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Proceso histórico del movimiento indígena ecuatoriano

Por: Miguel Lluco Tixe
Coordinador Nacional del Movimiento Pachakutik-Nuevo País

Una caricatura de Pancho Cajas, del periodico El Comercio, de 23 de mayo, en el que se denota como tercera fuerza politica al movimiento Pachakutik (figurado con indigenas).

Históricamente conocemos que los distintos pueblos existentes en el Continente del Abya Yala, tenían sus costumbres, organización, cultura, formas de trabajo, etc., hasta que en 1492 se inició la colonización española, la misma que generó efectos negativos incalculables. Según los datos históricos, los europeos se apoderaron de recursos naturales (tierras, oro, plata, cobre etc.), e impusieron costumbres ajenas a nuestra realidad. Además se abusó de las mujeres, se asesinaron a pueblos enteros, produciéndose el etnocidio y el genocidio más grande en toda la historia de la humanidad.

Cuando recordamos estos hechos hacemos relación también a las acciones posteriores que da cuenta de los últimos 500 años a la que hemos denominado de "Resistencia Indígena y Popular". En la evolución de la sociedad en el Ecuador en sus diferentes épocas y etapas de transformación, los indígenas hemos tenido que asumir la parte más dura de la represión en nuestras luchas. El aporte de los indígenas en la producción y en el desarrollo nacional ha sido predominante, los resultados se pueden apreciar en la realización de distintas obras físicas como: carreteras, puentes, edificios, etc. Aunque no siempre el beneficio haya sido para los Pueblos Indígenas.

Una historia de resistencia, de la FEI a la creación de la CONAIE

A pesar de lo expuesto quiero resaltar que nuestros pueblos aún en la adversidad, han desarrollado una estrategia de sobrevivencia basada en el fortalecimiento de su organización y la política social, en un esfuerzo constante en defensa de su identidad y cultura como la esencia misma de su existencia.

Por lo que de manera paciente, silenciosa se mantenía y se constituía en una fuerza, el Movimiento Indígena Ecuatoriano; por lo tanto se trata de acumulados sociales históricos que recogen las luchas de los años 30's pasando por las impulsadas durante la década de los 70's de este siglo, hasta el ciclo de movilización y construcción organizativa de estas dos últimas décadas.

La Conformación de Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) en la década de los 40's y de la Confederación de los Pueblos de la nacionalidad Quichua del Ecaudor, ECUARUNARI, al inicio de los 70's, expresa una creciente capacidad de las comunas nacionalidades y pueblos de organizarse y luchar con autonomía e independencia, de hecho, hay varias oleadas de lucha y organización que culmina con la fundación de Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE en 1986.

Tantos años de consolidación y aprendizaje de una identidad común de gestión de una generación de dirigentes que supieron combinar adecuadamente la doble dimensión de nuestra lucha como pobres y como indios, esa capacidad de combinar, la dimensión social y económica de la explotación del capitalismo, con la dimensión histórica cultural de la exclusión y opresión. Nuestra propia identidad ha sido nuestra mayor fortaleza.

Aquí se debe señalar nuestro reconocimiento a Monseñor Leonidas Proaño, Obispo de la Diócesis de Riobamba quien se convirtió en el Obispo de los Indios. Su trabajo pastoral realizado con los pobres y con los indígenas fueron sus opciones preferenciales.

El primer levantamiento indígena de la era moderna y la transformación política del movimiento indígena

1990 marca un hito en nuestra historia: el levantamiento de los meses de mayo y de junio, protagonizado por ciento y miles de indígenas a lo largo y ancho del país, logra por fin visibilizar nuestra presencia, dejamos de ser pobres indios para unos, y apenas campesinos menores de edad para otros; la sociedad se ve obligada a reconocer en nuestra lucha una presencia vigorosa.

En 1992 las nacionalidades amazónicas realizaron una marcha histórica para exigir el reconocimiento de su territorio; en 1993 se elabora el Proyecto Político de la CONAIE; en 1994 enfrentamos el intento de imponernos una ley agraria reacionaria; 1995 participamos activamente en contra de la privatización de la Seguridad Social. A finales de año se constituye el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik Nuevo País; en mayo de 1996 participamos en elecciones y conseguimos 75 autoridades, en el Congreso, en los Consejos Provinciales y Concejo Municipales; en 1997 participamos en la salida del gobierno del Bucaram; la constitución de Consejo de Planificación y Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador- CONPLADEIN, en la actualidad CODENPE y la marcha por la Asamblea Constituyente con el slogan "nunca más sin nosotros"; En 1998 ratificación del Convenio 169 OIT y la Incorporación en la Constitución los "Derechos Colectivos".

Frente al Gobierno del Dr. Jamil Mahuad, las acciones de octubre de 1998; marzo y junio de 1999 permitieron la congelación de los precios de los combustibles y el gas de uso doméstico hasta el 30 de junio del 2000. Tras cada uno de estos momentos de movilización hubo una enorme carga de vida, esfuerzo, entrega y esperanza. El impulso de esta minga por la vida ha permitido que el movimiento indígena logre inspirar, impulsar, acompañar y aprender con nuevos actores sociales que han ido configurando en estos últimos años.

Además vale señalar los hechos presentados en los últimos días son el resultado de una crisis múltiple, relacionada con la incapacidad del modelo neoliberal para solucionar los problemas del Ecuador; pérdida de legitimidad del sistema representativo, lo que a su vez conlleva una fuerte resquebrajamiento de la institucionalidad y finalmente una crisis del Estado Nacional.

La participación indígena en el derrocamiento de Mahuad

El ex- Presidente Mahuad había minado dos pilares básicos de su sustento: la capacidad y credibilidad. En 17 meses de gestión los problemas económicos, políticos y sociales se profundizaron, en más de un año no se logró un acuerdo con el FMI, aunque paulatinamente había aceptado cada uno de los condicionamientos que se le imponían. En lo político transitaba del Partido Social Cristiano, de derecha, al populismo, con una brevísima estancia en la centroizquierda.

En lo social institucionalizó una política de compensación a través del llamado bono de la pobreza, descuidando la política social, en su conjunto.

Un elemento detonante sobre su credibilidad fue la comprobación que había recibido más de tres millones de dólares de un sólo banquero que tenía litigios pendientes con el Estado. Este hecho esfumó su aureola de honradez, al punto que el 95% de los ecuatorianos, finalmente, aprueba su salida.

Previa a la medida de la dolarización decretada el 9 de Enero los diferentes sectores, no sólo los sociales, sino también los grupos de poder se empeñaban en la salida de Mahuad, incluso se rumora que el mismo ex presidente tenía la Carta de renuncia lista. La oligarquía provocó una escalada especulativa del dólar, que por una parte les permitió licuar sus deudas y por otra, presionar para que el gobierno adopte la convertibilidad o el camino de la dolarización. El propio Presidente Jamil Mahuad, tres días antes del 9 de enero, había manifestado que la dolarización constituía un salto al vacío; sin embargo constituyó el mecanismo de cohesión de la derecha, los sectores financieros y los grupos de poder. La medida modificó el escenario y la correlación de fuerzas. La salida de Mahuad se constituyó en la tesis de los sectores sociales.

El Parlamento de los Pueblos que se instaló el 11 de Enero constituye un símbolo importante de un nuevo liderazgo político y social, participaron más de 800 delegados de los diferentes sectores y regiones del país. De la misma forma este es bastante más amplio que la sola representación de organizaciones sociales. Sin embargo, en este importante espacio de poder paralelo se repite un límite que es común a la izquierda: discutir un programa máximo y descuidar las acciones emergentes, sobre todo la estrategia política más adecuada en las condiciones posteriores a la dolarización.

Se insistió en la idea refundacional de la república, sin considerar otros escenarios como la de la sucesión constitucional, el golpe exclusivamente militar y más bien como poco probable el de una junta cívica, con participación de civiles y militares de una corriente progresista. Tal vez hoy no deberíamos analizar en que nos equivocamos el viernes 21, día de la ocupación del Congreso, La Corte Suprema De Justicia e incluso por tres horas a Carondelet, sino en los objetivos mismos del levantamiento.

