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Elementos para una evaluación del movimiento indígena ¿Existe un nivel de coherencia politica?Ménthor Sánchez G. I.- INTRODUCCIÓN ¿Por qué y para qué debemos hacer una evaluación política del actual estado del Movimiento Indígena? Para esto debemos tener presente que, pese a los logros sociales que ha tenido nuestro movimiento en los diversos campos en que ha incursionado, se hace indispensable una profunda evaluación de todo el Movimiento, pero una evaluación que supere los típicos análisis y no se muera en las consabidas reflexiones y compromisos de buena voluntad que luego socapan y perpetúan los mismos errores, obstaculizando el avance del verdadero proyecto político que nos hemos planteado. Una evaluación política real tiene que hacerse periódicamente para saber cuanto hemos logrado avanzar en nuestros objetivos, en nuestras estrategias y tácticas, para saber en qué caminos andamos, para conocer si los mecanismos o instrumentos que hemos empleado han sido útiles en términos coyunturales, históricos, políticos y sociales. Una evaluación política tiene que tener presente, que evaluar es topar los aciertos y fundamentalmente los problemas y los errores organizativo-políticos, es analizar profundamente sus raíces, sus relaciones, sus motivaciones e intenciones. Es poner al descubierto la acción de nuestros dirigentes y de nuestras bases y confrontarlo con su discurso y ver si existe un nivel de coherencia política de la que tanto hablamos. Otro aspecto importante de todo proceso de evaluación consiste en pasar del análisis a las decisiones políticas, es decir, no basta con conocer los errores, sino que hay que superarlos con madurez política, para lo cual, las organizaciones, los dirigentes y militantes debemos estar en la capacidad de tomar decisiones que ayuden a rectificar nuestros errores, a reorientar y a fortalecer nuestra organización y nuestro proyecto político; pero para que estas decisiones tengan resultados efectivos en corto plazo, debemos implementar mecanismos y responsabilidades que permitan aplicar tales resoluciones y hacer seguimiento de las mismas, caso contrario volveremos a caer en el vacío. II.- BREVES ANTECEDENTES Y ANALISIS ¿Qué es lo que debemos evaluar? ¿Desde dónde debemos partir para evaluar o qué etapa debemos evaluar y qué tiempos o períodos debemos tomar en cuenta para su análisis? ¿Quienes son los que deben evaluar? ¿Y cómo debemos proceder o qué mecanismos o procedimientos vamos a utilizar en este proceso? Debemos empezar preguntando si en el Movimiento Indígena o en un sector de él, existe actualmente un proyecto político; también deberíamos conocer qué es un proyecto político o a qué estamos llamando o considerando como proyecto político. Al respecto, si miramos los últimos acontecimiento políticos como los levantamientos, procesos de diálogo, parlamentos populares, alianzas políticas, alianzas electorales, etc., vemos que cada sector habla de un proyecto político, especialmente los dirigentes, pero en la práctica se demuestra que lo que existe en tales acuerdos con los diversos sectores son varios intereses sectoriales, gremiales, de clase, étnicos e individuales, es decir, no se puede hablar de un solo proyecto político para el país y que sea amplio, consensuado, participativo y consolidado, porque muchas veces siguen primando los intereses individuales y de pequeños grupos. Ahora, ¿se puede decir lo mismo de la CONAIE? O mejor cuál es su comportamiento político en la práctica concreta? En principio, hasta finales del mes de Octubre del año 2001, se avanzó a discutir y a reactualizar el proyecto político de la CONAIE con la participación de las regionales y de sus bases, pero desde esa fecha hasta este momento no se ha socializado los cambios a las bases y menos se ha logrado encaminar algunos puntos fundamentales del mismo; como por ejemplo, la elaboración de un programa de Gobierno y su respectiva estrategia, etc., pero, ¿entonces qué es lo que se ha hecho? ¿Acaso, se puede hablar de un proyecto político, cuando este permanece como letra muerta, como un escrito cualquiera postergado en el olvido y relegado a un segundo plano? ¿O bien el proyecto político es un documento más o es un proyecto de vida para las Nacionalidades y Pueblos indígenas y para todo nuestra sociedad? ¿Entonces qué es lo que está pasando y qué es lo que se viene haciendo? Empecemos por topar algunos hechos, si bien actualmente hay un Consejo de Gobierno de la CONAIE, pese a la forma como fueron elegidos y a quién los eligió; ¿acaso está funcionando coordinadamente como Consejo de Gobierno? La respuesta es no, porque al interior, también se ha dado una contraposición de intereses personales y particulares. Unos a favor del apoyo a un sector de la CONFENIAE y de apoyarle como candidato a la presidencia de la república a Antonio Vargas; otros, en cambio defendiendo una posición "neutral" si es que es posible hablar de neutralidad de la CONAIE y otro grupo minoritario a favor de la propuesta de apoyo a Pachakutik. A este problema se suma la inexperiencia política de algunos dirigentes, su falta de capacitación y proyección política para superar