|
Crónica del Levantamiento Indígena y de la Sociedad Civil del Ecuador:La Necesidad de Construir una Verdadera Democracia"Vuelvo, Alzome! Regreso Somos! Seremos! Soy!" "Boletín y Elegía de las Mitas" Desde el domingo 16 por la noche, delegados por sus comunidades indígenas y organizados desde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, cientos de hombres y mujeres avanzaron hacia la ciudad de Quito -capital del Ecuador-. El objetivo: recuperar la voz a los quinientos años de silenciamiento, recuperar para todos la dignidad de pueblos y de país, y construir una sociedad diferente, más democrática, más justa, más tolerante. El lunes 17 de enero, utilizando los conocimientos y destrezas de tantos años de resistencia, los indígenas fueron logrando romper el cerco militar y policial que se había impuesto alrededor de casi toda la capital de la república. A fuerza de inventar posibles explicaciones para su másivo ingreso a la ciudad, logran ingresar cada vez más. Para entrar a la capital, cercada por los militares, los indígenas utilizan pretextos desde ir devotamente a visitar una virgen católica, hasta llegar con otra vestimenta y en pequeños grupos. Por su parte, los "mestizos" de la capital contemplan con indiferencia a los pequeños grupos indígenas que subrepticiamente ingresan a la ciudad. Días antes, se habían constituido a nivel nacional, e incorporando dinámicas locales y regionales, los Parlamentos del Pueblo. Este es un espacio que intenta generar experiencias de democracia directa y participativa, y en ellos participan casi todos los sectores organizados de la sociedad civil: maestros, obreros, campesinos, pobladores pobres de las ciudades, vendedores informales, etc. Incorporados, los indígenas, másivamente al Parlamento de los Pueblos del Ecuador, la discusión se profundiza y recoge una exigencia popular: la necesidad de un cambio radical y estructural del Estado, que, desde el inicio de la imposición neoliberal, ha dejado completamente su responsabilidad social. Se exige, desde el Parlamento del Pueblo, detener y suspender el proceso de dolarización. Se exige, además, un cambio de modelo económico, pues el actual modelo neoliberal únicamente ha beneficiado básicamente a los sectores financieros, exportadores y grandes empresas transnacionales. El Parlamento, recogiendo los debates de cada uno de los parlamentos locales, se pronuncia también por buscar Equidad en la Democracia, es decir, un perfeccionamiento a este sistema, de manera tal que efectivamente la participación de todos. El martes 18 de enero, se inician con fuerza diversas movilizaciones al interior de Quito, estas captan la simpatía y apoyo de numerosos sectores sociales urbanos: poblacionales, laborales, estudiantiles, de mujeres, de defensores de la ecología y los derechos humanos, hacia las propuestas de la CONAIE y del Parlamento del Pueblo. El miércoles 19 de enero, se realiza una marcha de más de veinte mil personas. Estos miles de hombres, mujeres, ancianos y jóvenes, desfilan pacifica y ordenadamente por las calles del centro capitalino, lo hacen con bandas de los pueblos de los Andes, músicos de rock alternativo, grupos de danza, canciones religiosas, consignas festivas e irónicas. Su demanda: la construcción con todos y todas de un nuevo país. Durante la noche, los indígenas realizan un cerco infranqueable al Parlamento y a los locales de la Corte Suprema de Justicia. Para el día jueves 20 de enero, el ejercito y la policía hacen un despliegue impresionante de fuerza para detener el cerco indígena, sin embargo, la multitudinaria presencia indígena bloquean completamente los edificios del Parlamento y de la Corte Suprema. Mientras tanto, voceros oficiales del gobierno de Mahuad, desestiman la marcha y el bloqueo, y en un alarde de incomprensión, el Ministro del Interior, subestima la acción de los indígenas y señala que se trata solamente de un "grupo reducido de indígenas borrachos". El ambiente se mantiene tenso, y el Presidente del Congreso, Juan José Pons, convoca a una sesión extraordinaria para el día sábado 22 de enero. El viernes 21 de enero, se inicia a las 10h30 la toma de las instalaciones del Congreso Nacional. Durante toda la noche anterior se mantuvieron diversas escaramuzas con la policía y el ejercito. A las nueve horas del viernes veinte y uno, se logra romper el cerco y los indígenas empiezan a ingresar, conjuntamente con miembros del Parlamento