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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 6, No. 58, Enero del 2004

MINGA SARAYAKU KAPARIK
UN OBJETIVO QUE SE REALIZA A TRAVÉS DE UNA PROPUESTA DE TRABAJO COLECTIVO

Franklin Toala – Representante de la Comunidad de Sarayaku en Quito
José Proaño y Mateo Martínez – Coordinadores de la Minga
En Nombre de Todos y Todas quienes hacemos la Minga Sarayaku Kaparik


Probablemente la comunidad del Territorio Autónomo de la Nación Originaria del Pueblo Kichwa de Sarayaku, sea la que cuenta en la actualidad con la mayor fortaleza –política y anímica- en el contexto de las luchas ambientales de los últimos años.

Y esta fortaleza se demostró a carta cabal en los acontecimientos que ocurrieron antes, durante, y después de la gran marcha de apoyo a la resistencia de Sarayaku, los días 5 y 6 de diciembre del año 2003.

A pesar de que la lucha de Sarayaku en contra de la intromisión de las compañías petroleras lleva ya largos años, hoy cuentan con un nuevo apoyo de gran preponderancia en su lucha: los jóvenes. Y es que habitualmente nosotros los jóvenes o hemos sido excluidos de las instancias superiores de lucha, toma de decisiones y participación directa; o nosotros mismos nos hemos auto excluido, al no encontrar la posibilidad de abrir espacios.

Desde hace más de dos meses, conociendo la gravísima problemática ambiental del país, y al mismo tiempo, el insuficiente trabajo de organización e información desde jóvenes, nace el proyecto de generar espacios de lucha autogestionados. Teniendo como base todo un trabajo previo de organización, talleres, vídeo foros, conferencias y participación activa, la Minga Texaco Nunca Mas, ha servido como eje identitario y generador de un proceso dentro del cual muchos de nosotros –seguimos creciendo- hemos encontrado un lugar no solo para luchar; sino para construirnos como individuos conscientes, activos, preparados y propositivos.

Actualmente, la Minga, que se articula alrededor del apoyo a procesos que se encuentran en una línea temporal, como el Juicio a la Chevron- Texaco; ha abrazado la causa de la Comunidad de Sarayaku, pasando a llamarse Minga Sarayaku Kaparik. El nombre, propuesto por la misma comunidad, viene de las raíces Kichwas (Sara: Maíz, Yaku: Río y Kaparik: Grito) en otras palabras, el Grito del Río de Maíz. Y como un torrente, como si esas mismas aguas del río Bobonaza que surcan el territorio de la comunidad, nosotros los jóvenes confluimos, nos juntamos colectivamente y generamos un grupo de trabajo amplio, que de manera sorprendente se ha constituido en un pilar fundamental de todo el proceso, en poquísimo tiempo.

Debido a la apertura de la Comunidad de Sarayaku de compartir su lucha, se ha establecido una relación de cercanía sin precedentes entre estudiantes de Quito, Guayaquil, Napo y Pastaza, provenientes de organizaciones juveniles de gran variedad, junto con la comunidad. Los representantes de la Comunidad, creyendo en la importancia de sumar personas con dedicación a la lucha de resistencia, han establecido los canales de respeto y consideración más elevados que se recuerden dentro de procesos en los cuales han participado sectores urbanos y comunitarios en el pasado. Y los jóvenes hemos respondido devolviendo la confianza otorgada, con una participación numerosa en todas las actividades planteadas en una agenda construida conjuntamente entre Sarayaku, la CONAIE, Acción Ecológica y los mismos estudiantes, quienes hemos realizado la mayor cantidad de actividades.

A lo largo del mes de noviembre, la Minga ha llevado a cabo un número elevado de actividades de información tanto como eventos que buscan la integración comunitaria entre todos y todas, el hermanamiento en la lucha por los derechos colectivos, el reconocimiento de que la alteridad y la diferencia involucran no sólo el reconocimiento mutuo, sino también el trabajo conjunto y solidario.

A pesar de que como en todo proceso organizacional existen problemas en las relaciones –ya que en su mayoría se trata de relaciones entre nosotros, jóvenes, estudiantes y grandes organizaciones, como por ejemplo la CONAIE- se ha avanzado de manera efectiva en la construcción de una red de apoyo multilateral, en la cual están involucrados diferentes actores que enfrentan temas de trascendencia, como son el Frente de Defensa de la Amazonía que lleva adelante el proceso de la Texaco en Lago Agrio, la RedCOKA y RedNapo que luchan activamente en contra de la adjudicación de los bloques 7 y 21 y en contra de una consulta previa, llevada de manera sumamente cuestionable.

Es de especial importancia el resaltar la horizontalidad del proceso organizativo, donde nadie es excluido en la toma de decisiones, la realización de asambleas y las acciones. A tal punto llega la horizontalidad, que se ha llegado al acuerdo de no tener autoridades, sino responsabilidades, y al hecho actual de que nadie hace nada sino es en Minga, como por ejemplo este artículo.

Esta estrategia planteada a largo plazo, busca integrar todos los procesos de lucha ambiental, primero en la Amazonía, luego en todo el país, para así contar con una base permanente de personas y organizaciones, que intercambien experiencias y materiales de trabajo, así como presencia y participación; -en todas las labores que demanda el enfrentarse a la agresión de petroleras, empresas mineras, madereras, tanto como planes regionales como el Plan Colombia y sus fumigaciones, el ALCA y los peligrosos impactos que tendría por ejemplo en cuanto a las leyes ambientales, etc.- para así no tener el dilema de organizar agendas particulares, en tiempos reducidos, creando una y otra vez procesos organizativos que decaen con el tiempo.

La marcha de apoyo a la resistencia de Sarayaku fue un proceso de organización largo que culminó exitosamente con una concentración en la ciudad del Puyo el día 6, donde participaron estudiantes de 3 universidades de Quito: la PUCE, la U. Central y la Escuela Politécnica, en un número no menor de 200 asistentes, número elevadísimo considerando que se celebraban las fiestas de Quito. Esto demuestra la madurez a la que se ha llegado con el trabajo de base con jóvenes, y la importancia de continuar con el mismo. Hemos logrado encontrarnos en un sueño común donde las diferencias se unen. Nosotros, los jóvenes de Sarayaku, Napo, Orellana, Pastaza, Quito y Guayaquil; en una minga de trabajo, hemos comprendido el sentido último de unidad, integración, reciprocidad.

Quizá lo más importante de todo sea el hecho de que la comunidad de Sarayaku no se sienta sola: sabe que cuenta con un grupo de apoyo permanente de estudiantes que se han jugado por ella. Construyendo la integración entre jóvenes de espacios urbanos y aquellos que se encuentran lejanos de los polos citadinos, deconstruimos las limitaciones que nos separan, eliminamos la exclusión mutua a la que nos vemos forzados unos con otros por parte del poder, y comenzamos a comprender que tomados de la mano, en un acto permanente de reciprocidad y hermandad, podemos y vamos a cambiar la realidad.


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