los problemas domésticos por los desafíos nacionales y tomar una posición política coherente con las demandas históricas y no solo coyunturales. Además, todos sabíamos que Antonio Vargas buscó y presionó en la CONAIE para ser el único candidato del Movimiento Indígena, sin embargo todos miramos, nadie decía nada; también, todos sabíamos que quiso ser el único candidato de Pachakutik, desconociendo a la directiva nacional, pidiendo la salida del Director Nacional, desconociendo sus resoluciones y queriendo imponer sus decisiones, sin embargo, todos miramos y nadie decía nada, hasta que el ECUARUNARI dijo: a) Antonio Vargas, no es candidato de la CONAIE, ni del Movimiento Pachakutik. b) Antonio Vargas, ha traicionado y dividido al Movimiento Indígena del país. Desde el ECUARUNARI se declara persona no grata del Movimiento indígena y se propone la expulsión de la CONAIE. Sobre este tema, la misma CONAIE, durante mucho tiempo mantuvo una posición dividida al respecto y en ocasiones poco clara y transparente, hasta que finalmente emitió su pronunciamiento que no termina de convencer a las propias bases, porque aquellos colaboradores, asesores e incondicionales de A. Vargas siguen merodeando en la CONAIE y ahora, debido a los resultados electorales, se autodenominan como Pachakutik. ¿Qué podemos decir del Consejo de Nacionalidades y Pueblos durante este primer año de vida, funciona como tal, cuáles son sus logros y alcances hasta este momento? ¿Qué pasa con la existencia del Consejo paralelo que viene actuando dentro de la estructura del CODENPE y cuáles son sus resultados concretos? ¿Cuál mismo es el verdadero Consejo y para qué existe? Sin duda, cualquiera que sean los razonamientos y las explicaciones que se den, lo cierto, es que esta doble estructura, en la práctica concreta no le hace ningún bien al Movimiento. Otro elemento que deberíamos revisar, es el de la participación electoral, es decir, evaluar políticamente al Movimiento Pachakutik. Aquí, hay que analizar todo el proceso de la Alianza, hay que tomar en cuenta cómo se toman las decisiones y cómo se delinean las estrategias de conducción política con el “Buró político”, con los asesores o colaboradores de Lucio Gutiérrez, con Ximena Bohorquez, en definitiva con Sociedad Patriótica. En este momento parecería que estamos priorizando el nivel estratégico electoral por el organizativo-político. Al respecto, parece que se consolida una tendencia al interior del Movimiento Indígena, caracterizada por captar algunos espacios estratégicos dentro de la estructura del Estado y desde ahí emprender los cambios previstos, al actual estilo venezolano; sin embargo, esta tendencia reformista del Estado, para cumplir con su fin, tiene que superar varios problemas, surgidos de la misma alianza 3-18 y de la propia organización interna; como por ejemplo, el oportunismo, el clientelismo, el paternalismo, la burocracia, etc.; tiene que fortalecer su estructura organizativa desde las bases hasta la nacional, además, hay que evitar el desmantelamiento organizativo de los principales dirigentes provinciales y nacionales del Movimiento, porque sino, seguimos arrastrando un problema de conducción política y por consiguiente de estrategia y táctica política. Estos y otros elementos obligan al Movimiento indígena a replantear sus principales estrategias de participación política, como a reorientar sus levantamientos, esto es, si van a ser de oposición ciertas decisiones, si es elegido como presidente Lucio Gutiérrez o van a ser de apoyo al gobierno, pero, ¿a qué tipo de Gobierno y en qué acciones concretas de políticas de Estado para los sectores explotados?. Sin duda, este es un proceso complejo, que requiere un constante análisis y discusión, para no volcarnos o suicidarnos políticamente, para no tomar a la contienda electoral como si fuera la única estrategia válida y posible del Movimiento Indígena para materializar su propuesta política, cuando no hay que olvidar que solamente es una posibilidad y que no es el fin máximo ni último, antes hay que recordar y analizar que es un juego de la propia democracia burguesa y que estamos jugando dentro de sus propias reglas y normas, lo cual en sí mismo ya es una desventaja política que puede llevar a cambiar los medios por el fin. Por todos estos hechos creo que debemos evaluar el estado actual del Proyecto Político y retomar urgentemente el mismo, pero antes es indispensable que el Movimiento Indígena, la CONAIE, sus regionales y sus bases entren en profundo proceso de evaluación de toma de decisiones y de depuración política. III.- ESPACIOS DE EVALUACIÓN POLÍTICA Tenemos algunos acontecimientos políticos que nos ha tocado vivir en algunos espacios, durante este último tiempo y que merecen ser tenidos en cuenta para su evaluación. 1. La estrategia política del actual gobierno del Dr. G. Noboa en: - El proceso de diálogo y la firma del acuerdo en los 23 puntos. 2. El Proceso Electoral del 2002. - La posición política de la CONAIE respecto de la CONFENIAE
y de Antonio Vargas. 3. El proceso político interno. - Las resoluciones del Congreso de la CONAIE de Octubre del 2002. © Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente |