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Editorial Cosmovisión AndinaCada cultura tiene una concepción de su realidad y de acuerdo a ella vive, “viendo” y dejando “ver” determinados aspectos, según nuestra Cosmovisión Andina considera que la naturaleza, el hombre y la Pachamama (Madre Tierra), son un todo que viven relacionados estrechamente y perpetuamente, esa totalidad vista en la naturaleza, es para la Cultura Andina, un ser vivo. El hombre tiene un alma, una fuerza de vida, y también lo tienen todas las plantas, animales y montañas, etc., y siendo que el hombre es la naturaleza misma, no domina, ni pretende dominarla, más bien armoniza y se adapta para coexistir en la naturaleza, como parte de ella. La revalorización de las culturas originarias y la reafirmación étnica, tal como se manifiestan actualmente entre los pueblos andinos, son una consecuencia de la toma de conciencia de miles de hombres y mujeres, que redescubrieron los tesoros que nos dejaron nuestros ancestros. En los Andes el tiempo y el espacio se consideraron sagrados así como los accidentes geográficos, nuestros nevados, volcanes, montañas, cerros, ríos y lagos, etc., con quienes se hacían conexiones para agradecer y pedir intervención divina y así vivir en comunicación y armonía en el mundo. En nuestra Cosmovisión el concepto de tiempo y del espacio se llama Pacha, según la visión andina el tiempo es circular, un mundo vivo que late al ritmo de los ciclos cósmicos y de los ciclos telúricos y que es el ritmo de la vida, Nuestro “tiempo” por lo tanto es cíclico. No hay una distinción tajante entre pasado y futuro porque el “presente” los contiene a ambos, por tanto no hay lugar aquí para el tiempo irreversible; existe la noción de secuencia, las nociones de antes y después, pero ellas no se oponen como pasado y futuro en la cultura occidental, sino que se encuentran albergadas en el “presente”, en el “presente de siempre”, en “lo de siempre”, siempre re-creado, siempre renovado. Entonces el espacio es la Pacha mama la madre tierra, dentro del conjunto de elementos que forman la comunidad indígena, es vida, lugar sagrado, centro integrador de la vida de la comunidad. En ella vivimos y con ella convivimos, a través de ella se conviven en comunión con nuestros antepasados y en armonía con Dios. Por eso mismo la pacha mama, forma parte sustancial de nuestra experiencia histórica y de nuestro propio proyecto histórico, existe un sentido natural de respeto por la tierra; ella es nuestra Madre Tierra, que alimenta a sus hijos. La palabra Chakana significa Chaka: Puente, y Hana o Hanan lo de arriba el mundo de arriba; es el puente cósmico, aquel nexo que está en medio de dos grandes ramales de la Vía láctea, que nos recuerda la unión y la comunión entre los opuestos complementarios que juegan, entre luz y la oscuridad, el día y la noche, el hombre y la mujer. Es el símbolo que consagra la sabiduría ancestral como el referente de orientación, entre el tiempo y el espacio, la energía y el cuerpo…la guía hacia el horizonte armónico, entre los cuatro puntos cardinales integrando el norte el sur el este y el oeste, además, representa la Vida integrada e integradora de los cuatro elementos vitales Tierra, aire, fuego y agua. Dentro de la Cosmovisión Andina existen tres dimensiones del mundo: El Uku pacha, que es el Mundo de abajo del centro de la tierra, el Kay Pacha, mundo del presente y de aquí en donde los seres humanos y todo lo existente viven y pasan su vida, y el Hanan Pacha que es el mundo de arriba el mundo superior donde habitaban los dioses como Viracocha, Inti, Mama Quilla y Pachakamak. Todo está relacionado: la familia humana, la tierra, los animales, la naturaleza, la tierra es madre, los cerros son los abuelos y los animales y las plantas son como hermanos de esta inmensa familia cósmica. Pachamama Santa Tierra, al igual que sus hijos, come, bebe, respira y descansa, es una madre llena de vida, pero para recibir su protección debemos protegerla y para recibir un buen alimento debemos alimentarla.Consejo Editorial: Subvencionado por: Con el apoyo de: Dirección: Teléfonos: (593 2) 2900048 © Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente |