conducta de quienes desempeñan las
alcaldías, como representantes de los partidos que las controlan,
fue otra, inscrita en el marco de la «oposición» concertada.
Mientras en Guayas se convocó para exigir permitan que las policías
privadas ayuden en el control ciudadano frente a la delincuencia, y para
que entreguen rentas a esa jurisdicción (incluyendo la cesión
inconstitucional de 98 millones de dólares del IESS al año),
en Quito se propuso que la marcha sería política en contra
del autócrata. Esas fueron las propuestas promocionadas en forma intensiva
en todos los canales de televisión, que no pierden minuto añorando
el control absoluto de las Cortes.
Pero si unas fueron las propuestas para reunir a la gente que fue enfervorizada
a gritar «¡Fuera Lucio!», muy distintos fueron los planteamientos
discursivos. Por ello cabe preguntarse: ¿Cuántos guayaquileños
habrían ido a una marcha donde se propuso la autonomía y hasta
independencia de la ciudad y la provincia, respecto al resto del Ecuador? ¿Y
qué porcentaje de los asistentes a la marcha de Quito habrían
apoyado que «se quede Lucio» y que una nueva Corte Suprema de
Justicia sea designada por una previsible y repudiada «Comisión
de Notables»? Por ello decimos que una cosa es la propaganda que se
difundió a través de los canales de televisión (para
poder concentrar a la gente), en tanto otras muy distintas fueron las propuestas
de los partidos políticos y autoridades convocantes!
Y en forma parecida se procederá en provincias: Se propondrá la
reivindicación de los anhelos provinciales, para que la gente asista,
pero el verdadero interés y objetivo es exigir que devuelvan el control
total de las Cortes a los grupos financieros más poderosos por intermedio
de varios de sus instrumentos: los partidos políticos, organismos
gremiales o entidades de una difusa «Sociedad Civil», que dicen
representar a la ciudadanía aunque nadie los ha elegido, y de quienes
lo único que se ha verificado es que muchas de ellas reciben financiamiento
del gobierno de los EE.UU. a través de la Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional, USAID.
¿PARA QUÉ DESEAN QUE SE QUEDE LUCIO GUTIÉRREZ?
¿Qué explicación habría para que los partidos
defensores del sistema capitalista y que ya han sido gobierno en las últimas
décadas dispongan de esta conducta de proponer sostenerle a Gutiérrez
aunque la masa grite a pulmón lleno «¡Fuera Lucio!» «¡Fuera
Lucio!»? La explicación es muy sencilla:
I
La mayoría de partidos políticos conservacionistas del sistema
capitalista son fervorosos allegados a los EE.UU. y a sus regímenes
de turno, porque según su experiencia y entender están convencidos
que nadie puede gobernar si no es con su venia y respaldo. Recordemos que
en una ocasión anterior, cuando Gutiérrez estaba en la cuerda
floja, vino como delegado de George W. Bush, Otto Reich, y luego de conversar
con distintas planas mayores de la política nacional (Izquierda Democrática,
Partido Socialcristiano, Alto Mando Militar, Cámaras de la Producción,
Medios Masivos y el Presidente) regresó a Washington apaciguando de
manera fulminante las aguas tormentosas de la política ecuatoriana.
Era notoria su llamada de atención para que los agachados de siempre
se pongan en orden.
EE.UU. defiende a Gutiérrez porque él es, entre otros aspectos,
el sinónimo de la participación de nuestro país en el
Plan Colombia de manera costeada; es la garantía de los pagos religiosos
de deuda externa a los acreedores en condiciones de absoluta sumisión
al FMI y Banco Mundial; encarna, además, la suscripción inconsciente
del Tratado de Libre Comercio. Si alguna vez le retiraran su apoyo, sólo
sería para garantizar la continuidad de la dominación sin sobresaltos,
como cuando relevaron en forma planificada a Jamil Mahauad y a Gonzalo Sánchez
de Lozada, a quienes los llevaron a refugiarse dentro de los EE.UU. cuando
deberían responder ante los Tribunales de sus respectivos países,
si acaso además hubiese justicia.
