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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 12, No. 141, Diciembre del 2010

Editorial

La cumbre de Cancún, oro por espejitos


El 29 de noviembre del 2010 se inauguró en Cancún - México la sexta sesión de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Kyoto (CMP6) que busca dar soluciones y alternativas a la crisis del cambio climático.

Representantes de diversas comunidades al rededor del mundo se reunieron en un marco oficial para exponer ideas, alternativas y analizar, una vez más, la situación climática en el planeta.

A diferencia de la cumbre de los Pueblos y Naciones de Abya-Yala realizada en el mes de abril de 2010 en Cochabamba Bolivia, la cumbre de Cancún contó con la “carta de aval” de la institucionalidad, el consentimiento de la “comunidad internacional”. Esto hace que el contexto, las resoluciones, los acuerdos y las posibles esperanzas nos lleven a un terrible pesimismo.

El modelo económico de explotación planteado por el Capitalismo hace que no resulte prioritario generar un cuidado de nuestra Madre Tierra. Nosotros, que caminamos sobre las huellas de nuestros Apukkuna, que sentimos en nuestro oído el gemido de las selvas, de los ríos. Nosotros, que sentimos en nuestros rostros las lágrimas del viento, el dolor de las nubes somos los llamados a ser vigilantes, críticos y atentos.

La cortina de humo que nos plantea el Capitalismo hace que dividamos los ejes de estrategia, que desgastemos energías en luchas que nos distraen y nos debilitan. Luchamos contra hologramas, contra los fasmas del poder, pero el sistema sigue intacto. Resulta una risotada hiriente en el alma de nuestros abuelos el juego planteado desde Kyoto, luego desde Copenhague. Los movimientos sociales sedientos, hambrientos, disueltos, cansados, luchando contra una veintena de gobernantes que se empeñan en sostener un modelo económico basado en la lógica de la explotación, de la enajenación.

Es una burla que resuena como un tambor de guerra el buscar una “alternativa” sin cambiar el modelo económico que ha llevado al ser humano a una desconexión con su universo interno, que se sostiene solo en la medida de su relación con su universo externo. Todo se dispone ante el Capital, pero la Tierra no está en venta...

Esa es la tarea de todos aquellos quienes no hemos perdido la certeza de los ciclos de la luna, de los ciclos de la tierra, del cuidado de las semillas. No dividimos nuestras luchas, las integramos y las volvemos complementarias, recíprocas y comunitarias. No funcionamos como individuos productivos, funcionamos como comunidades.

Es por eso que las organizaciones que sostuvieron las movilizaciones con altruismo y con convicción abren una brecha enorme, para los que aún no hemos perdido el horizonte, para los que aún creemos en construir el camino.

Los resultados oficiales de la COP 16 fueron desastrosos y peores los de Copenhague, sobre todo en lo que tiene que ver con las decisiones que se tomaron, y en el discurso dominante y promovido por los actores principales del Capitalismo Verde, que se sustentan en la negociación y acuerdos con lo que es innegociable e intransable. No hubo ninguna resolución para enfrentar realmente el cambio climático, incluso se debilitaron las que existían, pero se aumentó el apoyo a falsas "soluciones" y mecanismos de mercado que crearán más gases de efecto invernadero y más especulación.

Se construyó todo un circo de negociaciones que hizo mofa del único estado consecuente, Bolivia. Se deslegitimaron las propuestas resultantes de la cumbre paralela de Cochabamba, lo que además provocó una ruptura en el proyecto del ALBA, en tanto que Japón, Australia, Estados Unidos y otros países –todos grandes contaminadores– dejaron claro que no firmarán ningún compromiso vinculante tampoco en el futuro. Estados Unidos declaró que Cancún fue un éxito para sus intereses.

Oro por espejitos. En Cancún, se negociaron con la benevolencia absoluta de las Naciones Unidas propuestas “alternativas” que “recogen” necesidades de los pueblos y naciones indígenas. Se contó con la venia de la institucionalidad y la impotencia de los movimientos sociales opositores a la cumbre para avalar nuevos mecanismos de mercado, como la captura y almacenamiento de carbono en formaciones geológicas (CCS, por sus siglas en inglés) que tiene enormes impactos, y los programas REDD, que fue aprobado en sus versiones más extremas, para permitir la privatización de facto de los bosques y arrasar con las comunidades, eliminando de la discusión toda "salvaguarda" sobre derechos indígenas o biodiversidad. Tratan de convencernos de que ésta es la única y mejor opción para dar “grandes pasos” hacia la salvación climática.

En medio, de la bruma, de la oscuridad obnubilante creada por los intereses de acumulación de los grandes poderes y gestores del Capital. Entre la espesa niebla que nos cala de frío los huesos, una linterna de esperanza danza como una sutil luciérnaga en el ombligo del terror. Los de abajo, las raíces, las manos de la tierra que buscan enlazarse, no han perdido su horizonte. El movimiento telúrico se sigue gestando en las profundidades del vientre de la Tierra y el Sumak Kawsay brilla como la única estrella presente en el firmamento.


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