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Publicación mensual del Instituto Científico de Culturas
Indígenas.
Año 4, No. 37, abril del 2002
LA LUCHA DEL MOVIMIENTO INDIGENA
EN EL ECUADOR
Luis Macas
ANTECEDENTES
Uno de los valores profundos que los pueblos indígenas
ostenta hasta el día de hoy, sin duda alguna, es su capacidad
de resistencia frente a las adversidades de la colonia europea: ante
la explotación económica, la opresión política,
el estado de exclusión y discriminación social. Perviven valores,
conocimientos, sabidurías, pero sobre todo, aún están
vigentes instituciones culturales, económicas y
políticas propias, a pesar de todas las adversidades.
Son estos los presupuestos y el contenido que fluyen al interior de los pueblos
y comunidades indígenas y principalmente las que determinan las luchas,
las propuestas y los logros del movimiento indígena contemporáneo.
Si describimos estas instituciones que son diversas y que han permitido la
organización, relaciones sociales, la espiritualidad indígena
y las relaciones con la madre naturaleza, decimos que son entre otras: el
AYLLU (familia), AYLLU LLAKTA (comuna), MINKA (trabajo colectivo), RIMANAKUY
(práctica del diálogo), YUYARINAKUY (acuerdos), PACHA MAMA
(naturaleza), son los referentes de vida de las comunidades, y por
tanto de lucha por su mantenimiento y perfeccionamiento en la época
contemporánea.
Si bien estas instituciones fueron los soportes en la construcción
de las sociedades de los pueblos indígenas, también son postulados
en la propuesta indígena hacia cambios profundos de la sociedad, en
procura de construir un Estado con verdadera identidad nacional. Pero el
proceso del movimiento indígena, ha sido capaz de percibir en sus
propuestas otra dimensión compleja, desde la experiencias de convivencia
con la sociedad dominante, que es la de asumir una posición como conciencia
y lucha clase. Pues, desde esta perspectiva, desde esta conciencia social,
se ha instrumentado un conjunto de herramientas de lucha, hacia la superación
de los complejos problemas de la sociedad en su conjunto, como es la concepción
del Estado, sus estructuras, el sistema político, la restringida situación
de la democracia, la inequidad, injusticia, etc.
Son alguno de los temas que podemos señalarlos como referentes
de lucha, durante el proceso de desarrollo organizativo del movimiento indígena.
Desde esta visión y experiencias, nuestras organizaciones establecen
dos dimensiones importantes en su estrategia de lucha y que constituyen dos
líneas fundamentales de acción:
Una línea de acción que se identifica en el marco de la dimensión
histórico-cultural (étnica), cuyo significado se expresa en
la lucha por las demandas de reivindicación indígenas y de
soluciones inmediatas, que necesariamente será el contenido fundamental
de una agenda de planteamientos de carácter endógeno de los
pueblos y comunidades indígenas. Es decir que, las luchas en esta
dirección son en sí generadas desde los intereses de
las nacionalidades y pueblos, que son derechos legítimos e históricos
que no han sido ejercidos desde el reconocimiento del Estado y la sociedad
dominante, sin embargo, nacen estas demandas desde el interior de dichos
sectores. Para algunos tratadistas, esta dimensión es vista como un
fenómeno de carácter exclusivamente étnico, antropológico,
donde se esgrime y se principaliza un enfoque etnocentrista o el indigenismo
excluyente.
Otra concepción y línea de acción que está presente
en la estrategia del movimiento indígena ecuatoriano, hace relación
a la dimensión social, a la lucha desde la conciencia de clase a partir
de su identidad en el contexto de la sociedad contemporánea. Son concepciones
y prácticas que los pueblos indígenas adoptaron desde una comprensión
vivencial de los fenómenos sociales, políticos y los
problemas del mundo que nos rodea.
La comprensión de esta dimensión y la práctica en las
acciones ha sido la constante en la línea de conducción del
movimiento indígena a lo largo de su proceso de organización
y construcción ideológica. Sin duda esta orientación,
constituye un referente fundamental en la estrategia indígena, que
es su conciencia social de clase, por lo que el movimiento indígena
se convierte en catalizador y sintetizador de las diversas demandas sectoriales,
y es ante todo el sujeto social que centraliza la demanda y lucha por un
interés colectivo y global; entonces, es una comprensión que
articula lo étnico-cultural y la lucha social de clase.
Como es evidente los planteamientos y acciones indígenas, se orientan
en el marco de las dos dimensiones o concepciones de lucha, una primera
línea, hacia lo reivindicativo, lo cultural y de aspiraciones inmediatas,
o entendidos también como intereses concretos y sectoriales,
desde las nacionalidades, pueblos y comunidades en este caso. Sin embargo,
la visión de lo reivindicativo, de lo inmediato y concreto no es exclusivo
ni excluyente, se establece otra línea de acción, con orientaciones
más amplias desde una comprensión de la lucha global, en una
realidad social, económica, cultural y política actuales; las
luchas emprendida desde el movimiento indígena se inscriben en un
contexto de la problemática general, es decir que, sus acciones se
han identificado siempre con las demandas de otros sectores sociales y sobre
la unidad de los objetivos comunes en la construcción de un Estado
nuevo y una sociedad distinta.
LA PROPUESTA Y LUCHA INDIGENA
Solo a partir del entendimiento y ejercicio de las dos dimensiones: la visión
histórico-cultural y la posición y conciencia de clase, surge
la propuesta indígena perfectible y coherente; ubicando la acción
social y política desde el cuestionamiento a las estructuras del Estado,
a un sistema social, económico, político inadecuado y obsoleto,
que no se compadece con la realidad actual. Bajo estas consideraciones la
iniciativa del movimiento indígena involucra a toda la sociedad en
sus demandas y perspectivas; algunos puntos de la agenda que advierten aceptación
y consensos se puede señalar de la siguiente manera: instaurar la
práctica del diálogo hacia la consecución de los consensos,
la construcción de un Estado Plurinacional, el reencuentro en la interculturalidad
y la diversidad social y cultural, la ampliación y profundización
de la democracia, la equidad y la justicia social.
Las diversa formas de luchas dadas a lo largo de la historia colonial y republicana,
es necesario precisarlo, que son respuestas a las condiciones de postergación
de nuestros pueblos, podemos catalogarlo así la articulación
de los grandiosos levantamientos de Tupak Amaru, Fernando Daquilema y otros,
hasta que desemboca en las acciones de la década de los 90, en función
de instituir en el país modificaciones estructurales e históricas
como la visibilización del movimiento indígena en el Estado
y la sociedad, el reconocimiento institucional de la diversidad de
identidades, su dignidad, sus derechos.
Al hacer una descripción sobre la evolución y los avances de
los pueblos indígenas, nos atrevemos a mencionar que los EJES fundamentales
que articularon el proceso indígena, durante la instrumentación
y estructuración de las organizaciones modernas, es LA DIGNIDAD: la
lucha por el derecho a la tierra y territorios; por el fortalecimiento de
la identidad, como es el reconocimiento de las lenguas, la educación
indígena, entre otros, se inscriben en este marco de dicha convergencia.
Estos presupuestos se convierten en los contenidos determinantes durante
la década de los 50 y 60, época que se caracteriza como la
euforia de la comunalización de nuestros pueblos, bajo la aplicación
de una legislación intencionada unilateralmente desde el Estado, momento
en el que por una parte se institucionaliza el AYLLU LLACTA
y la acción del control directo y vertical del Estado por otra,
y desde nuestro reconocimiento, es la imposición de una institución
ajena en un franco debilitamiento de la institucionalidad milenaria. Es cuando
surgen las organizaciones comunales, o la constitución de la organización
de primer grado, como se denomina en la actualidad dentro de los niveles
de organización que practican nuestros pueblos. Por supuesto es la
organización nuclear, primigenia después de la familia, y originalmente
desde los pueblos indígenas con un concepto absolutamente distinto.