Recordemos que diario Expreso de Guayaquil, edición del martes 27
de abril del 2004, Pág. 2A, informaba que el Ecuador disponía
en la frontera norte de 24.000 elementos de los aparatos de seguridad del
país, y que rotaban por turnos las 24 horas del día. El mismo
diario publicó en su primera página, del viernes 13 de febrero
del 2004, que en el 2003, en el primer año de gestión gutierrista,
que el país obtuvo 645 millones de dólares adicionales por
concepto de doce nuevos créditos, los que incrementan la impagable
deuda externa ecuatoriana, monto del cual la mitad se fue en implementos
bélicos en tanto la otra mitad sirvió para recomprar bonos
de la misma deuda externa, incrementándose en varias veces los valores
de los bonos Brady!.
El Ecuador debe reparar que mientras se anuncian los envíos a sus
casas a miles de servidores públicos, por imposición del FMI,
para incrementar con el monto de los sueldos de los despedidos, el pago de
deuda externa. El citado diario Expreso, en publicación de 1ra. página
del sábado 28 de agosto del 2004, reconocía que hasta esa fecha,
sólo en este último gobierno, la nómina de policías
había crecido en 10.899 efectivos y «una cifra similar para
los militares». ¿Para qué más militares luego
de la firma del Tratado Mahauad-Fujimori, cuando se supone que «llegó la
paz»? Para participar en el Plan Colombia en función de los
intereses de las petroleras norteamericanas, y más específicamente
de la Occidental Petroleum Company, que anhela extraer el petróleo
en la parte sur de Colombia, en los departamentos amazónicos colindantes
con nuestro país. ¿Cómo «colabora» EE.UU.? ¡Donando
17.000 uniformes usados como lo recoge el mismo diario, edición del
viernes 26 de marzo del 2004,Pág. 1!
Tan incondicional es al Plan Colombia, que Gutiérrez no sólo
entregó al régimen paramilitar de Álvaro Uribe al dirigente
insurgente colombiano Simón Trinidad, que no tenía acusación
alguna en el país (y que solicitó asilo en el Ecuador!!!),
el 3 de enero del 2004, permitiendo el accionar de agentes militares extranjeros
en el Ecuador, sobre todo de EE.UU. y Colombia, como se lo admitió públicamente,
sino que en estos días acaba de entregar a las Fuerzas Armadas de
Colombia a siete ciudadanos de este país, acusados de ser subversivos,
y que fueron capturados mientras estaban heridos!!! y se curaban en una casa
particular de Quito, y sin tampoco tener acusación alguna, ni requerimiento
internacional debido.
¡Es decir que, de ser ciertas las informaciones oficiales (publicadas
con estrépito en todos los medios de comunicación), y no existe
motivo para dudar de las mismas, se deposita en manos de sus enemigos mortales
a personas que podrían ser ejecutadas por éstos!
¡Esta conducta es una gravísima violación del derecho
internacional! ¡El canciller Zuquilanda, sin duda alguna, parece cuando
menos subalterno de la Army, o el más sumiso lacayo de Uribe, antes
que ministro de Relaciones Exteriores de un país soberano!
Ya Zuquilanda justificó, con el mayor cinismo, el hundimiento de
16 buques de pesca de bandera ecuatoriana, en aguas territoriales e internacionales,
por parte de naves guardacostas de los EE.UU. acoderados en el puerto de
Manta, cifra que recogió en primera página el diario La Hora,
del lunes 28 de junio del 2004.
II
Recordemos por otra parte que casi todos los partidos políticos son
conducidos con decisiva influencia de los grupos financieros, y la presencia
de los banqueros en sus espacios de decisión es una realidad tan notoria
que ya ni siquiera lo niegan, sino que ahora hasta se jactan! ¿A quién
de ellos puede interesarle que le cambien al mejor pagador de papeles de
la deuda externa que ha tenido el Ecuador, y más aún cuando
existe dinero contante y sonante de los precios excepcionalmente altos del
petróleo?