Incluso en el plano militar, se confundió la espectacularidad de una acción de punta y con miles de gentes, de la correlación más estructural al interior de las Fuerzas Armadas. Además la posibilidad de participación de estos sectores generó la subordinación de la táctica, el proceso y los tiempos a una lógica diferente a la de la movilización social, sin considerar que en el escenario nacional se movían otros factores de poder que conspiraban contra una salida popular; tal es el caso de la embajada norteamericana, los organismos internacionales y los sectores vinculados al capital financiero, que representados por el Partido Social Cristiano se preparaban para combatir la Junta de Salvación Nacional .

Un elemento con el que se ha pretendido deslegitimar la movilización indígena popular es el referido al rompimiento del sistema constitucional y la democracia. Respecto a lo primero cabe señalar que en momentos de crisis se evidencia una creciente tensión entre Constitucionalismo y Democracia, pero además supone una visión de la democracia que acentúa su contenido sólo en los elementos políticos formales, dejando de lado lo que los mismos constitucionalista llaman ampulosamente los "Rendimientos del Sistema democrático". ¿ Es posible definir un valor per se de la democracia, sin referencia los contextos particulares en que determinan su existencia en cada país?

La democracia formal y el proyecto político de los movimientos sociales

Si está respuesta fuese afirmativa, tendríamos que decir que en los años 90's, en América Latina y el Ecuador, efectivamente se ha instaurado sistemas electorales confiables, partidos políticos que se alternan y compiten por el poder, elecciones periódicas y permanentes; pero la democracia ha dejado de enrumbar las energías de cambio y las espectativas de la población, se ha desconstituido en medio de millonarias campañas electorales que convierten en una caricatura cualquier competencia electoral y sobre todo han vuelto invisibles los derechos sociales que las mismas constituciones declaran. Seguramente por está razón, el 75% de la ciudadanía aprueba los objetivos del levantamiento y con ello vacía a la democracia de un componente constituyo fundamental: la soberanía popular.

Por último, limitarse a los aspectos formales impide considerar que ha fracasado el régimen presidencialista y la demanda de control social que ya fue evidente en la movilización de febrero de 1997 que destituyó a Bucaram. No olvidemos que la Consulta Popular de Mayo de ese mismo año instituyó la revocatoria del poder, sin embargo la derecha conculcó esta voluntad popular y sólo la circunscribió a las dignidades secciónales, el pueblo tarda pero no olvida. Hoy quiere recuperar lo dolosamente arrebatado.

La movilización indígena despertó a las ciudades y al país. El planteamiento de refundar el Ecuador rearmó las expectativas de miles de personas, rompió con el mito de que no son posibles los cambios y nos devolvió el sentido de trascendencia de la acción política. Al mismo tiempo, el levantamiento transformó nuestros discursos: lo indio, la pluralidad y diferencia sólo tiene perspectiva en función de que exista y se preserve un punto más amplio llamado Ecuador. En esta ocasión lo indio no reinvindica sus propias demandas, sino encarna el eje de la reconstrucción de un nuevo país, el Himno Nacional es reconocido como síntesis de unidad, la posibilidad de la "común-unidad". Al mismo tiempo el sueño de los "shamanes", del que habló en varias ocasiones Antonio Vargas, Presidente de la CONAIE, es asumido como la fuerza mítica simbólica de la lucha social, no sólo de los indios. Es el factor subjetivo que alimenta la movilización de una identidad basada en la fuerza y reconocimiento de lo indio.

La acción del 21 de Enero fue un hecho más para consagrar la burla al poder, "la risa que impide que las penas se te vayan al alma", esta vez llegaba a los predio mismos, a los intersticios de la institucionalidad corroída. El viejo país se retorcía, a la luz quedaban las diferentes conspiraciones de los sectores de poder y todos clamaban por la "democracia", ingenua y amenazada por la alevosía del levantamiento.

Es fundamental definir una coherencia global entre las instancias sociales y el papel que debe cumplir el Movimiento de unidad Pluirinacional Pachakutik; asimismo el desafío de la unidad se vuelve un imperativo, hay que estar dispuestos a reconocer los límites de nuestros respectivos espacios y asumir la responsabilidad de una gran alianza política y social para enfrentar las fuerzas del neoliberalismo. El gobierno de Noboa recompuesto con el apoyo de la DP,PSC Y populistas, sabe que desde el subsuelo se ha reconstituido una fuerza que sobrepasa los discursos, le otorga una razón de creer y soñar a los pobres del Ecuador.