de los Pueblos del Ecuador al Congreso Nacional. La entrada de miles de representantes de los Pueblos Indígenas y de las organizaciones populares a los predios del Congreso Nacional, es facilitada por un grupo de militares de la Fuerza Terrestre (Ejercito) comandados por el General Carlos Moncayo y el Coronel Lucio Gutiérrez. Dentro de las suntuosas instalaciones parlamentarias, arriban por primera vez los hombres y mujeres del campo, runas (seres humanos en quichua) que, desde de las comunidades de los Andes, han venido de toda la serraña, conjuntamente con cholos, montubios (campesinos de sector tropical del Ecuador). Armados con pequeños palos, machetes y sonrisas de esperanza, decoran y llenan de colores de arcoiris el frío escenario. Este es el fondo en el cual emocionados los dirigentes indígenas instalan con el coronel Lucio Gutiérrez, la Junta de Gobierno Popular "Del Pueblo y para el pueblo", contra la corrupción, contra el neoliberalismo, por la equidad económica, por el pleno desenvolvimiento humano y en pos de un Estado realmente de Bienestar Social. A las doce horas, flamea, por vez primera en la historia del Ecuador, la "wipala", la bandera indígena, en el Congreso Nacional del Ecuador. Emocionados los asistentes humildes y valerosos, insisten en avanzar hacia los otros dos centros del poder político y económico: las Cortes y la Presidencia de la República. A las 15h30, los indígenas y otros grupos sociales se toman los locales de la Corte Suprema de Justicia. A partir de esa hora empieza el cerco al Palacio de Gobierno. Dos horas más tarde, el Presidente Jamil Mahaud, saldrá en una ambulancia, del Palacio de Gobierno, mientras el cerco popular se hace más denso y confluyen hacia el cerco, los pobladores de la ciudad de Quito, el gobierno de la Democracia Popular, había caído. En el local del Congreso Nacional y antes de iniciar otras acciones, se instala oficialmente el Parlamento Nacional de los Pueblos del Ecuador, que asume sus funciones de legislación, y establece sus primeros decretos. Se decreta, en efecto, la orden de impedir la salida al exterior del ex-Presidente Jamil Mahuad. Se decreta también la conformación de la nueva Junta de Gobierno, denominada JUNTA DE SALVACIÓN NACIONAL, y conformada por el Coronel Lucio Gutiérrez, por el líder indígena y presidente de la CONAIE, Antonio Vargas, y por el jurista, antiguo Presidente de la Corte Suprema de justicia, Héctor Solorzano. La Junta firma sus primeros decretos devolviendo los recursos del pueblo que fueron confiscados para salvar a los bancos, estableciendo controles de precios a los productos de primera necesidad, incorporando los Parlamentos Locales a la dinámicas de gestión y participación popular en los poderes locales, etc. Allí, en el Congreso Nacional, durante toda la tarde del viernes, están los representantes de los pueblos Quichuas: Otavalos, Caranquis, Cayambis, Kitus, Panzaleos, Puruhaes, Chibuleos, Salasacas, Guarangas... migrantes a las grandes ciudades, quichuas de la amazonia, miembros de las nacionalidades Epera, Chachi, Tsáchila, Shuar, Achuar... campesinos empobrecidos, cristianos comprometidos, pobladores marginales, intelectuales, todos los hombres comprometidos con el Ecuador. Con la toma de los edificios de la Función Judicial, se consuma la toma de dos de los tres poderes del Estado actual: el Legislativo y el Judicial. Otros grupos avanzan hacia la presidencia de la república. Las horas avanzan, el Parlamento delibera sobre las primeras medidas en lo económico, político, contra la corrupción. En las afueras del Congreso, la gente aviva su alegría con expresiones de música, baile, disfrazados, comparsas. De las comunidades cada cual trajo, a más de sus vituallas, aparatos de logística mínimos, un cumulo de alegría, cantos, danzantes, músicos. Los medios anuncian las noticias, y se siguen sumando pobladores apurados de compartir el triunfo de la organización ancestral y su alianza con el resto de pobres del Ecuador. Se siguen sumando también militares jóvenes, sus proclamás son duras y sus criticas al gobierno son radicales, la corrupción, dicen, no puede seguir, los banqueros no pueden seguir usufructuando del pan de los más pobres, los políticos deben dejar de abonar a esas inmensas cuentas de la especulación financiera. El numero de militares que han anunciado su apoyo y arribo suma la mayoría de brigadas de la Fuerza Terrestre. En las horas de la tarde