¡Los acreedores del país y tenedores de los papeles de la deuda,
con este régimen, están de fiesta continua!
¿Acaso no se ha denunciado en reiteradas veces, que grandes banqueros,
ex altos funcionarios y renegociadores de nuestra deuda, son poseedores de
una jugosa parte de dichos títulos y documentos? ¿Quién
no sabe que dos bancos, uno de la sierra y otro de la costa, son los intermediarios
de estos cobros en el 85% de su monto, y que es de presumir que cobran sus
jugosas tajadas? ¿Cómo se liberan los partidos de la injerencia
de los grupos financieros si éstos los auspician, promueven, financian,
propagandizan, dirigen y orientan en función de sus intereses, y les
facilitan los canales de televisión, de su propiedad exclusiva, como
parte de su inversión más rentable como es la política?
¿Acaso no se han producido reformas constitucionales para su escandaloso
beneficio (caso del Art. 42 de las transitorias de la Constitución
vigente, que la Asamblea Nacional de 1998 no la aprobó), y confeccionado
varias leyes a favor y gusto de la banca, como la que creó la AGD
(«Agencia de garantía de depósitos» para que el
Estado asuma la devolución del dinero saqueado por los banqueros que
salieron sin problema alguno del país), o la Ley General de Instituciones
Financieras que eliminó cualquier control de los intereses y permitía
los créditos vinculados para sus accionistas hasta en el 60% de su
capital?
¡Sólo el afán del control directo de la Corte Suprema
es lo que les diferencia a las dos fracciones oligárquicas! ¡En
casi todo lo demás coinciden y por eso callan y nadie abre la boca
sobre estos otros aspectos!
¿Acaso alguno de los gobiernos precedentes se opuso a las políticas
del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial? ¡Ninguno! Cuando
dejan de gobernar todos dicen que han estado en su contra, pero todos ellos,
sin excepción alguna, han suscrito, de rodillas, las Cartas de Intención
con el FMI y el Banco Mundial! (Y hasta le encuentran «el rostro humano» a
estos monstruos, como dijo un militante de Pachakutik cuando pertenecía
al gobierno del Coronel) ¡Todo seguirá igual hasta que el pueblo
disponga de partidos no dependientes con las distintas fracciones de la burguesía
(expresiones consumadas de la simulación), y se levante para construir
otro sistema socioeconómico!
III
La mayoría de los partidos políticos están de acuerdo
con suscribir ese infame dogal de los EE.UU. que se llama Tratado de Libre
Comercio, TLC, pero qué mejor hacerlo con la mano del coronel Lucio
Gutiérrez y guardando la propia!
¡De esa manera hasta pueden decir que ellos, como han pretextado siempre,
estaban en contra pero que el «presidente inepto» lo ha firmado
y que a ellos no les queda más que, «por seriedad de la República», «respetar
los compromisos adquiridos por el país»!
¡Ya veremos su ratificación en el Congreso Nacional, no resultando
ninguna crónica anunciada que algún partido de los banqueros
se abstenga, en función consentida y autorizada de cuidar la imagen
pero siempre que, en forma previa, se aseguren que sus votos no son indispensables
para su ratificación!
Sólo necesitamos un poco de tiempo para apreciar el proceder sometido
de algunos de estos partidos políticos «antagónicos» respecto
a la solicitud de EE.UU. en relación a que los soldados norteamericanos
gocen de impunidad absoluta aunque cometan genocidio o cualquier crimen de
guerra o lesa humanidad dentro del país.
De este modo quedan bien con las peticiones canalizadas a través
de la Embajada y, a la vez, asoman como «opositores» de Lucio
y su política para, como fichas del recambio planificado, volver a
pedir a los ciudadanos desinformados el voto a favor de los socios de este
tongo!