Esta institución afectó mayoritariamente a los pueblos indígenas,
pero también a los sectores campesinos y afroecuatorianos. La adopción
tardía de la institución comunal, se explica de
como había transcurrido varios años desde la expedición
de la Ley de Comunas, en 1936 y que la estrategia de aplicación estatal
tenía sus falencias. Esta anomalía institucional sugiere
un diseño propio desde sus intereses, y es cuando el proceso indígena
rebasa la oferta del Estado, al procurar ampliar y reforzar el curso del
desarrollo organizacional estructurando las organizaciones de segundo y tercer
grado planteándose como contenido principal de la estrategia indígena
la unidad.
El motivo del señalamiento de esta etapa de organización y
lucha, es en el entendido y la explicación del tema que articula el
objetivo de la unidad indígena que es necesariamente la lucha por
el reconocimiento de las tierras ancestrales y comunales. Es decir que, el
eje de unidad en la lucha de los pueblos indígenas al convalidar la
propuesta estatal el de la Ley de Comunas, ya se ha logrado arrebatar otra
conquista cual es la de la Ley de Reforma Agraria, cuya expedición
se da en 1964. Ya en esta línea de confrontación con
el Estado actúa la constante, o la temática actual que es el
problema histórico de la tenencia de TIERRAS.
Al igual que la lucha de la década de los 70, cuando se forjan y se
articulan las organizaciones de tercer grado y se advierte la presencia de
las organizaciones regionales, el motivo central de la dinámica
indígena es la recuperación de las tierras en la región
Andina y la defensa de los territorios en la Amazónica y la Costa.
La lucha por los derechos territoriales se ejercen desde las organizaciones
provinciales y una organización regional en los Andes del Ecuador
y es el ECUARUNARI, donde se implementan líneas de acción hacia
la consecución de una verdadera unidad de los pueblos, contextos que
generan otros frentes de lucha como el planteamiento de la atención
a la educación, la salud y otros servicios.
Una de las épocas más importantes desde la experiencia de los
pueblos indígenas sin duda es la década de los 80; es
cuando se produce una dinámica cualitativamente muy importante; se
diría que es el reencuentro de las nacionalidades y pueblos; es cuando
se inicia un debate amplio y sostenido, tanto en su contenido como en la
obertura; es cuando vierten los insumos para una elaboración posterior
de la estrategia indígena; es el asumir y ejercicio de una dimensión
de conciencia social como entidad cultural y como clase. Y el suceso de una
importancia histórica en este decenio es la constitución de
la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE,
como una conclusión y síntesis del proceso organizativo y de
lucha indígena y al mismo tiempo es la emergencia de un sector social
invisible en la convivencia nacional e internacional por muchos siglos a
tras. Es decir que, con este acontecimiento se habría producido la
realización de los sueños indios que es la unidad de todos,
por sobre las actitudes políticas y religiosas, sin descuidar la construcción
de una unidad ideológica de los pueblos indígenas y sectores
sociales y populares del país.
Dentro de esta orientación y como una de las primeras demandas de
la CONAIE, es la reforma del Estado, a través de la convocatoria a
una Asamblea Constituyente, que se lo ejecutaría a través de
los mecanismos institucionales, estas exigencias estuvieron acompañadas
con otras demandas concretas como la legalización y resolución
de los conflictos de tierra; dentro del marco de la lucha del fortalecimiento
de la identidad, está presente la propuesta de la educación
intercultural bilingue, lo cual cobra una importancia nacional por la intervención
del Estado al institucionalizar este programa aunque exclusivamente con dedicación
a los pueblos indígenas.
En los inicios de la década del 90, la actividad organizativa del
movimiento indígena se centra en la elaboración de su propuesta
política y la construcción de las estrategias y mecanismos
de lucha, en perspectiva de su unidad interna y la ampliación
del espacio de lucha en alianza con otros sectores, hacia a la redefinición
de la estructura institucional y de la sociedad. En este contexto se explica
el planteamiento y la realización histórica del Levantamiento
de mayo y junio de 1990, el acontecimiento más grande en los últimos
años del siglo y milenio anterior.