del viernes 21 de enero, y vista la situación política nacional, el alto mando militar, pide la renuncia al Presidente Mahuad. A las 17h00, el presidente Mahuad sale escurridizamente del Palacio Presidencial custodiado hacia una base aérea. A las 18h30 la suma de pobladores quiteños, indígenas, jóvenes, militares avanzan hacia el Palacio Presidencial, a consumar el acto de derrocamiento del Presidente Mahuad. Saludados por miles de ciudadanos, la marcha nutrida por aproximadamente cincuenta mil personas avanza hacia la toma del Palacio de Gobierno y la instalación de un Gobierno Popular. Los militares comprometidos con el pueblo se adelantan a dialogar y preparar un ingreso pacifico a la Plaza de la Independencia (anterior al palacio presidencial). A las 19h15 ingresa al Palacio de Gobierno la Junta de Salvación Nacional, en medio de los vítores, la algarabía y las manifestaciones de jubilo de los presentes. La toma del Palacio de Gobierno es pacifica, en efecto, el Presidente Mahuad había desalojado el Palacio horas antes y su gobierno había caído. La multitud acude en mayor numero hasta colmar la plaza de gente que vitorea al gobierno popular, los marchistas cansados y alegres de las jornadas reciben ánimos de quienes se han ido sumando a esta fiesta por Refundar el Estado Ecuatoriano con equidad. Con vítores y consignas llegan y entran los dirigentes indígenas y de organizaciones populares conjuntamente con los coroneles. La espera del pronunciamiento formal de los decretos de posesión del nuevo gobierno, se hace en medio (nuevamente) de la más grandiosa manifestación de alegría, se mantienen hogueras, bailes, música, consignas, saltos. Sin embargo, al interior de las Fuerzas Armadas empiezan a prevalecer otros intereses. Los medios de comunicación, cierran filas en contra del golpe militar, como lo llaman ellos, y convocan a la sociedad a rebelarse contra el nuevo gobierno. Los miembros de la oligarquía, sobre todo de la ciudad de Guayaquil, llaman a reprimir a los golpistas y a los indígenas por la fuerza y al costo, dicen ellos, de una másacre si es necesario. Las cámaras de la producción, de los grandes terratenientes, se asustan y conminan al alto mando militar a adoptar decisiones más radicales. Se esgrime el riesgo de un bloqueo por parte de los Estados Unidos, y se amenaza con la fuga de capitales que destruirían la frágil economía ecuatoriana. El Alto mando militar reacciona a los pedidos de la oligarquía, de las cámaras de la producción, e incluso de la embajada de los Estados Unidos, y se dirige hacia las ocho de la noche del día viernes 21 de enero, al Palacio de Gobierno a dialogar con la Junta de Salvación Nacional. El alto mando militar conjuntamente con el Consejo de Generales, deciden emplear una estrategia de apaciguamiento y de tradición. Fingen estar con la Junta de Salvación y exigen la presencia al interior de la Junta de Salvación Nacional, del Jefe del Comando Conjunto, General Carlos Mendoza. Por razones de jerarquía militar, el Coronel Lucio Gutiérrez, líder de los militares alzados en armás en contra del gobierno, cede a las pretensiones del Alto Mando militar. Se conforma así, un triunvirato en el cual, junto al líder indígena Antonio Vargas y al jurista Héctor Solorzano se incorpora el General Carlos Mendoza. Dos horas después, y una vez que hubieron sido desarmados y detenidos los principales lideres militares que apoyaron el levantamiento, el General Carlos Mendoza, presenta su dimisión de la Junta de Salvación y entrega el poder al Vicepresidente de Mahuad, Sr. Gustavo Noboa. A las 07h35 del día sábado 22 de enero, el vicepresidente Gustavo Noboa se posesiona como Presidente del Ecuador en el Ministerio de Defensa y en campaña del alto mando militar, entre ellos el General Mendoza. La dirigencia indígena, por su parte, desde las 04h00 acude a explicar lo sucedido ante los miles de campañeros, advertirles de la tradición del general Mendoza, así como insistir con ellos del triunfo que significo la defenestración pacifica de Mahuad. Las comunidades deliberan y optan por retornar a sus tierras, para preparar la continuación de una lucha que ha tenido un gran momento de expectativas y triunfo en esta ocasión. Los músicos nuevamente acompañan el retorno a casa, todos y todas van decididos a volver, a seguir la lucha, con esa infinita paciencia que es patrimonio de nuestros pueblos. Instituto Científico de Culturas Indígenas |