¡Gane quien gane los grupos financieros y los intereses consentidores
de la Embajada serán salvaguardados!
Este proceder no tiene nada de nuevo. Antes del cambio de la Corte Suprema,
y de que se apoderen de una parte de ella el PRIAN y el PRE (que también
disponen de sus propios alfiles bancarios), el dirigente mayor del PSC, León
Febres Cordero, en octubre del 2004, exclamaba (en concordancia con lo pedido
por Otto Reich), en plena campaña para las alcaldías: «¡Tenemos
que aguantarle dos años más a este cojudo; hasta que acabe
su período!»
Y el vocero favorito de los medios de comunicación, para que hable
a nombre de Pachakutik, Augusto Barrera, ahora Concejal de Quito, en amplia
entrevista de Expreso, del lunes 10 de mayo del 2004, a todo ancho de la
Pág. 2A respondía: "Si se va o no Gutiérrez es
un tema secundario"! ¡A buen entendedor pocas palabras!
LA POLÍTICA DEL «LIMÓN EXPRIMIDO»
¿Eso significa que, con esta concertación evidente, acabará el
mandato? Depende. A cada presidente le asignan tareas a cumplir, sobre todo
del Imperio. Antes de sacarle del poder a Jamil Mahauad de la Presidencia,
primero le exprimieron como limón, y le dieron cinco labores pendientes.
Sólo después de usarlo a saciedad lo relevaron. Estos fueron
los encargos que cumplió Mahauad:
1.Firmar el tratado de paz con el Perú (perdiendo nuestro país
los 180.000 Kms. cuadrados del írrito Protocolo de Río de Janeiro,
impuesto con ocupación militar el 29 de enero de 1942), para que las
tropas del Ecuador ubicadas al sur y oriente, en la frontera colindante con
el Perú, puedan desplazarse a la frontera norte para contribuir en
el Plan Colombia, que no es otro operativo que el de «limpiar» los
departamentos fronterizos del Putumayo y el Caquetá con la colaboración
de las fuerzas de seguridad de los dos países (Ecuador y Colombia)
bajo la coordinación del Comando Sur de los EE.UU. con sede en Miami,
para que de este modo pueda explotar las gigantescas reservas de crudo la
Occidental Petroleum Company, OXY, que son comunes a las existentes en las
provincias petroleras y fronterizas del Ecuador: Sucumbíos, Napo y
Orellana. En esos departamentos colombianos los grupos alzados en armas les
han impedido hasta el moment o la explotación hidrocarburífera;
para desalojarlos, con el pretexto de fumigar cultivos ilegales, les han
lanzado en forma diaria el venenoso «glifosato mejorado» (La
formula utilizada es Roundup Ultra, la misma que contiene (glifosato+POEA)
+ Cosmo Flux 411F, de altísima toxicidad comprobada) durante años,
empleando 22 aviones con tripulación norteamericana. Y a pesar de
todos los esfuerzos, armas y dinero invertido, esos insurgentes no le han
permitido a la transnacional referida llevarse el crudo que pertenece a todo
el pueblo de Antonio Nariño.
2. La entrega inaudita de los 14.300 Kms. cuadrados de todo el valle del
Cenepa, uno de los centros auríferos más importantes del mundo,
como complemento a lo anterior y en base a la misma suscripción del
Acuerdo Mahauad-Fujimori del 26 de octubre de 1998. Una parte de cuyas reservas,
en forma inmediata, fueron entregadas por Fujimori a las multinacionales.
De acuerdo al acta reservada del Congreso Nacional del jueves 15 de octubre
de 1998 los partidos que dieron luz verde a estos dos puntos fueron: Partido
Social Cristiano, PSC; Democracia Popular, DP-UDC; Izquierda Democrática,
ID; Pachakutik; Conservador, CFP; FRA y PS-FA. Sólo votaron en contra
el MPD y una parte del PRE. Nadie más. Me remito a las actas y a la
publicación del diario Hoy, del viernes 16 de octubre de 1998, pág.