La sistematización de las experiencias y de todo un proceso dinámico
de acciones, es lo que permite visualizar y elaborar una PROPUESTA global
coherente política e históricamente desde los pueblos indígenas
hacia el conjunto de la sociedad. El mérito de la iniciativa,
es que proviene de todo un acumulado histórico interna, de lo indígena,
así como de una reflexión política en dimensiones globales
del mundo contemporáneo. De la consideración esencialmente
de estos componentes, se vislumbra la propuesta de la construcción
de un Estado Plurinacional y en función del cumplimiento a este mandato
se diseña estrategias y frentes de lucha:
En primer término es la tarea de la constitución de un frente
social orgánica y funcionalmente sólido e ideológicamente
invariable en su posición, planteándonos como una base fundamental
la unidad estratégica de nuestros pueblos. Este sector social tanto
en su presencia cuantitativa y cualitativa, desde sus luchas y la confrontación
a la istitucionalidad, se ha convertido en un actor fundamental en la escena
nacional e internacional. Al destacar los resultados de la acción
del frente social representado por la CONAIE, se logra avances importantes
en la apertura y transformación de las estructuras institucionales
es el caso de los espacios indígenas con contenido totalmente innovadores
como la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingue
DINEIB dentro del Ministerio de Educación, reconocido en el año
de 1988; el Consejo de Nacionalidades y Pueblos del Ecuador CODENPE, establecida
en la Presidencia de la República, y aceptada en 1997; la Dirección
Nacional de Salud Indígena DINASI, en el Ministerio de Salud Pública,
por un acuerdo Ministerial en l999. Estas son consideradas como luchas de
carácter institucional del movimiento indígena. En el
marco de esta línea de acción ubica también el arrancar
la voluntad política de los diferentes gobiernos para la legalización
de varios territorios indígenas en la Amazonía y la Costa,
así como la resolución de los cientos de conflictos de tierras
en el país, animados de una comprensión profunda del
espacio territorial como es la visión indígena de la relación
hombre-naturaleza y en este contexto la lucha se extiende a evitar la presencia
de las compañias transnacionales cuyo fin es explotar los recursos
naturales. Cabe mencionar, que dichas conquistas y luchas siempre venían
acompañadas de una serie de mecanismos de represión, como la
persecución, la militarización generalizada, la prisión
o muerte de hombres y mujeres líderes indígenas.
Otro frente importante en la lucha del movimiento indígena es la de
la acción política, es decir que, se consideraba necesario
estratégicamente la participación indígena en el escenario
político nacional, por lo que se evidencia el surgimiento de un frente
político desde nuestros pueblos. A finales de 1995 en una decisión
colectiva se constituye el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik
Nuevo País como un medio y mecanismo de lucha y no como un fin. Esta
propuesta del movimiento indígena para la sociedad se constituye en
un instrumento válido para el establecimiento de alianzas con otros
sectores y la ampliación del espacio de lucha indígena, así
como la construcción de un poder alternativo a mediano y largo plazo
en el Ecuador. Esta necesidad de lucha, si es que se lo califica así,
es por que desde este frente de lucha se pueden emprender acciones políticas,
cuyo espacio carece de vacíos y este mecanismo no ha sido bien utilizado
históricamente. En materia de logros desde este frente, podemos
decir que se vive un proceso cualitativo muy importante desde y hacia nuestros
pueblos, la participación electoral de 1996 arrojó como resultados
75 autoridades a nivel nacional, entre ellos, 6 Alcaldes, Consejeros,
Concejales y 8 Diputados. Pero más importante es resaltar la
acción parlamentaria de nuestros representantes tanto por su consistencia
ideológica cuanto por su papel desempeñado durante su periodo;
aún más, la gestión administrativa de los Alcaldes,
ha sido reconocida y aplaudida por la opinión nacional e internacional.
