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Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 4, No. 37, abril del 2002
GLOBALIZACIÓN, FRAGMENTADA
Wilson Chamorro
R.
¿Qué hacen los intelectuales progresistas y reaccionarios?
La globalización fragmentada fue posible por el desarrollo tecnológico
y la informática. Está a la voluntad estratégica del
poder financiero. Comprime la distancia y tritura los estados nacionales.
El Ecuador ya no puede convocar y pronto puede perder el privilegio de que
lo convoquen. La unidad de América Latina, cuando empieza su proceso
de gestación, casi al mismo tiempo inicia su degeneración y
muerte. La intervención, la trastienda y la implementación
de mega – mercado, terminan por imponerse.
Los latinos no deben ser desapropiados de su identidad, de su historia, de
su cultura y de su territorio. Hoy se notan silenciosos y acongojados por
una pesadumbre, y no alcanzan a comprender que un alubión se
acerca e invade su espacio vital. Se aproxima cubierto con un traje falso:
capitalismo extremo rebautizado con el nombre de globalización o mundialización
del planeta.
La información a cualquier hora y desde cualquier parte del mundo,
es posible. El poder financiero conquista territorios, derriba fronteras
y produce la guerra, convirtiéndose en una nueva agresión contra
la humanidad. La gran mafia del dinero internacional dirigida por la fuerza
unipolar, desde el G-8 y la gran alianza. El FMI empieza a privatizar
y comprar los lagos, los cerros y las fuentes del agua. ¿Hay
realimente una salid?
Los mercados nacionales como el ecuatoriano, en vías de extinción,
son aplastados, porque sus dueños no han sido capaces de producir.
Las ganancias no las invirtieron en su país. En el mayor de
los casos, las transformaron en capital especulativo (bancos) Siempre piden
a gritos auxilio al Estado, sin embargo, lo quieren destruir a fuerza
de golpes. Están con una deuda acumulada con la sociedad, pero antes
que cumplirla empezaron a fugar a países donde, se calcula,
tienen fortunas que superan los 8 mil millones de dólares. Son
una vergüenza nacional, porque en el peor de los casos, a través
de terceros, tratarán de instalar la pequeña tienda del
gran mercado globalizado.
Ellos son los que gritan y se angustian cuando se habla de una reforma política
nacional pensando en los 13 millones de ecuatorianos. Claro que pueden gruñir,
si tienen a sus órdenes, las grandes cadenas de medios de comunicación
masiva. Allí aparecen, unas veces con crespones negros y otras con
la bandera nacional, dando la imagen de buenos ciudadanos y muy apasionados
por la “reconstrucción nacional”.
La ciudadanía empieza a despertar y se muestra inquieta, pero antes
debe reflexionar, porque no está libre de culpa. Tiene que cambiar
su testarudez por solidaridad y libertad.
Las consecuencias políticas y sociales aparecerán en el futuro
con una luz oscura o un reflejo de un sol negro. ¿ Le parece complicado?
Mas, si la globalización termina con la cultura, la heterogeneidad
y produce grupos con más riqueza, “la pobreza de nuestro siglo será
incomparable con ningún otro. No es, como lo fue alguna vez, el resultado
natural de la escasez, sino de un conjunto de prioridades impuestas por los
ricos al resto del mundo” (Jhon Borger)
Para el puñado de vivaces poderosos, que no quieren a su país,
la globalización abrió de par en par sus puertas, mientras
para miles de millones de personas, el mundo no tiene lugar y vaga
errante de uno a otro lado. El crimen organizado forma la columna vertebral
de los sistemas judiciales y de los gobiernos. Los ilegales hacen las leyes
y guardan el orden público. La integración mundial multiplica
las fronteras aumentando en cada párrafo de los acuerdos, trabas
y más restricciones para los estados pequeños.
¿Y LOS INTELECTUALES?
De acuerdo con este razonamiento, es oportuno hablar un poquito de los intelectuales.
No habría querido hacerlo, pero he perdido el temor de enfrentarlos,
porque son de este mismo espacio y hay que tratarlos como tales.
Al igual que la globalización fragmentada como un archipiélago,
los intelectuales están presentes en algún lugar. Son parte
de la sociedad, pero lo importante es el descubrir la forma de su permanencia
cerca de su amo o príncipe y los otros en contra de esa majestad que
les apesta.