3A, y sábado 17 de octubre de 1998, Pág. 6A.
3. La concesión colonial de la Base de Manta, en cuyo Acuerdo, publicado
en el Registro Oficial 340, del jueves 16 de diciembre de 1999, en su Art.
XVI, el Ecuador facilita todos los puertos navales del país a las
embarcaciones de los EE.UU.; es decir Esmeraldas, Manta, Guayaquil, Puerto
Bolívar, Puerto Baquerizo Moreno en Galápagos y Nuevo Rocafuerte
en la Amazonía. También el Ecuador renuncia a cualquier reclamo
por daños materiales, heridos, mutilados o muertos, conforme lo consagra
el Art. XIX de este mismo Acuerdo inconstitucional.
4. El reconocimiento de que las empresas petroleras de los EE.UU. han solucionado
los problemas ambientales y de contaminación en la Amazonía
norte del país, en función de protegerlas ante futuras demandas
de indemnización.
5. La dolarización, aprovechando el precedente del atraco bancario
pero como parte de la experimentación de «país-laboratorio» en
que han convertido EE.UU., el FMI y el Banco Mundial al Ecuador.
Una vez que, con estas políticas, quemaron a este régimen
fusible permitieron su recambio por una figura menos gastada pero también
dócil a ellos: Gustavo Noboa Bejarano. Este mismo método utilizaron
en Bolivia con Sánchez de Lozada, a quien relevaron con Carlos Mesa.
Por lo que se aprecia Lucio Gutiérrez estaría en la fila.
Su próxima tarea es hacer aprobar la oprobiosa «Ley Orgánica
de Racionalización Económica del Estado» (Ley Combo o
Topo) para facilitar la entrega de los recursos naturales y tomar los fondos
y reservas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS -dinero que
podrían servir para cambiar por bonos de deuda-, entre otros graves
aspectos, y donde se apreciará el proceder de los partidos de la «oposición» concertada!
¿POR QUÉ SE FINANCIA DESDE EE. UU. A LA LLAMADA «SOCIEDAD
CIVIL»?
No obstante alguien puede suponer que EE. UU. estaría contra Gutiérrez
toda vez que muchas de las entidades llamadas de la Sociedad Civil, y financiadas
en forma directa o indirecta por su gobierno y sus círculos financieros
(USAID, Fundación Rockefeller, entre otros) han recibido 38,9 millones
de dólares «para la defensa de la democracia», entre cuyos
favorecidos están Participación Ciudadana (con 2,4 millones
de dólares), Ruptura de los 25, Fundación Esquel y otras. (Ver
diario Expreso del 20, 21 y 22 de febrero del 2005).
Nada de ello. Este financiamiento, encaminado al control ideológico
de la población, con la colaboración de los más importantes
medios de comunicación y programas de opinión, sirve para decirle
a Gutiérrez en buen romance: «Mira, estás en nuestras
manos, si no nos obedeces rápido y bien te podemos tumbar cuando queramos».
El régimen, sintiéndose siempre al filo de la navaja y asustado
por la red de convencimiento constituido por los canales de televisión
y periódicos convertidos en cajas de resonancia de estas entidades
financiadas en millones de dólares por los EE.UU. se mira debilitado,
y, en su desesperación por quedarse con un poder lucrativo a cualquier
costa, para agradar a su amo y sostenedor, hará lo que le digan a
través de la Embajada que está tras estos dos sectores en aparente
pugna! ¡Pero tampoco nada raro sería que, si existe fastidio
basado en intereses desatendidos con prontitud o en letargo, luego de tirarle
s de las orejas a estas dos fracciones, la Embajada los siente a conversar
y, con o sin consulta, les obligue a concertar y repartirse una nueva Corte.
Desean profundizar el proceso colonizador sin sobresaltos.