Políticamente, la acción desde el frente social como del frente
político ha desempeñado un rol fundamental en los procesos
de transformación y en los momentos de crisis nacional. Así
la denuncia y su gran poder de convocatoria han sido decisivas para
definir los acontecimientos de trascendencia como los derrocamientos de los
dos gobiernos anteriores, el de Bucaram y Mahuad. La acción política
del movimiento indígena y popular, procura una acelerada reforma y
profudización de la democracia, ha experimentado el pueblo ecuatoriano
una Asamblea Constituyente en 1988 en la que la Constitución Política
del Estado sufre cambios importantes como la incorporación de los
Derechos Colectivos una iniciativa del movimiento indígena en función
de ejercitar sus derechos propios y legítimos. En la última
participación político electoral, en 1998, se advierten avances
cualitativamente significativas, los resultados son satisfactorios, esta
vez son 27 Alcaldes, 8 Diputados, 5 Prefectos, más de 50 Concejales
y Consejeros, mientras que sobrepasa los 100 el número de miembros
de las Juntas Parroquiales. Es decir que, el frente y la acción
política junto a las luchas sociales están de avanzada.
En otro orden y frentes, la estrategia del movimiento indígena, señala
con precisión el componente educativo, académico y científico
como una acción de fortalecimiento del desarrollo organizacional y
la de enfrentar el reto de la modernidad y el mundo globalizado. En
base a la experiencia educativa de los pueblos indígenas, la propuesta
de la educación superior es innovadora y de características
particulares, tanto en su contenido que incorpora en la estructura curricular
los conocimientos a partir de las identidades locales, junto a los conocimientos
y ciencias universales; así como la metodología y modalidades,
cual es la de trasladar la Universidad hacia la comunidad, es decir que la
Universidad es intercultural y descentralizada. Esta propuesta universitaria
que ha sido un sueño de todos nuestros pueblos se encuentra en la
fase de implementación, es decir que, la tarea es aplicar la estructura
funcional de la Universidad en el campo. Es otro de los aportes del
movimiento indígena con dimensiones de cobertura regional en todo
el área de la comunidad Andina prioritariamente.
De manera que se explica de este modo, el crecimiento de un sector social
como los indígenas, desde una sociedad emergente, hasta convertirse
en actor social y progresivamente en actor político, con perspectivas
a superar las adversidades del presente milenio.
Algunas luchas que se expresan en los levantamientos importantes, se precisan
en deliberar los temas de decisiones gubernamentales como las medidas económicas
que obedecen a las políticas de ajustes impuestas por un modelo y
que perjudican a un 80% de la población que se encuentra por debajo
de la línea de la pobreza. Es el caso del levantamiento
de enero del 2000, y lo de enero y febrero del 2001, la dolarización
de la economía y el desmantelamiento del sistema financiero
fueron los detonantes de la acción. El último acontecimiento
generó como resultado el establecimiento del dialogo, entre el gobierno
y el movimiento indígena de las que aún no se advierten resultados.
Lo que si podemos atribuirnos a mencionar, es respecto al mecanismo del diálogo.
La PRACTICA DEL DIALOGO fue instaurado e impuesto en nuestro país
desde la experiencia y exigencia indígena, pues lo valoramos
como uno de los logros positivos de nuestras acciones. En ningún momento
y ningún otro sector le ha obligado a gobierno alguno a sentarse en
la mesa del dialogo, es un mérito más del movimiento indígena
ecuatoriano.
Finalmente es importante señalar, que la agenda del movimiento indígena
en los momentos y realidades actuales se sintetizan como:
- Políticas de Estado, el tratamiento de la Reforma
del Estado por ejemplo;
- Temas nacionales, como el debate del Plan Colombia;
- Temas indígenas, el caso del Fondo Indígena, un
asunto específico de los pueblos indígenas
La forma de como se ha posicionado históricamente el movimiento indígena
ecuatoriano y sus acciones pacíficas y transparentes ha incidido directa
o indirectamente a nivel de los acontecimientos internacionales, desde su
protagonismo en la lucha contestataria del quinto centenario de la colonización
americana, atravesando los momentos del gran encuentro con otros pueblos
y naciones del Abya-Yala, la constitución de la Coordinadora de Organizaciones
y Naciones Indígenas del Continente CONIC, hasta la presencia
activa de los representantes indígenas del Ecuador en los foros de
las Naciones Unidas y su participación en la elaboración de
la declaración universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas
son aportes hacia el crecimiento cualitativo de un movimiento indígena
a nivel internacional.
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