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La migración indígenaAlicia Vacacela "La sociedad es un grupo de seres humanos que busca su equilibrio, por lo tanto tiene que buscar los medios para la subsistencia, seguridad económica y otros". Desde este punto de vista, es posible tratar de entender los motivos que han influenciado en las poblaciones indígenas, a abandonar sus comunidades. Debido a las escasas oportunidades que se encuentran en nuestro medio, sean éstas para acceder a la educación, fuentes de trabajo, y otros, la población indígena se ha visto en la necesidad de migrar, inicialmente hacia las grandes ciudades del país, como Quito, Guayaquil, Cuenca. Debemos mencionar cuan difícil resulta el acoplamiento y la permanencia en las grandes ciudades, pero pese a las grandes adversidades a las que deben enfrentarse, han logrado mantener en parte los valores propios de su cultura, (ayuda mutua, solidaridad, respeto por la naturaleza, formas de vida comunitaria). Valores que ayudan a los indígenas emigrantes a lograr sobrevivir en las grandes ciudades, donde día tras día son víctimas de atropellos y discriminaciones, problemas que resultan comunes para una persona que tiene que ajustarse al cambio, a otra cultura. Esta forma de supervivencia, sin duda alguna provoca grandes cambios en la cultura y en su forma de vida comunitaria. A pesar de todas estas dificultades, con el transcurrir del tiempo, para la población indígena la migración continúa, al parecer se constituye en su mejor estrategia, o tal vez en la única alternativa para lograr mejorar las condiciones de vida suya y la de su familia, puesto que vemos que a partir de la década de los noventa, la población indígena empieza a migrar con mayor fuerza, ya no solo a las grandes ciudades del país, sino que encuentra también otro horizonte, otra mejor opción, emigrar a otros países, como Estados Unidos, Italia, España, y otros países europeos, donde van llenos de ilusiones y sueños, objetivos y metas; esperanzados de poder encontrar mejores oportunidades. Pero muchas de estas expectativas se ven truncadas, pues al vivir la realidad en otros países, resulta difícil y muy poco exitoso; muchos se ven obligados a regresar porque no lograron adaptarse a la soledad, a la rutina y muy lejos de su familia, de su comunidad, donde viven experiencias duras y desalentadoras. Más grave resulta, si tenemos en cuenta que inicialmente el que migraba era el esposo o responsable de familia, pero en lo posterior, también ha empezado a salir la esposa o madre, ser humano que constituye para los indígenas el pilar fundamental de la familia. Otro hecho alarmante resulta el deseo de algunos migrantes de reunir a su familia, pero no en sus comunidades, sino junto a ellos en el exterior, situación que atenta contra las mismas raíces culturales y familiares. Otro de los efectos impactantes de la migración constituyen los niños y jóvenes que se quedan solos, que ya no tienen a su padre ni a su madre, junto a ellos, puesto que los dos han migrado fuera del país, quedando los hijos bajo la responsabilidad de tíos, abuelos. Casos muy graves y preocupantes, pues la juventud queda prácticamente abandonada, y es así como empezamos a palpar la pérdida de los valores, morales y primordialmente los valores culturales, además de una serie de secuelas psicológicas y sociales. Por lo tanto, si decimos que la cultura se aprende durante el desarrollo, se comparte entre padres e hijos y se transmite de generación en generación, ¿cómo podemos esperar que nuestra cultura prevalezca y sobre todo se fortalezca para las futuras generaciones?. Ante esto, qué es lo que debemos hacer para no perder nuestra cultura y nuestra identidad? Sin duda, hay que exigir al gobierno el cumplimiento de todos los derechos, en este caso de los migrantes; presionar y plantear alternativas de cooperación con los países extranjeros a fin de que se respeten las ciudadanías de los migrantes en territorios extranjeros. En el aspecto interno, deberíamos fortalecer la familia comunitaria, la generación de trabajo y empleo, mediante una estrategia productiva comunitaria, también se hace indispensable el trabajo coordinado de dirigentes de base, nacionales, técnicos y de la propia comunidad y familia para buscar estrategias a corto plazo para enfrentar este problema de la migración. © Los artículos del presente Boletín pueden reproducirse citando la fuente |