Una vez más se evidencia que EE.UU. juega al ajedrez en los dos lados.
Mueve las fichas a gusto. Sabe que incluso en caso de recambio en el poder,
los sucesores serán elementos de su confianza y financiamiento en
el accionar político.
El gran ausente resulta una dirección política consecuente,
leal al pueblo a morir, que oriente a los oprimidos y marginados en forma
honesta y consecuente, para que no sean manipulados ni sirvan de fuerza de
choque o caballos de batalla, para que su presencia no sea manoseada ni se
la maneje como cuota de negociaciones políticas interoligárquicas!
¿POR QUÉ PELEAN TANTO POR LA CORTE SUPREMA?
Entonces ¿por qué pelean tanto por la Corte Suprema? Porque
la Corte Suprema, como las demás instituciones del Estado, pueden
resultar la mayor mina de oro de tajo abierto del país.
¿Dónde se decide la inocencia de banqueros corruptos o la
culpabilidad de ciudadanos inocentes? ¿Dónde se resuelve si
los banqueros que se llevaron miles de millones de dólares merecen
recibir los "vueltos" y que, encima de ello, les devuelvan las
entidades bancarias? ¿Dónde se ventilan los reclamos tributarios
y cuantiosas demandas de las petroleras, multinacionales y grandes empresas
del país? ¿Dónde se absuelven los litigios de todo monto
de grandes comerciantes, industriales, terratenientes, herencias, compra-ventas,
e incluso de la legalidad del saqueo de las privatizaciones? ¿Dónde
deben ser juzgados los mandatarios, ministros, alcaldes, prefectos, concejales,
consejeros y todo tipo de funcionarios? ¡En las Cortes!
Eso explica que todos los gobiernos, y éste no es una excepción,
buscan en forma frenética su control, no sólo para garantizarse
inocencias, merecidas o no, sino porque esta nueva«industria sin chimeneas» permite
acaparar inmensas riquezas e incrementar fortunas ya cuantiosas a costa del
Estado! ¡Lo que ahora los ha distanciado es determinar quien maneja
este colosal trapiche con el que le sacan el jugo al pueblo y al país,
al que no se contentan en haberlo hecho bajazo por casi dos siglos de «vida
republicana» y «régimen de derecho»!
¿Alguien ha sabido que uno solo de los banqueros hubiese respondido
por el dinero de los ahorristas y cuentacorrentistas evaporado, hubiese sido
detenido o extraditado por este motivo, o devuelto un sólo dólar?
Se perdieron y robaron más de cinco mil millones de dólares,
sin contar los intereses, durante 1998 y 1999, y nunca se ha visto que una
Corte contemporánea a ello (la de 1997-2004) hubiese tenido tan grandes
y fervorosos partidarios como se han manifestado en los más importantes
medios de comunicación sus públicos defensores, y quizá partícipes
del botín! Por ello mientras el pueblo no deja de gritar «¡Fuera
Lucio!», los partidos de la banca se llenan la boca exclamando «No
queremos que se vaya». «Sólo le pedimos que nos devuelva
nuestra Cortesita y que siga nomás con el resto, que en eso no hay
diferencias, y por eso no decimos nada»!
Frente a este panorama desolador no debemos ni guardar silencio ni quedarnos
quietos. Debemos salirles al paso con toda energía a las dos fracciones
de los opresores, e incluso para evidenciar sus acuerdos y desnudar sus coincidencias,
debemos encararlos y presentar los puntos de vista alternativos que le convienen
e interesan históricamente al pueblo Ecuatoriano, al que pretenden
colonizarlo más todavía mientras en el escenario preparado
por los dueños del circo, los todopoderosos banqueros, muestran en
los medios de comunicación de su propiedad la escena «única» de
la pelea por las Cortes, en tanto tras bastidores el proceso de subyugación
nacional sigue imparable, con la descarada complicidad de todos los dominadores
locales, apátridas por naturaleza!