“Los intelectuales como categoría es algo muy vaga, ya saben. Diferente
es, en cambio, definir la función intelectual”. “La función
intelectual consiste en determinar críticamente lo que se considera
una aproximación satisfactoria al propio concepto de verdad; y puede
desarrollarla quien sea, incluso un marginado que reflexione sobre su propia
condición y de alguna manera lo exprese, mientras que puede traicionarla
un escritor que reaccione ante los acontecimientos con apasionamiento, sin
imponerse la criba de la reflexión” ( Humberto Eco)
¿Qué tienen que ver con la sociedad, el poder y el Estado?
Sobre esto es necesario plantear algunas interrogantes: ¿Han padecido
el mismo proceso de destrucción/despoblamiento y reconstrucción/reordenamiento?
¿Qué papel le dan al poder financiero? ¿Cómo
usan los avances tecnológicos e informáticos? ¿Qué
posición tiene frente a esta guerra? ¿Cómo se relacionan
con esos débiles estados nacionales? ¿Cuál es su vínculo?
¿Qué posiciones toman frente a las consecuencias políticas
y sociales de la globalización?. En fin, ¿Cómo es que
se insertan en esa globalización fragmentada?
Lo inevitable, según los reaccionarios, es la globalización
fragmentada, el pensamiento único, el “fin de la historia” ( que desde
luego eso no es lo que pretende Francis Fukuyama) omnipresencia y omnipotencia
del dinero, reemplazo de la política por la pesquisa o Policía,
el presente como único futuro posible, racionalización de la
desigualdad social, justificación de la sobreexplotación de
seres humanos y recursos naturales, racismo intolerante, guerra.
Veamos lo que dicen algunos intelectuales tutelados por su majestad,
el poder unipolar, a quien le sirven como relacionadores públicos,
Montaner, Mendoza y Vargas Llosa: “el idiota se reencauchó y ahora
se puso poncho. Es la forma para que la revolución siga latiendo en
nuestros atribulados corazones. ¿Expresión racista?
“El intelectual debe, por un elemental sentido del ridículo, comprender
que no se le otorga un papel de brujo del espíritu en torno al cual
va a girar el ser o no ser de lo histórico, pero que evidentemente
él tiene saberes que lo pueden alinear en un sentido o en otro de
lo histórico. Lo puede alinear en la búsqueda de la clarificación
de la injusticia presente en el mundo actual o en la complicidad con la paralización
e instalación en el limbo” ( Manuel Vásquez Montalbán.
Panfleto desde el planeta de los simios. Barcelona 1995. P.48)
Es aquí dónde los intelectuales escogen su rumbo. Aquí
aparece la división entre los intelectuales progresistas (izquierda)
o intelectuales reaccionarios ( derecha) Los primeros, critican el inmovilismo,
a la permanencia, a la hegemonía y a lo homogéneo, ese mundo
sin matices. Los reaccionarios enarbolan la crítica al cambio, al
movimiento, a la rebelión y a la diversidad.
El intelectual reaccionario olvida su función, renuncia a su reflexión
crítica y su memoria se recorta, de tal forma que no hay, para él,
ni pasado ni futuro. El presente y lo inmediato es lo único asible
e incuestionable.
Los intelectuales reaccionarios ya tienen la cantera de la que habrá
que picar las piedras para adornar la globalización fragmentada: el
pensamiento único tiene sus principales aliados en el Banco Mundial,
en Fondo Monetario Internacional, la Organización para el Comercio
y el Desarrollo Económico, la Organización Mundial del Comercio,
la Comisión Europea, el Bundisbank, el Banco de Francia.
Con tanta abundancia de recursos enrolan el servicio de sus ideas a través
de todo el planeta a numerosos centros de investigación, universidades
y funciones, desde dónde perfilan y difunden la novedad del agua tibia
para reproducir y afirmar el capitalismo salvaje. El poscapilismo que plantea
Peter Drucker, en una sociedad derrotada, demacrada, degradada (...)
Ese dinero mal adquirido y mal gastado, sirve única y exclusivamente
para hacer elogios del “pensamiento único”, ejercer un auténtico
chantaje contra toda reflexión crítica en nombre de la “modernización”,
el “realismo”, de la “ responsabilidad” y de la “razón” y arroja
a las tinieblas de lo irracional a todo los que se niegan a aceptar que él
“ estado natural de la sociedad es el mercado”
En el Ecuador los reaccionarios trasladan la palabra conservador a
quienes están en contra de la “modernización” y “autonomías”,
desde su propia posibilidad y ocurrencia.
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